nº11 | farándulas

Despatriarcando el rap

El pasado 18 de abril las compañeras del CSOA Escarnio de Santiago de Compostela organizaron las jornadas Despatriarcando o Rap1. A lo largo de ese día, diferentes mujeres mostramos nuestra creatividad y manifestamos nuestro mensaje a través de la cultura hip hop: el grafiti y el rap. Además, se realizaron una serie de actividades, donde compartimos ideas sobre cómo tomamos un espacio —el musical— que la historia y la sociedad patriarcales han atribuido al hombre. Las opiniones vertidas, la colaboración entre nosotras y la identificación que hallamos al acompañarnos y convivir durante las jornadas, trascendieron el discurso y tomaron forma de palabra y acto cuando cogimos el micrófono y comenzamos a rapear. Entonces, arrojamos nuestras letras y, con ellas, nuestras emociones, nuestras ideas y nuestra rabia hacia ese Estado y sistema que se mueven de la mano del sucio patriarcado2, que nos quieren oprimidas, que nos quieren esclavas, que nos juzgan, que ponen precio a nuestro cuerpo y nuestra libertad3.

Lo cierto es que en los últimos años se han ido desarrollando varios proyectos en torno a las mujeres y el hip hop: recopilaciones discográficas —Mujeres trabajando Vol. 1 o Femcees flow feminista, conciertos exclusivamente de raperas como Fémina 07 o plataformas de internet, como por ejemplo «Somos mujeres, somos hip hop». Ahora bien, aunque todos ellos tienen un punto en común —las voces que colaboran son femeninas—, las imágenes y los pensamientos que transmiten cada una de ellas no son los mismos, aunque haya coincidencias en algunas letras concretas. Algo que también puede observarse en el recorrido de la historia del hip hop. Si echamos un vistazo al mismo y a la cuestión de género dentro de él, lo que se ha denominado «universo macho»4 ha sido representado por un número importante de grupos, independientemente del género de sus integrantes. Esto es una consecuencia más de colaborar con las empresas discográficas y los tópicos que difunde. Dichas empresas, además, han desvirtuado los valores iniciales del hip hop, cuya naturaleza era contestaría y de denuncia. Basta con mirar hacia atrás para encontrar escritos y bases preñados de una crítica feroz y rabiosa hacia el sistema y sus instrumentos de control: el Estado, la policía, la cárcel, los medios de comunicación, la política, etc. Así es, en su origen el rap tuvo un carácter de batalla en las calles —que aún hoy mantienen muchas propuestas— para destruir la maquinaria que hace girar el sistema. Muchas activistas feministas hemos hallado en esa esencia incendiaria el medio para emitir nuestro grito contra uno de los pilares sobre los que se asienta el sistema: el patriarcado.

Así es, lejos del negocio musical y apoyadas en el «hazlo tú misma», el rap es para muchas un arma creativa y de expresión. Es más, la propia elección de esta corriente musical como herramienta para reclamar y alzar nuestras voces sin amos5 es subversiva de por sí. Somos conscientes de que la cultura hip hop reproduce el universo macho. Como tantas imposiciones que provienen de la cultura institucional y comercial, se nos ha hecho creer que el rap es «un mundo de hombres». Para contradecirlo, Michu MC relata con ironía: ¿Esto es cosa de hombres como el fútbol y el hip hop?, del mismo modo lo hace Diana Rocks: ¿qué pensaban que esto no lo podía hacer una mujer? pues escucha y siéntelo. O sea, hay una importante sección del rap, de hecho la más conocida, que transmite valores machistas, falocéntricos, agresivos —incluso se habla de violaciones— en los que la mujer se convierte en mero objeto o en la causa de todos los males del MC.

Como respuesta y decididamente en contra de estos principios, se han ido desarrollando una serie de proyectos donde grupos de mujeres de todo el mundo han creado un movimiento alternativo y una escena propia. En ella transgreden y deconstruyen los roles y ocupan uno de los tantos espacios que nos han sido arrebatados. Entre otras tantas, encontramos a Sara Hebe, Boca de Baba, BKC, Mare Advertencia Lirica, Ana Tijoux, Krudas Cubensi, Actitud María Marta o la conocida Keny Arkana. Todas ellas se posicionan ante la realidad que nos rodea con narrativas y estructuras críticas y comprometidas a partir de la perspectiva de género. En este sentido, se produce una doble subversión: por un lado, el uso del rap como herramienta de expresión y, por tanto, la ruptura de su universo macho; por otro lado, la participación activa de las mujeres en la lucha contra el sistema, otro lugar que, pese a quien le pese, ha sido identificado con lo masculino. Así, canciones como «Antiopresión» de Desplante, «Desesperada» de Sara Hebe o «Cuestión de tiempo» de Urs y DJ Gely, reivindican la violencia y la acción directa contra las cadenas impuestas por el poder; «Presas» de V de Bragas, aúlla por la abolición de las prisiones; «Nómadas del Globo» de BKC, dirige su habla contra las fronteras construidas por los Estados; y el rap de Shadia Mansour, describe la represión en Palestina. Con todo ello, la mayor parte de la fuerza lírica se dirige directamente contra el patriarcado: las agresiones que mantiene y promueve —«Quisiera verte yo» de BKC o «No te sientas sola» de Nazza—; las invasiones de los machitos —«No son absolutos men» de Caye cayejera—; nuestra sexualidad y su transgresión —«Guarretón» de Boca de Baba—; los estereotipos y la esclavitud de los absurdos cánones de belleza —«La gorda» de Krudas Cubensi—. Y, ante todo, nos representamos a nosotras mismas, nuestro modo de ser y estar, reivindicando el compañerismo y el apoyo mutuo. Hablamos de nuestro caminar, sin dueños, libres, combatiendo unidas en la guerra contra el sistema patriarcal que desea atemorizarnos, pero nosotras no vamos a dejar pasar ni una luna más para vivir sin miedo6. Desde aquí y desde el rap que ellas y tantas otras nos regalan, especial dedicación a todas las mujeres del mundo […], que como nosotras están luchando. A todas las guerreras, campesinas, urbanas. A todas las hermanas7.

1 Cantaron en estas jornadas: Alba G y Alex de Galicia, Rendi Mue de Toledo, Discordia con Z de Madrid y V de Bragas de Sevilla.

2 Canción «Minoría absoluta» de BKC.

3 Canción «Mujeres en lucha» de V de Bragas.

4 Término utilizado por Olivier Cachin en el coloquio «Les filles dans le rap».

5 Adaptación de la canción «Alzo mi voz» de Belona MC.

6 Adaptación de la canción «Naúfragas» de Diana Avella.

7 Canción «Eres bella» de Krudas Cubensi.

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