nº58 | a pie de tajo

Sororidad en los centros de trabajo

Tras la jornada de movilización del 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, entrevistamos a Cristina García, Secretaria de Feminismos CGT Sevilla y participante en el piquete que recorrió las calles informando sobre la huelga general feminista. Para empezar, le preguntamos a Cristina que cuál fue el objetivo del piquete feminista del 8M. «Queríamos visibilizar la huelga, que el 8M no es un día festivo, sino reivindicativo. Nos centramos en varios colectivos eminentemente feminizados y precarios. Comenzamos en el centro de salud de María Auxiliadora donde visibilizamos la problemática del sistema público de salud y donde, mayoritariamente, trabajan mujeres, muchas veces con contratos eventuales y sufriendo el acoso y el estrés de sus responsables y de las propias pacientes. Nuestra intención era continuar hacia la plaza de la Magdalena para apoyar a las compañeras Kellys que trabajan en hostelería en condiciones superprecarias, pero llovía y nos refugiamos en el mercado de las Setas. Aprovechamos para informar de que la jornada del 8M también consistía en una huelga de consumo. Finalmente, nos fuimos a la plaza del Duque frente a Zara, donde las compañeras han estado movilizadas hasta mejorar sus condiciones laborales. Acabamos en El Corte Inglés poniendo de manifiesto las condiciones precarias de las compañeras que trabajan en el comercio, otro de los sectores más feminizados».

¿Cuáles fueron las reivindicaciones principales para el 8M? «Que nos sobran motivos, que por mucho que formalmente se está avanzando queda mucho por hacer para lograr la igualdad real. La brecha salarial es grande, la parcialidad nos agobia y no es elegida por nosotras, sino impuesta. Además, si los trabajos de cuidados no se comparten, como ocurre, nuestros salarios siguen bajando aun más por excedencias por cuidados, lo que nos condena a un futuro de pobreza por la precariedad de las pensiones que tendremos. Por otro lado, los abusos y acosos siguen existiendo, al igual que la violencia de género, y no existen medidas efectivas para combatirlos, o no se dotan de los presupuestos necesarios. Porque nuestros trabajos se siguen minusvalorando. En los sectores feminizados, los puestos de trabajo reciben valoraciones y sueldos más bajos que en los masculinizados. Por si todo esto fuera poco —continúa Cristina—, con nuestros sueldos precarios no podemos acceder en igualdad de condiciones a bienes básicos de consumo, nos afecta mucho más la inflación y, para colmo, hemos de soportar la tasa rosa en bienes básicos para nuestra higiene que se gravan con un IVA superior al de bienes básicos de consumo».

¿Quiénes participasteis en el piquete? «En las piquetas participamos solo mujeres de los distintos colectivos diversos que organizamos las asambleas abiertas que tuvimos desde principios de año.

¿Qué os encontrasteis durante el piquete? «La respuesta de las personas con las que nos cruzábamos fue positiva, en su mayoría nos mostraron su apoyo. Lo único un poco tenso fue que a los jefes de El Corte Inglés no les hizo gracia que fuéramos a su puerta a informar».

¿Cómo abordáis la situación de aquellas mujeres que por precariedad laboral y represión patronal no pueden permitirse hacer huelga el 8M? «Precisamente, por esas otras compañeras que no pueden permitirse la huelga, quienes podemos, hemos de ejercerlo en apoyo a ellas, amén de nuestras propias reivindicaciones».

¿Qué crees que aporta el feminismo al sindicalismo? «No es lo que aporta, es que no entiendo el sindicalismo sin feminismo, porque sería como eliminar a más de la mitad de la sociedad. Nosotras defendemos un feminismo inclusivo, que une, suma y lucha por la igualdad».

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En su seno esta el centro vecinal Pumarejo, espacio autogestionado por el vecindario en el que tienen acogida muchas asociaciones, colectivos y actividades varias.