nº53 | a pie de tajo

¿Quieres colaborar con tu solidaridad?

Muy posiblemente os han abordado por la calle con una pregunta parecida a la que titula este artículo. Quizás te has preguntado, alguna vez, en qué condiciones curran las «captadoras» de socias para ONGs y por qué están allí. En este artículo te lo contamos tras entrevistar a cuatro de estas trabajadoras que intentaban captar socias para Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, ACNUR y Alianza por la Solidaridad en las calles y plazas del centro de Sevilla.

El perfil de las currantes entrevistadas fue muy variado: un rango de edad de 25 a 46 años y formación que incluía tanto una administrativa como un estudiante de universidad (educación social), pasando por un opositor a profesor de secundaria y una graduada en diseño gráfico. También varió la motivación para desarrollar ese trabajo. Mientras que la trabajadora de la Cruz Roja eligió «este trabajo por un tema económico», el trabajador de Médicos sin Fronteras trabaja allí «por la labor que hacemos. Conseguir un socio significa salvar muchas vidas y eso me motiva, la verdad. Ya que trabajas, que tu trabajo sirva para la gente». Además, las condiciones laborales también eran muy diferentes. La trabajadora que curraba para una empresa contratada en esos momentos por Alianza por la Solidaridad estaba sometida a la presión de «cumplir siempre con unos mínimos», «unos 15 socios al mes, si no los cumplimos, obviamente, nos vamos». Sin embargo, la situación era muy diferente en Médicos sin Fronteras, «somos indefinidos desde el primer día», mientras que en Cruz Roja y ACNUR tienen que pasar un «periodo de prueba de dos meses y eres indefinida del tirón». También en el salario hubo diferencias según las entrevistadas, desde los 800 euros al mes captando socias para Alianza por la Solidaridad a los «565 euros más comisiones» en Cruz Roja. Eso sí, la duración de la jornada laboral fue la misma en todos los casos, media jornada, 20 horas a la semana de 10 a 14 horas. Un horario que «permite tener una tarde de estudios y conciliar la vida personal y laboral».

Las expectativas de futuro en el trabajo también cambiaron mucho entre las entrevistadas. Por ejemplo, a la trabajadora de ACNUR le «gustaría quedarse como indefinida. Es un trabajo muy dinámico, estás to el día conociendo gente y, además, estás currando pa ayudar a los demá. La verdad es que está mu bien. Me mola». Sin embargo, la trabajadora de la Cruz Roja veía ese trabajo «como algo temporal, completamente».

Todas las entrevistadas mostraron conocer bien la labor de sus ONG. El currante de Médicos sin Fronteras nos comentó que «estamos formándonos continuamente. Incluso tenemos conversaciones en línea con gente expatriada que trabaja en campos de refugiados y otros ámbitos. Todos los meses nos hacen una». Y la trabajadora de Alianza por la Solidaridad nos explicó que esa ONG «se dedica a luchar por los derechos de las niñas y las mujeres tanto aquí como en otros países. Ahora estamos haciendo una campaña de emergencia para ayudar a las niñas y mujeres que están en la frontera de Ucrania».

Ahora que conocemos más a esas currantas que intentan pararnos por la calle, ¿cómo respondemos nosotras ante ellas? La trabajadora de Cruz Roja comenta que «si consigues hablar con 10-12 personas, una persona se te apunta», mientras que desde Médicos sin Fronteras nos comentan que «me atiende un 1% de la gente, tirando para arriba. El éxito es de 0,2-0,1% del 100% de la gente con la que intento hablar. La gente dice que no siempre. Nosotros decimos que no podemos generar una persona solidaria en cinco minutos, podemos encontrarla».

Para acabar, les preguntamos si creían que las labores que realizan estas ONG deberían realizarlas los Estados con servicios públicos. «Bueno, esa pregunta es un poquito ambigua porque yo creo que debe haber personas que estemos ahí para responder ante lo que otras personas no responden. Tiene que haber de todo en este mundo», nos contestó la captadora para Alianza por la Solidaridad. «¿Tú te crees realmente que los gobiernos, con lo que tardan en hacer algo, incluso con los españoles, van a ayudar a los demás? Como no hagamos algo nosotros esto no va a ningún sitio», comentó la trabajadora de ACNUR.

Nos apoya

La moneda Puma comenzóa gestarse en septiembre de 2011 a partir de un Taller organizado por la Red de Decrecimiento de Sevilla, e impartido por Julio Gisberten la Casa Grande del Pumarejo.

A partir de este momento y hasta marzo de 2012, fecha en que comienzan a circular y funcionar los pumas, se constituyó un grupo motor que impulsó diferentes encuentros y talleres y diseñó de manera abierta, horizontal y participativa con su entorno cómo sería la moneda Puma.