El caso del libro que vengo a contaros es de esos feminismos que llaman «interseccionales», aunque no nos engañemos, no hay nada que esté exento de interseccionalidad. En este caso, como su nombre indica, Discatopía, de la editorial Kaotika libros, versa sobre la discapacidad, pero desde la perspectiva del pensamiento situado de Donna Haraway, cuyas autoras hablan con su experiencia, y más específicamente, de la dislexia como discapacidad. Ambas en diferentes roles, Paloma Sánchez Michavila y Lourdes Michavila Lafuente, y cuyo apellido poco común, el primero de la una, y segundo de la otra, nos hace sospechar del parentesco que existe entre ambas.
La primera, y autora de la mayoría de la obra, es una chica disléxica que habla de su experiencia con la misma, tratándola como materia de análisis no clínica o psicológica, sino sociopolítica. La segunda, su madre, habla también de cómo fue para ella ser una madre que a finales de los noventa y principios de los dos mil, tuvo que enfrentarse prácticamente sola a un sistema escolar que reproducía la violencia capacitista con sus tres hijes.
Sin embargo, esto no es una historia de vida, aunque hable de experiencias, es un trabajo de fin de máster de Paloma. En este trabajo, el capítulo de Lourdes lo extirparon y las disléxicas faltas de ortografía fueron corregidas. Por ello, el libro es más coherente con la historia y con lo disca, pues conserva ambos elementos centrales. Además, no se centra en la dislexia, hace un trabajo de investigación donde relaciona discapacidad con la teoría queer, decolonial, feminista y anticapitalista, dando lugar a un gazpacho teórico y vivencial delicioso para los cerebros inquietos.
A esta que os recomienda Discatopía, como disléxica y tdah (entre muchas otras taritas) le sirvió para situarse también, para dar lugar y avivar ese pensamiento político de la discapacidad. Seas disléxique o neuronormative, os animo a leer Discatopía para abrir vuestra mente y entender el mundo desde otro lugar.

