nº57 | a pie de tajo

Huelga en las tiendas de Inditex

Las plantillas de tiendas del grupo Inditex (Zara, Lefties, Pull&Bear, Kiddy’s Class, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius y Oysho) están movilizadas por la mejora de sus condiciones laborales. Seguramente, muchas lectoras habéis visitado una tienda de Inditex, pero ¿sabéis en qué condiciones curran sus trabajadoras Entrevistamos a Vanesa Calderón, trabajadora en Zara y secretaria de CGT-Zara en Sevilla.

Para empezar preguntamos a Vanesa por sus condiciones laborales y nos comenta que «la mayoría del personal que trabaja en Zara es indefinido. El resto de las cadenas lo desconozco. Desde la última reforma laboral hay un porcentaje mínimo de temporalidad en Sevilla. El salario base mensual depende de las horas semanales del contrato». De hecho, gran parte de la plantilla trabaja a tiempo parcial, por ejemplo, a 20 h semanales, cobrando unos 300 € mensuales. Inditex impulsa la feminización de la pobreza. «Nuestros salarios no han visto modificación alguna en quince años que llevo en la empresa. Por convenio (prorrogado desde 2011) solo subía como máximo un 1% en relación al IPC». Estas cifras contrastan con los 80.000 millones de beneficios de la empresa el último año y los millonarios dividendos a accionistas. Amancio Ortega, él solo, cobrará por tal concepto 1.700 millones. Subirle el salario a toda la plantilla 500 € al mes, como exigen, supondría solo 270 millones anuales. Además, las trabajadoras de tienda (80% son mujeres) exigen abono de domingos como festivos y equiparación de ayudas sociales al personal de logística (sector masculinizado). Por ejemplo, un trabajador logístico cobra 450 € por nacimiento o adopción, y una trabajadora de tienda solo 42 €. «Nos hemos movilizado porque no podemos seguir soportando la precariedad en nuestros sueldos. Es muy duro estar en una empresa tan grande que nos trata como a trabajadores de segunda mientras mima a sus trabajadores de Coruña solo por ser la sede del grupo». Pero esos mimos se han ganado, al menos en parte, luchando. Las trabajadoras de A Coruña fueron a la huelga en diciembre pasado, consiguiendo una subida salarial de más de 300 € mensuales. Las luchas victoriosas son contagiosas. Luchas muy necesarias porque el capitalismo concentra las riquezas en unas pocas manos. Los salarios han subido siete veces menos que los beneficios empresariales en los últimos años.

Tras conocer la situación de precariedad en la que trabajan las dependientas de Inditex, conocidas en la empresa de forma paternal y machista como las niñas de Inditex, preguntamos a Vanesa si conocen las condiciones laborales de las plantillas que producen las prendas que ellas venden: «Nunca nos han hablado en la empresa acerca de los países en los que se fabrican nuestras prendas. Nosotros entendemos que las leyes laborales de cada país sean diferentes pero, al margen de lo que cada uno moralmente opine sobre la producción en países subdesarrollados, poco podemos hacer». En 2021, una investigación periodística mostró que proveedores indios de Zara llevaban años sin abonar el salario mínimo legal a sus plantillas, que era solo de 55 € mensuales. Acción Sindical Internacional de CCOO informó en 2013 que el sueldo bruto de las trabajadoras en las cadenas de producción contratadas por Zara en Marruecos estaba entre 195 y 240 € al mes.

Para finalizar, le preguntamos a Vanesa por la relación de la plantilla con la clientela. «Nosotras tenemos una relación excelente con nuestra clientela que, incluso, nos apoya en nuestras movilizaciones».

En el momento de cerrar este artículo, las movilizaciones han conseguido que las condiciones laborales se regulen de igual forma para todas las tiendas de Inditex en el Estado español, con una tabla de sueldos mínimos entre 18.000 y 24.500 € brutos anuales, según antigüedad y puesto. Esto supone una subida salarial media del 20%, y de hasta un 40% en algunos territorios. La práctica sindical combativa vuelve a demostrar que la lucha sirve.

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La moneda Puma comenzóa gestarse en septiembre de 2011 a partir de un Taller organizado por la Red de Decrecimiento de Sevilla, e impartido por Julio Gisberten la Casa Grande del Pumarejo.

A partir de este momento y hasta marzo de 2012, fecha en que comienzan a circular y funcionar los pumas, se constituyó un grupo motor que impulsó diferentes encuentros y talleres y diseñó de manera abierta, horizontal y participativa con su entorno cómo sería la moneda Puma.