nº54 | la cuenta de la vieja

Tejiendo cambios

Emprendimientos de mujeres indígenas en Ecuador

El proyecto Tejiendo Cambios es una iniciativa desarrollada por la ONG Cepam (Centro Ecuatoriano de Promoción y Acción de la Mujer) para apoyar los emprendimientos de un grupo de mujeres en el contexto de la pandemia.

Otavalo es una región de la sierra norte ecuatoriana. La mitad de su población se autoidentifica como indígena del pueblo kichwa y vive, mayoritariamente, en comunidades rurales. Se dedican a la agricultura, la fabricación textil, el turismo y el comercio de plantas, piedras y otros recursos naturales con poderes medicinales.

A pesar de su riqueza cultural, Ecuador es un país castigado por la herencia colonial del racismo hacia las nacionalidades indígenas. También por el machismo: casi el 70% de las mujeres reconocen haber sufrido algún tipo de violencia de género (física, psicológica, sexual, económica o patrimonial). Y, por último, por la precariedad, ya que menos de la mitad de los hombres cuenta con un empleo adecuado (de acuerdo con las condiciones legales) y esta cifra baja al 30% para las mujeres.

Como ocurrió en muchos otros lugares, la irrupción de la pandemia tuvo consecuencias devastadoras en Ecuador. En 2020, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) calificaba la situación en América Latina como «economía de guerra». En Ecuador, el pib había caído un 12,5%; más de 1.200.000 personas habían perdido su puesto de trabajo, especialmente mayores de 55 años y mujeres; y casi medio millón de personas habían traspasado el umbral de la pobreza.

Para las víctimas de violencia de género, el confinamiento y la agudización de la precariedad supusieron, además, nuevos detonantes de agresiones. Los organismos estatales y las ongs dedicadas a la atención a víctimas de violencia machista se apresuraron a adaptar sus servicios a través de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, se idearon códigos como el de enviar un sms con las palabras «No tengo tomate» para alertar sobre situaciones de violencia. Sin embargo, la atención en las comunidades rurales fue complicada, dado que muchas personas no disponen de medios tecnológicos o acceso a internet.

Entre las muchas familias que tenían negocios propios relacionados con el comercio y que tuvieron que paralizar parcial o completamente sus trabajos al no poder acceder a los mercados donde vender sus productos, la organización cepam identificó a un grupo de cincuenta mujeres emprendedoras en Otavalo. Eran mujeres provenientes de las comunidades rurales aledañas a la ciudad, promotoras de pequeños e incipientes negocios sobre gastronomía, turismo y fabricación textil, cuyas posibilidades de sostenibilidad se habían visto en peligro a raíz de la pandemia. Con colaboración de la cooperación internacional española (Fons Valencià per la Solidaritat y Quart de Poblet), así como de la Alcaldía de Otavalo, Cepam comenzó en 2020 un proyecto de apoyo a estos emprendimientos, que todavía continúa.

El proyecto Tejiendo Cambios ha apoyado a las emprendedoras a través de diferentes actividades, todas dirigidas a la mejora de las capacidades tecnológicas y técnicas de las emprendedoras desde una perspectiva de género. De esta manera, se han impartido talleres formativos sobre el uso de las redes sociales para la promoción y venta de productos y servicios; para el aumento de la calidad de la producción con vistas a su exportación; y para el empoderamiento femenino, con contenidos que abordan la equidad de género, la identificación de la violencia y los procesos de denuncia y restitución de derechos, la independencia económica, o la autoestima.

Por otro lado, se han diseñado y difundido catálogos digitales con los productos y servicios de las emprendedoras; se han organizado ferias comerciales (una vez que las restricciones de prevención comenzaron a disminuir) y se han donado algunos materiales, como mesas, pancartas o telas. También se han realizado visitas de intercambio de experiencias entre las emprendedoras de diferentes localidades. Así se ha ido construyendo una red de apoyo cuyo propósito es que estas mujeres conserven y desarrollen iniciativas que pueden significar la conciencia sobre sus propios derechos, su independencia económica y su capacidad de salir de círculos de violencia.

No se trata de romantizar el emprendimiento ni idealizar una situación que camufla mucha precariedad. En 2020, Ecuador era el país con más mujeres emprendedoras del mundo: más de un 33% de su población femenina entre 18 y 64 años. Sin embargo, estas cifras no eran del todo un motivo de celebración como quiso pretender el entonces presidente Lenín Moreno. El emprendimiento, concepto fundamental para la propaganda capitalista neoliberal, se rodea de características más míticas que reales, como la innovación tecnológica, la deliberada asunción de riesgos, la originalidad o el éxito empresarial. Además, la imagen comúnmente transmitida del emprendimiento es machista, racista y clasista. No en vano, la representación tradicional ha sido la de un hombre blanco, de mediana edad, en traje de chaqueta.

En Ecuador, la gran mayoría de los emprendimientos tiene poco que ver con esta teoría. La motivación que lleva a más del 80% a construir un negocio propio es la escasez de empleo (Global Entrepreneurship Monitor, 2020). Solo el 3% de los emprendimientos se dedican a la tecnología y el 85% nunca llega a contratar empleo externo a la propia familia. Se trata de negocios de supervivencia, una fuente de ingresos para las familias, una posibilidad de prosperar. Y, especialmente en el caso de las mujeres, una herramienta para el empoderamiento.

Claro que no todas las iniciativas dan resultado. En muchas ocasiones implican excesivas horas de trabajo por un salario que sigue siendo insuficiente. Incluso con la colaboración de las instituciones públicas y civiles, no se puede garantizar que un proyecto sea fructífero. Pero en casos como el de Tejiendo Cambios, los emprendimientos son una forma de proveer alimento en la mesa y de generar una autopercepción de dignidad y autonomía. Son la semilla de una revolución, tanto personal como social.

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