nº15 | política local

Tres caras de la Sevilla neoliberalizada

Turistización, mallificación y baretización del espacio público

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Sevilla tiene dos partes, dos partes bien diferentes: una la de los turistas y otra donde vive la gente (Pata Negra)

En enero de 2016, el Ayuntamiento de Sevilla presentó en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) un nuevo portal en la web llamado sevillavenues.es. Una herramienta que pretende «mostrar a los profesionales del sector de eventos, todos los espacios, salas y edificios públicos que dispone Sevilla para la realización de cualquier tipo de eventos y actos en la ciudad». Entre los espacios ofertados encontramos edificios, pero también espacios públicos como la plaza de España, la plaza de América, el muelle de Nueva York, la puerta de Jerez, los jardines de Murillo y la alameda de Hércules. En el portal se muestran los requerimientos y posibilidades de los espacios para convertirse en zonas de veladores y proyecciones efímeras.

En este artículo partiremos del fenómeno del turismo, la mallficación y la baretización para analizar el proceso de neoliberalización de los espacios públicos que se viene dando tanto en Sevilla como en otras ciudades a nivel global.

El turismo se presenta como uno de los principales sectores por los que Sevilla apuesta para salir de la llamada crisis económica. No es nada nuevo, el turismo es una de las estrategias de acumulación de capital más relevantes en los procesos de terciarización de las economías de las ciudades postindustriales1. A nivel global, en 2012 el turismo alcanzó la cifra récord de mil millones de personas. En 2015, Sevilla también batió el récord de 2,3 millones de turistas, con un aumento del 10,66% con respecto a los recibidos en el año anterior, según datos del observatorio turístico del consorcio de turismo de Sevilla.

La competencia por ocupar un lugar central entre los destinos turísticos favoritos es brutal y los mecanismos para atraer turistas a la ciudad dan cuenta del nivel de desesperación y el precio al que las instituciones políticas venden o alquilan una ciudad que debería ser para todas. Considero que el portal sevillavenues.es es un ejemplo de lo que algunos autores han denominado «nuevos cercamientos urbanos»2. Con este término, se refieren a «la expansión e intensificación de cercas, muros, fronteras o fortificaciones que privatizan y mercantilizan los espacios anteriormente abiertos y accesibles, en favor de determinadas élites urbanas»3. Estos cercamientos no solo privatizan el espacio como algo productivo, también se apropian de su valor de uso, cercando cualquier tipo de sociabilidad que no se dé con las condiciones de las relaciones capitalistas, es decir, previo pago4. En el caso de Sevilla, vemos que este proceso no solo se circunscribe al portal de marras. Encontramos otros ejemplos, quizás más sutiles, que tenemos más interiorizados y que comentamos a continuación.

La mallficación del espacio público

Mallficación es un término que alude a los procesos de transformación de los espacios públicos en centros comerciales. Hasta tal punto se puede hablar de mallficación, que existe una tipología de centro comercial denominada «centro comercial abierto». Si bien el uso del espacio público para el trapicheo y el mercadeo tiene en Sevilla, como en otras tantas ciudades, un fuerte arraigo, nos interesa señalar el proceso, sutil a veces y descarado otras, por el cual las lógicas que operan en este tipo de lugares, son aplicadas al espacio público. El objetivo es potenciar todo aquello que favorezca el consumo, eliminando aquello que genere imprevistos o se considere inapropiado5. Las estrategias utilizadas contemplan, por ejemplo, la estandarización de elementos decorativos, la utilización de elementos lumínicos o sonoros en determinadas zonas de compras, la zonificación de comercios, la creación de imágenes de marca asociadas a zonas de compra con intención de que la persona consumidora objetivo se sienta identificada con el way of life de la calle o la zona, creándose así un «ecosistema de consumo» que segrega a la población usuaria.

Los veladores de los bares son los coches de las zonas peatonales

Cualquier persona con un mínimo de conocimiento sobre los códigos de sociabilidad sevillanos sabe que el consumo en la calle, asociado a bares de cercanía, es parte de la cultura local. Sin embargo, Sevilla ha concentrado su oferta turística y de ocio a través de una proliferación de bares de manera hiperbólica. La concentración de bares en determinadas zonas, junto con una política muy laxa a la hora de asignar licencias de veladores, ha provocado lo que denominamos la baretización del espacio público. Al igual que ocurre con los centros comerciales abiertos, Sevilla tiene «centros de ocio» en los que la actividad comercial se ha tematizado en forma de bares con veladores, en detrimento de otros tipos de negocios de cercanía. En detrimento de la diversidad y complejidad de la que tanto se habla en las ciudades compactas y de la contingencia, de lo inesperado, de la acción urbana que no vaya destinada al consumo. Los veladores son cercamientos urbanos aceptados y, como ocurre en otras ocasiones, en los que existe un problema de escala y distribución. Si bien el consistorio tuvo una actuación desmedida en el desarrollo y aplicación de las ordenanzas cívicas, parece que no ha tenido el mismo celo por la «pacífica convivencia ciudadana» cuando se ha puesto a dar licencias de veladores en zonas ya saturadas de bares.

La acción colectiva en defensa de los comunes urbanos

Bajo la idea de los comunes urbanos encontramos algo que va más allá de lo territorial y sus atributos físicos; los comunes urbanos son atributos de la acción colectiva compartida, son conocimientos, lenguajes, códigos, experiencias compartidas; tienen valor simbólico6. Reclamar y tomar el control de aquello que se está privatizando es uno de los retos a los que se enfrentan los movimientos sociales urbanos. Sin embargo, en los cercamientos urbanos en espacios públicos destinados al ocio, la cuestión toca un punto central de la sociabilidad sevillana. Existen experiencias que pueden ser usadas como referentes de comunalización de los espacios públicos. Comunalizaciones que pueden pivotar entre apropiaciones colectivas como oposición a los procesos de cercamiento o negociaciones para flexibilizar y complejizar el uso los espacios.

El lugar donde tomamos una cerveza… ¿es político?

Turista ven a Sevilla,

la hemos convertido en la ciudad ideal (…)

no hay futuro cuando se pierde el encanto…

cada sevillano es turista en su ciudad.

(Pony Bravo)

1 Murray Mas, I. (2014). Bienvenidos a la fiesta: turistización planetaria y ciudades-espectáculo (y algo más). Ecología Política, Ciudades, 87–91.

2 Midnight Notes Collective. (1990). Introduction to the new enclosures. (http://www.midnightnotes.org/newenclos.html)

3 Castro-Coma, M., & Martí-Costa, M. (2016). Comunes urbanos : de la gestión colectiva al derecho a la ciudad. EURE, 42(125), 131–153.

4 Hodkinson, S. (2012). The new urban enclosures. City, 16(5), 500–518. http://doi.org/10.1080/13604813.2012.709403

5 Hernández Ramírez, M., Cira, L. S., González Portillo, A., & Ruiz Ballesteros, E. (2003). Nuevos espacios, ¿nueva ciudad? Centros comerciales en Sevilla. Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía, 23, 587–603.

6 Chatterton, P. (2010). Seeking the urban common: Furthering the debate on spatial justice. City, 14(6), 625–628. http://doi.org/10.1080/13604813.2010.525304

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