Jin, jiyan, azadî – Mujer, vida, libertad; un eslogan que no solo se repite en las manifestaciones kurdas, sino que es el núcleo de la revolución del Kurdistán. Como dicen allí: «La liberación de la sociedad, la completa destrucción del capitalismo y del Estado, solo será posible a través de la liberación de las mujeres. Esta lucha no solo corresponde a las mujeres kurdas, sino a todas las mujeres del mundo»
El movimiento de mujeres kurdas afirma que la primera opresión que se dio en la historia humana fue la opresión sobre la mujer. La mentalidad patriarcal se impuso a través de la dominación, explotación y esclavitud de las mujeres, enfrentó al ser humano con la naturaleza y abrió la puerta al resto de sistemas de dominación y discriminación que enfrentan a la sociedad entre sí: imperialismo, clasismo, nacionalismo, racismo, son productos de esta mentalidad de dominación masculina.
El patriarcado apareció aproximadamente hace unos cinco o seis mil años, pero antes de esto los seres humanos vivieron durante miles de años organizados en sociedades matriarcales pacíficas, igualitarias y respetuosas con la naturaleza, denominadas «sociedades naturales» o también «socialismo primitivo». Pero, ¿cómo la posición, la libertad y el respeto a las mujeres en estas sociedades se perdió progresivamente hasta alcanzar el punto de no ser ni nombradas en la historia? Volver atrás, investigar nuestras raíces, conocer cómo éramos y cómo cambiaron las cosas, es esencial para entender quiénes somos y cómo es la sociedad hoy. Si no hacemos esto, si no buscamos la verdadera raíz de los problemas, no seremos capaces de ganar nuestra lucha contra el sistema actual, es más, no seremos capaces de proponer una alternativa apropiada que haga de la revolución social un cambio verdadero y definitivo.
Amargî es una palabra sumeria, la primera conocida en la existencia humana que expresa el significado de libertad, la búsqueda de libertad. Porque la conciencia de libertad no aparece hasta que esta no se pierde por primera vez. La sociedad oprimida bajo la civilización estatal sumeria anhelaba la igualdad y la libertad vividas en las sociedades matriarcales. Es por eso que Amargî significa literalmente ‘volver a la madre’. Las mujeres en particular y las (nunca desaparecidas) sociedades naturales en general, han resistido y luchado siempre por volver a la libertad. Las historias mitológicas de Mesopotamia en las que las diosas madre se defendían del nuevo poder emergente de los dioses masculinos; la resistencia y organización clandestina de las brujas, mujeres sabias, en Europa; las tres olas del feminismo y la lucha presente de las mujeres en todo el mundo contra el feminicidio, son ejemplos de este conflicto que continúa desde hace más de cinco mil años contra el sistema y mentalidad de dominación masculina.
De la teoría a la práctica, creando un conocimiento de las mujeres para la revolución social
Jineolojî es una nueva fase en la perspectiva de lucha del movimiento de mujeres kurdas que surgió y evolucionó hace más de treinta años dentro de la lucha de liberación nacional kurda liderada por el PKK (Partido de los trabajadores de Kurdistán). Comenzó en el año 1987, al mismo tiempo que trabajaba su organización autónoma internamente, también transmitía y compartía sus avances en todas las áreas de la lucha social. Las insurrecciones populares contra la colonización de Kurdistán (en kurdo Serhildan), que comenzaron a partir de 1989, fueron lideradas por mujeres. Desde el punto de vista de la sociedad kurda, este fue el comienzo de una nueva fase de la resistencia nacional con un carácter centrado en la mujer. En este sentido, el movimiento de mujeres continuó su trabajo teórico y práctico en áreas intelectuales, políticas, sociales, culturales y de autodefensa. Las siguientes fases claves en la historia del movimiento serían: 1993, formación de guerrilla autónoma de mujeres; 1996, teoría y práctica de desconexión total del sistema patriarcal; después de 1998, ideología de liberación de las mujeres y creación de una identidad emancipadora de la mujer; 1999, formación del partido ideológico de mujeres; desde el 2000 en adelante, construcción del sistema confederal democrático dentro del marco del nuevo paradigma social cuyos tres pilares básicos son: democracia, ecología e igualdad de género. En este contexto se procedió a la creación de consejos de mujeres, academias y cooperativas. Después de toda esta evolución y bajo el lema «la liberación de las mujeres es la liberación de la sociedad», el movimiento de mujeres pasó entonces a centrarse en el trabajo ideológico, filosófico e intelectual.
Abdullah Öcalan, representante del movimiento de liberación kurdo, se cuestionó y reformuló el papel de las ciencias sociales. Se preguntó especialmente por qué el socialismo real y los movimientos de liberación nacional no pudieron materializar sus ideales y objetivos de una sociedad liberada. En este contexto, Öcalan describe la necesidad de un modelo social alternativo a las nociones de revoluciones dirigidas al derrocamiento y la toma del poder. En este contexto, introduce la noción de una «sociedad ético-política» que se autoorganiza bajo un tipo de democracia de base y se distancia de la sociedad de consumo incapacitada y homogeneizada del capitalismo.
El proceso de convertirse en una sociedad libre no puede ser planificado desde el exterior y aplicarse como un modelo definitivo, porque entonces la sociedad nuevamente se queda incapacitada. Por el contrario, este proceso debe ser moldeado por la propia sociedad, los grupos sociales y los individuos mismos. Aquí, la moralidad social (conciencia y ética colectivas) y la capacidad política de la sociedad son factores decisivos. En este contexto, Abdullah Öcalan considera que la tarea central de las ciencias sociales y del conocimiento es fortalecer la conciencia libre en un proceso social abierto y desarrollar soluciones a los problemas sociales. Si observamos la noción actual de las ciencias vemos que es contraria a este entendimiento. La ciencia ha adquirido las características masculinas, sexistas y clasistas del sistema patriarcal y es usada como herramienta del poder para el mantenimiento de su dominación.
Es en este punto que proponemos Jineolojî. Jineolojî significa por tanto una intervención radical en la hegemonía de la mentalidad masculina dominante, un cambio radical de la percepción del mundo y de la vida, un cambio de paradigma. Öcalan hizo mención a esta palabra por primera vez en 2008 en su libro Sociología de la libertad. Ahí expresó la necesidad de crear una ciencia de la mujer como sistema de conocimiento alternativo para la superación del sistema científico actual y que formará la base fundamental para el desarrollo de una nueva vida y sociedad libres. El trabajo de Jineolojî comenzó en 2011 con la formación de un primer comité en la guerrilla, en las montañas liberadas del Kurdistán. Desde entonces se ha extendido a todas las áreas del movimiento y puesto en práctica en las cuatro partes del Kurdistán y Europa, creando comités, centros de investigación y academias.
El término Jineolojî se forma por un lado por la palabra kurda jin que significa ‘mujer’ y que comparte su raíz con las palabras kurdas jîn y jiyan que significan ‘vivir’ y ‘vida’ respectivamente; y por otro por el sufijo –lojî que deriva del término griego logos y que significa ‘conocimiento, entendimiento, ciencia’. Por tanto, se puede traducir Jineolojî como la ‘ciencia de la mujer y de la vida’. Nos preguntamos entonces, ¿cuál es el significado de la vida?, ¿qué conocimiento nos proporciona la vida misma?, ¿cómo crean las mujeres conocimiento? De hecho, una de las características principales del movimiento de mujeres kurdas es que la práctica y la teoría van de la mano y se mejoran recíprocamente. Las experiencias revolucionarias de las mujeres crean conocimiento y al mismo tiempo este conocimiento es el que define nuestra acción revolucionaria. El conocimiento se hace posible mediante la acción; se trata de construir conocimiento viviendo la vida misma. Este es el conocimiento en el que Jineolojî se basará y con el que guiará la revolución social.
En la historia de la humanidad, la mujer es considerada como la primera existencia que toma consciencia de sí misma y entorno a la cual la vida era organizada. Sin embargo, cuando el patriarcado se apoderó del conocimiento social y del poder natural que las mujeres habían desarrollado, las convirtió en pecado, en algo a ser castigado. Todos los sistemas de dominación de la historia se han basado en la construcción de un conocimiento y una mentalidad que legitiman esta lógica de dominación y esclavitud impuesta sobre las mujeres. El sexismo y la misoginia expresadas mediante la mitología, la religión, la filosofía y la ciencia son resultado de esto. Por tanto Jineolojî analizará cómo, cuándo y dónde el patriarcado ha influido en todas las áreas de la vida y de la mentalidad de la sociedad, proponiendo al mismo tiempo soluciones concretas y radicales usando también las partes positivas que ya existen en las ciencias. Encontrará métodos y respuestas libertadoras que llevarán a las mujeres y a todas las personas de la sociedad a una verdadera existencia y relación entre ellas.
Además de la experiencia adquirida por el movimiento de mujeres kurdas, Jineolojî tomará su conocimiento de las experiencias y logros del feminismo y de las luchas globales de mujeres. El feminismo nos enseñó que las ciencias modernas sostienen su conocimiento basándose en la división artificial entre sujeto y objeto. El control y el poder se legitiman sobre dicotomías sexualizadas y jerárquicas impuestas sobre la sociedad: yo y el otro, opresor-oprimido, emocional-racional, público-privado, etc.; La mujer es definida en diferencia al hombre y subyugada al control de este. Bajo esta realidad ficticia la sociedad identifica como valores positivos los definidos como masculinos: razón, fuerza y competición. De esta manera, la violencia, la destrucción y la muerte se han convertido en parte del poder y del conocimiento del hombre y en la base del entendimiento científico. Esto ha traído y trae consigo la devastación de la naturaleza, de los animales y de toda la humanidad.
Jineolojî señala que otro problema actual de las ciencias es que han adaptado el paradigma positivista. Con el positivismo la experiencia humana es reducida solo a hechos objetivos empíricamente probados, dando prioridad a algunas estructuras de conocimiento sobre otras y por tanto otorgándole el acceso al conocimiento y la posesión de la verdad universal a una élite. Jineolojî se presenta por tanto como un método de autodefensa contra los ataques del positivismo y la modernidad capitalista. Cuando decimos autodefensa no nos referimos solo al sentido armado, sino también a la construcción de estructuras sociales y mentales que sean capaces de hacer frente y responder a la represión y los ataques del sistema. Jineolojî define varias áreas prácticas para la organización y defensa de la vida social que serán desarrolladas con la perspectiva libre de las mujeres y mediante las cuales Jineolojî en sí podrá también mejorar y desarrollarse: ética y estética, demografía, ecología, economía, salud, educación y política.
Jineolojî analiza la construcción social de la identidad femenina y masculina y los entendimientos conservadores de género. Cuestiona las relaciones actuales entre las mujeres y los hombres y el concepto de sexualidad para rescatar a la mujer de definiciones como «virgen, esposa u objeto sexual», devolviéndola a la sociedad en la posición que se merece como sujeto libre. Propone unas nuevas relaciones humanas sobre las que se desarrolle la vida social y que se basen en el compañerismo y el respeto mutuo. Este concepto se conoce como «relaciones de convivencia libre» y son descritas en el libro de Introducción a Jineolojî de la siguiente manera:
La vida de pareja es una construcción social. La vida actual no se desarrolla entre un hombre y una mujer, sino entre la masculinidad y feminidad que han sido construidas socialmente. No podemos negar que la construcción hegemónica de los sexos binarios ha influido en las relaciones que se dan entre ellos y por tanto crea también una forma hegemónica de relaciones. No puede existir amor en una relación hegemónica impuesta. La primera condición básica para que se dé el amor entre seres humanos es que ambas partes sean libres y tengan una voluntad libre.
La cuestión de la igualdad de género y de todas las oprimidas nunca antes había sido tan urgente e intensa. Por tanto se hace también más necesaria que nunca una correspondiente organización y desarrollo de estructuras alternativas. En este contexto, el movimiento de mujeres kurdas nos propone Jineolojî como solución a las problemáticas sociales históricas y como método de desarrollo de un conocimiento de las mujeres que tenga el potencial de unir y guiar a todas las luchas antipatriarcales, anticapitalistas, antiimperialistas y antiautoritarias del mundo.
Con Amargî la lucha de la liberación de las mujeres comenzó —y con Amargî continúa—. La revolución de las mujeres que está teniendo lugar hoy en día en las tierras de Rojava, en Kurdistán, representa la necesidad histórica de ese retorno a la libertad exactamente donde primero se perdió. Con Jineolojî el movimiento de mujeres kurdas está tomando la responsabilidad de la victoria de este conflicto, poniéndose al frente de la lucha global por la liberación de las mujeres y de la sociedad, e invitándonos a todas nosotras a luchar con ellas.