nº20 | se dice, se comenta

Aprender a ruidos

Mañana. Luz. Sevilla. Hora de ir al cole. Bicicleta con Lucía — cuatro años —en sillita de atrás. Juego a ser tía — aprendo a montar en bici con niña a cuestas, nada de contramanos, nada de

auriculares, apenas nada de prisas, ni por asomo se me ocurre retar a cochesagresivos ni girarme

con cara de asco y el grito a punto de salir—.

— En mi cole hay mucho ruido.

— ¿Ruido de la calle? ¿Hay obras?

— ¡No! ¡Ruido de aprender!

Me quedo sin respuesta, dudo si preguntarle a qué se parece ese ruido, detalles, tra-duc-ción-por-

fa-vor. Demasiado tarde, llegamos al cole y a Lucía la engulle el pasillo, mochila en mano, sonrisa

puesta.

Salgo al asfalto, me olvido de los auriculares: ya imagino niñas corriendo por pasillos, abriendo la

puerta de una clase para mirar adentro y salir otra vez, con más niñas para más pasillos. Ruido de

moverse, ruido de espiar, ruido de llamarse. Niñas saliendo al patio, subiendo a un árbol, abriendo

el grifo de una manguera, haciendo barro con cubos de arena en medio de la pista de fútbol. Ruido

de lluvia de verano, ruido de sumar, ruido de deshacer. Niñas haciendo un boquete en la tapia

— mientras niñas distrayendo a quien vigila —, niñas saliendo a calle de atrás, de la calle a otra calle, de la calle a una plaza, niñas cambiando la hora de la-ciudad-por-la-mañana. Ruido de salir, ruido de escaparse, ruido de fugas.

Semáforo rojo. Pitido. Semáforo verde. Pitido más largo. Insiste. Vale, pedaleo, tran-qui-

no-ses-tre-se, tran-qui-no-es-pa-ra-tan-to. El termómetro del cruce dice ocho grados, dice ocho cincuenta y siete. Las niñas —los niños— que veo casi llegan tarde, corren, caminan rápido de la mano de alguien que tira de ellas. Como yo, que ya no me distraigo cuando se pone verde y pedaleo sin respirar.

Bajo la rampa y escucho el penúltimo ruido de la mañana — baja la puerta del garaje, como si me

dijera que sí, que no queda nadie más por entrar —. El último, la voz del ascensor: ter-ce-ra-plan-ta.

Ruido de oficina. Juego a ser gris.

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Autonomía Sur, Sociedad Cooperativa Andaluza de Interés Social, es un proyecto colectivo de economía social con origen en 2005. Nuestro quehacer diario consiste en:

  • la asesoría y representación jurídica de personas y colectivos de trabajadores.
  • el asesoramiento a personas y entidades de economía social (autónomos, cooperativas, asociaciones, fundaciones, etc).
  • el estudio y elaboración de documentos de carácter técnico (evaluación de políticas públicas, empleo, territorio, etc).
  • el diseño y desarrollo de actividades formativas.

Defendemos los derechos laborales, analizamos la realidad e impulsamos nuevas fórmulas económicas democráticas, sociales y sostenibles. Y todo ello con dos objetivos: aportar una perspectiva transformadora a la construcción de la sociedad civil andaluza y evitar de manera estricta que nuestro trabajo pueda estar sirviendo a prácticas abiertamente contradictorias con nuestros valores y principios éticos y sociales.