nº2 | construyendo posibles

Mercaos Sociales –

Transformación Social desde el Consumo

Un nuevo tejido socioeconómico se está abriendo paso en Andalucía y, en particular, en Sevilla. Esto está sucediendo al margen de las grandes superficies comerciales, las enormes cadenas de supermercados y las redes de franquicias internacionales. Una forma diferente de entender la relación entre las personas productoras y consumidoras, cuyo objetivo compartido es la creación de redes que permitan cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes desconectando así la economía real doméstica de la economía capitalista en la medida de sus posibilidades.

En estos espacios la ciudadanía puede ejercer su opción de consumo, apoyando a iniciativas de economía libre y solidaria, además de a empresas de inserción que proponen bienes y servicios con compromiso social.

Hablamos de los Mercaos Sociales andaluces. Proyectos que han surgido principalmente en el último año en diversos rincones de la comunidad y que se inspiran en otros que ya llevan décadas funcionando, como por ejemplo las cooperativas de consumo como La Ortiga (1). La Tejedora (2), pionera de los Mercaos Sociales, nació en diciembre de 2011 en Córdoba. Otras iniciativas similares han ido surgiendo después gracias a la energía de las personas que la constituyen y las ganas de compartir su proyecto.

Actualmente, en la provincia de Sevilla existen tres Mercaos Sociales (MS en adelante):

Estos proyectos, aunque diversos e independientes entre sí, comparten una serie de objetivos y criterios que apuestan por la justicia ecológica y social.

¿Cuáles son estos criterios?

La puesta en valor de la producción de bienes y servicios locales, ecológicos, artesanales, cooperativos y de comercio justo.

Establecer un diálogo abierto y continuo entre quienes producen y quienes consumen mediante redes de apoyo mutuo.

¿Qué productos podemos encontrar en estos Mercaos?

Mieles, mermeladas, panes ecológicos, conservas vegetales y de pescado, cervezas artesanas locales, vinos de la tierra, productos de higiene y cosmética ecológicos, ropa para bebes, juguetes y mucho más. Esta lista de productos está abierta a nuevas propuestas surgidas de la participación activa de las personas socias.

Pero como hemos indicado anteriormente, cada proyecto tiene sus particularidades propias. Tanto La Alacena como Casa Cornelio son proyectos del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que partieron de la apuesta del mismo por el empleo digno y contra la precariedad laboral. Según Lolo, responsable de Casa Cornelio, estos proyectos buscan apoyar el cooperativismo histórico andaluz desde un consumo local, artesanal, ecológico y de comercio justo. Toñi, compañera de Casa Cornelio, va más allá y comenta que «es un proyecto con vocación social y de marcada tendencia ideológica a favor de la autogestión obrera. Hacemos nuestro el modelo de las cooperativas del SOC y compartimos los principios del movimiento cooperativo (ayuda mutua, esfuerzo propio, responsabilidad, democracia, equidad, igualdad y solidaridad)».

En Casa Cornelio, las personas socias han organizado también Grupos de Consumo de productos frescos, que reciben frutas y verduras ecológicas cada 15 días, procedentes de las cooperativas que colaboran en el proyecto.

Para participar en Casa Cornelio, nos cuenta Dani, «solo hay que pasarse por allí». Las personas consumidoras pasan a ser socias del mercao y pueden participar en todos los ámbitos que en él se desarrollan, ya sea proponiendo nuevas iniciativas productivas, ayudando a su gestión o proponiendo actividades diversas que se desarrollan en el local.

En el MS La Alacena de Alcalá de Guadaira, además de los productos no perecederos, también se recogen semanalmente cestas de productos de la huerta, siempre ecológicos, y pan artesanal hecho con ingredientes ecológicos. Las personas de la asociación se comunican por correo electrónico haciéndose pedidos por esta vía, asegurando que se recoge todo producto perecedero que llega el día acordado.

El MS la Rendija, promovido por la Asociación el Enjambre sin Reina, Buenaventura Comunicación Social y la ONGD Ingeniería sin Fronteras, es el tercer MS de Sevilla. En su sede tienen lugar también multitud de charlas, talleres, coloquios, cine fórums, debates y cursos. El espacio es cedido además para el uso de otros colectivos y movimientos sociales. Esta diversidad y riqueza —tanto de personas como de iniciativas— trae como consecuencia que además de bienes y servicios, se generen e intercambien aprendizajes colectivos, innovación tecnológica, cultura, relaciones sociales, proyectos y valores, recuperando la función originaria de los mercados como lugares de encuentro e intercambio.

Otra característica importantísima de los MS es la invitación a la participación activa en el proyecto tanto de las personas productoras como consumidoras. El acto de consumir deja así de ser automático, ciego, desinformado y pasivo. El consumo se convierte en un acto de posicionamiento político en el que las consumidoras conocen por qué tipo de consumo están apostando, con sus valores y repercusiones socioeconómicas y ambientales.

El contacto continuo con las personas productoras hace que estas adapten sus productos y formas de producción a las necesidades reales del colectivo, siendo retribuidas de forma justa.

Estas iniciativas buscan la transformación social y apuestan de este modo por el poder transformador personal y colectivo del consumo. Los tiempos están cambiando. Y también las mentalidades.

Un debate aún abierto en el funcionamiento de los MS es la utilización de las monedas sociales locales. Actualmente, ninguno de los tres mercaos sevillanos trabaja con monedas sociales. Sin embargo, el MS Casa Cornelio ya ha empezado a estudiar la posible utilización de la Moneda Social Puma (3) en sus intercambios. Según nos comenta Toñi, «es importante encontrar el equilibrio euro/puma, para poder asumir los gastos que nos vienen en euros como el alquiler, la luz y el agua». Además, señala la necesidad de hacer partícipes cada vez a más iniciativas productoras en la red de la Moneda Social, para poder así asumir su uso como moneda de cambio, «pero seguro que poquito a poco lo lograremos».

En todo caso, con la decisión de realizar las transacciones únicamente en euros, el MS La Rendija se ha abierto más al público. «La gente del barrio empieza a entrar, empieza a conocer los productos y a comprar como en un comercio más. También comienza a entender la filosofía de lo que ofrecemos y eso está muy bien», señala una socia. De paso, así se intenta evitar la endogamia que a veces acompaña a este tipo de iniciativas. Sin embargo para Toñi, de Casa Cornelio, todavía hay mucha gente que percibe este tipo de espacios como tiendas gourmet a las que ir para darse un caprichito, y no como tiendas del día a día. «Este es un tema importante en el que trabajar si queremos llegar cada vez a más gente», afirma Toñi.

¿Por qué pertenecer y colaborar con estos proyectos?

Aquí los tres MS sevillanos coinciden en invitar a la ciudadanía sevillana a participar: «Porque son proyectos de economía alternativa y solidaria, autogestionados y autónomos que se mantienen gracias a las aportaciones, las iniciativas y el consumo responsable de sus socias y amigos. Necesitamos tu participación para que proyectos como estos se conviertan en una alternativa real a las relaciones de producción y consumo dominantes en nuestra sociedad».

(1) http://www.laortiga.com/

(2) http://www.latejedora.org/

(3) http://monedasocialpuma.wordpress.com

Nota: ¡En Granada también tienen su MS! – http://mercaosocialgranada.org/

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