Los mercados de abastos no solo en España, sino también en otras partes del mundo, se están convirtiendo en espacios de ocio y turismo destinados, cada vez más, a grupos de medio y alto poder adquisitivo.
Pareciera que la única forma de salvaguardar los mercados es ponerlos en competición con otros destinos turísticos o de consumo de ocio. Pero el riesgo es que, al transformarse de esta forma, pierden su condición de servicio público. Históricamente, los mercados, han servido a las poblaciones más modestas y vulnerables que buscan alimentos y productos esenciales a precios asequibles y una forma de ganarse la vida como comerciantes. Hoy en día, todavía cumplen esta función, sobre todo en ciudades del sur global, pero están cambiando sustancialmente. Muchos han languidecido acosados por la competición de los supermercados, las compras por internet y la desinversión por parte de las autoridades públicas, mientras que otros han renacido como destinos turísticos y espacios de ocio.
El problema es que, en esta transformación, la función pública de los mercados de abastos se debilita o desaparece: ya no se venden productos de necesidad sino productos gourmet, comida para llevar o artesanías. Los precios de los productos y del alquiler de los puestos suben y las personas usuarias y las comerciantes originales empiezan a desaparecer.
España está a la cabeza de este proceso con algunos mercados como la Boquería de Barcelona o el de San Miguel de Madrid como verdaderos modelos internacionales. El Instituto Municipal de Mercados Barcelona (IMMB), por ejemplo, recibe visitas de todo el mundo que buscan replicar lo que allí ya denominan «el modelo de mercados de Barcelona». Este modelo busca remodelar los mercados para hacerlos más competitivos, eliminar y reducir puestos que no son «sostenibles», e incorporar espacios de restauración y supermercados. Aunque este modelo ya se critica por asociaciones de vecinas y vecinos y el Ayuntamiento ha debido de tomar medidas contra la turistificación de los mercados, este «efecto Boquería» se exporta por parte del IMMB a través de su servicio de consultoría.
En América Latina, la tendencia de los mercados gourmet está también haciendo mella. En Ciudad de México, por ejemplo, se cuentan ya cuarenta mercados gourmet, varios de ellos inspirados en el mercado de San Miguel de Madrid (Cordero y Salinas, 2017). En el histórico mercado de San Telmo en Buenos Aires, resisten algunos puestos que venden fruta, carne, productos de primera necesidad y antigüedades, pero en los últimos cinco años la oferta ha cambiado radicalmente hacia el turismo con puestos que venden fish and chips, hamburguesas gourmet, pastelería francesa, comida vietnamita, artesanía de la Patagonia o souvenirs de Mafalda.
En el Reino Unido, esta gourmetización se manifiesta de varias formas. Por un lado, los mercados más históricos, sobre todo en el norte del país, están siendo remodelados incorporando nuevas áreas de restauración a modo de «patio de comidas» con puestos de street food (comida callejera). Muchos mercados también están empezando a abrir hasta más tarde y crear eventos de ocio nocturnos, con música en directo o noches temáticas.
Un modelo al que se aspira en el norte de Inglaterra es al de Altricham, a diez kilómetros del estadio de fútbol del Manchester United. Después de años marginado por el Ayuntamiento, se ha convertido en el epicentro del renacimiento comercial de esta población tras una renovación realizada por un visionario con experiencia en el negocio inmobiliario. Ahora, el mercado atrae a una clientela joven y acomodada y sirve comida y bebida artesanal y gourmet en una atmósfera informal de mesas corridas. Ya no queda nada de los anteriores comercios con sus mercerías, cafeterías modestas y tiendas de regalos que atraían a grupos de ancianos y ancianas que venían a pasar el día.
En Londres, la presión inmobiliaria está empujando a muchos mercados hacia este modelo turistificado y gourmetizado. Un estudio publicado por la Autoridad Metropolitana de Londres (2017) contabiliza hasta 280 mercados cubiertos y mercadillos y confirma una tendencia al alza de mercados gestionados por empresas privadas con finalidad de lucro. Estos mercados se enfocan en comida para llevar, comida callejera y comercio especializado de productos artesanales, moda retro o artesanía. El objetivo no es vender productos esenciales a precios asequibles, sino todo lo contrario, vender productos con alto margen de beneficio.
Otra tendencia en esta misma línea, es el auge en el Reino Unido de montar mercados al aire libre con el único objetivo de animar las calles y atraer a consumir en los centros urbanos que compiten con los centros comerciales y con las compras en internet.
Lo que vemos es que estas transformaciones en los mercados en el Reino Unido, aunque se podrían englobar en los procesos de turistificación, no apuntan tanto a atraer turistas nacionales o internacionales, sino a atraer a capas locales de población joven y con un poder adquisitivo medio o alto que tradicionalmente no han consumido en los mercados de abastos. La mercadotecnia es similar a la del turismo ya que, cada vez más, las clases medias se comportan como turistas en sus propias ciudades descubriendo espacios urbanos marginales como barrios pobres, barrios étnicos y comercios tradicionales, entre los cuales, los mercados de abastos.
El peligro es que esta tendencia hacia la gourmetización de los mercados es difícilmente compatible con la función de los mercados de abastos como servicio público. El resultado es que las personas comerciantes y usuarias más tradicionales, que suelen tener un perfil de clase media trabajadora, acaban también siendo marginadas y desplazadas.
No podemos dejar de mencionar, sin embargo, que estas transformaciones no son inevitables o irreversibles. En el Reino Unido, sobre todo en Londres, hay numerosos grupos y asociaciones luchando por mantener los mercados de abastos como espacios accesibles a todo el mundo, con productos asequibles que sostengan en particular a grupos de población vulnerables, minorías étnicas e inmigrantes (González y Dawson, 2018).
NOTAS
•Autoridad Metropolitana de Londres (2017) Understanding London Markets. London: GLA. https://www.london.gov.uk/sites/default/files/20171219_gla_markets_report_web.pdf
•Cordero, L. y Salinas, L. (2017). «Gentrificación comercial. Espacios escenificados y el modelo de los mercados gourmet». Revista de Urbanismo, 37, 1- 12.
•González, S. y Dawson, G. 2018. Resisting gentrification in traditional public markets: Lessons from London. En: González, S. (ed.) Contested Markets, Contested Cities.. London: Routledge.