nº53 | se dice, se comenta

MATERIA OSCURA

Decidí que era mejor gritar.

El silencio es el verdadero crimen contra la humanidad.

Nadezhda Mandelstam

No hay nada más paradójico que poner palabras al silencio. Y no me refiero a un silencio de corchea, no me refiero al silencio metafórico que buscamos cuando nos alejamos del mundanal ruido; al vacuo silencio interior que obtenemos con la meditación, o al inalterable silencio administrativo, principalmente negativo, casi siempre muy a nuestro pesar. No, no me refiero a ninguna de estas acepciones menores del silencio con mayúsculas, ese silencio abismal, más antiguo que las palabras; inmenso e inabarcable con la simple mirada de quien quiere pasar página; destructivo y masivo, siempre a punto de explotar, si no fuera por nuestra incapacidad, nuestro miedo a parar y a parar de callar. Un miedo justificado, pues hablar tiene terribles consecuencias.                    

Me refiero al silencio anestésico de lo que se calla, en el que nos movemos como pez en el agua. Un silencio que va desde lo micro de nuestras almohadas, hasta lo macro de la inexplicable e inevitable humanidad. Un silencio cómplice que ocupa cada milímetro cuadrado de nuestra vida, cada rincón de nuestro pensamiento y que es directamente proporcional al subconsciente, que nada tiene que envidiar en tamaño y complejidad a la maldita realidad. Un silencio sinestésico y colmado, que sabe a fosa común, a desinformación y a manipulación mediática, que huele a periodistas y activistas asesinados, encarcelados, extraditados a lo largo del mundo. Un silencio por omisión, que ha sacado del relato oficial a tantas semillas que hoy nadie recuerda en todos los ámbitos de la vida; mientras, conmemoramos productos transgénicos cuya gloria existe gracias al silencio. Un silencio sideral que es como el manto negro que cubre el universo, cuyas estrellas parpadeantes no son más que poros supurantes de infección. Un silencio, el silencio, la piedra angular de nuestra historia, la materia oscura que nos impide vernos tal y como somos y mirar más allá.

Nos apoya

Somos una cooperativa de mujeres que entienden la sexualidad como parte integral del desarrollo de las personas.

Nacimos al observar que en el mercado erótico no tenía en cuenta a todas las personas y mucho menos a las mujeres. Nos presentamos como una alternativa al mercado erótico actual que, por un lado, está lleno de oportunidades para disfrutar del sexo pero que, por otro, tiene un enfoque muy pobre, rígido y sesgado de la sexualidad.

Sentimos que las mujeres necesitamos mucho más que juguetes. Tenemos la necesidad de un mayor conocimiento de nuestro cuerpo, nuestro sexo y nuestros deseos y además, necesitamos de espacios de confianza y seguridad donde abordar la sexualidad de forma natural.

En DESMONTANDO A LA PILI a través de los juguetes eróticos para niñas grandes fomentamos el consumo responsable hasta en la cama para pedalear hacia otra sexualidad basada en la diversidad, el respeto, el placer y la salud.