El espacio natural de el Cortijo del Cuarto ha sido y es un gran desconocido para la ciudad de Sevilla. La especulación ha llegado antes que su protección y amenaza su destrucción. Diputación de Sevilla utiliza la vivienda «social» como excusa.
El Cortijo del Cuarto es un gran desconocido para la ciudad de Sevilla. Acodado en el extremo más al sur de la ciudad y colindando ya con Dos Hermanas, los terrenos del Cortijo del Cuarto cuentan con 135 hectáreas de espacios naturales llenos de vida arbórea y animal. El espacio es paralelo al cauce del río Guadaíra y al barrio de Bellavista.
Tenemos que remontarnos al año 2006 cuando, en pleno auge de la ambición inmobiliaria, el PGOU de Sevilla indicó que aquellos eran terrenos edificables y la ciudad empezó a proyectarse hacia el sur. La crisis de 2008 paralizó unos proyectos que tenían vistas de producirse en 2010: era la urbanización del Cortijo del Cuarto, la creación de dos grandes torres de uso terciario a cada lado de la SE-30 —aunque una de ellas acaba de ser anunciada de nuevo por el Ayuntamiento— y algunos elementos más.
La vuelta de tuerca del mercado inmobiliario y la vuelta a la especulación que vivimos hoy hizo que desde hace dos años la Diputación de Sevilla, a través de su presidente Francisco Javier Fernández de los Ríos y de la empresa Sevilla Activa, anunciaran la recuperación del proyecto, ahora actualizado, de lo que ellos llaman el barrio del Quarto, en el que proyectan 5 551 viviendas, escudándose en que 3 000 serán, según quién redacte noticia, sociales, VPO, públicas —sin proyecto real detrás—. Para llevarlo a cabo, el pleno de Diputación ha aprobado a finales de 2024 el presupuesto de la empresa pública.
Y es que 5 551 viviendas en el entorno de Bellavista (diez mil habitantes) harían que se duplicara la población en un entorno urbano que ya se encuentra saturado, infradotado y con serios problemas de movilidad urbana. Y es que no solo existe este proyecto especulativo en el entorno. Nos encontramos con Palmas Altas, los terrenos de los antiguos cuarteles, Pítamo, Pítamo Sur y la expansión de Entrenúcleos, que hace que, en estos momentos y sin contar el deseo de Diputación, en la zona se prevean más de nueve mil viviendas más, es decir, entre 25 000 y 50 000 nuevos habitantes. Estos números, analizados en bruto, son mucho más crudos si empezamos a sumar a estos proyectos en el sur lo proyectado en San Jerónimo al norte de la ciudad, la Algodonera al este y las proyecciones desbaratadas en el área metropolitana norte y el Aljarafe.
El nuevo proyecto de Diputación duplicaría o triplicaría la población en un entorno ya infradotado, con muchos problemas de movilidad y eliminando su pulmón verde.
Es por ello que tras el anuncio del nuevo proyecto urbanístico —que aún está en desarrollo en el momento de escribir este artículo— vecinos de Bellavista se agruparon en torno a una asoación, Espacio Verde Cortijo del Cuarto, para defender el espacio frente a la amenaza, la presente y las futuras. Desde la asociación se entiende que el espacio es fundamental. Es el camino de paso de aves migratorias, complemento de espacios protegidos tales como la Cañada de los Pájaros, la Dehesa de Abajo (ambos lugares en el municipio de Puebla del Rio) o la Laguna de Fuente del Rey (Dos Hermanas); existe una masa arbórea consolidada que resulta fundamental para el ecosistema de la zona, incluida la masa humana que habita la zona; es un lugar de pastoreo utilizado actualmente; existen en el espacio humedales importantísimos y recuperables.
El proyecto de Diputación lleva en su Plan Maestro un «pulmón verde» que recoge la ribera del Guadaíra con el mínimo que exige la ley de costas, los edificios del Cortijo y la Ermita de la Virgen de Valme.
Además, y especialmente tras los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad de Valencia, se hace más presente aun un elemento que parecía abocado al silencio. Todo el terreno donde se pretende construir es un elemento indispensable dentro de las infraestructuras urbanas de la zona: los suelos permeables. Es una salida natural al agua de la lluvia que podrían evitar problemas de mucho calado dadas las circunstancias climáticas.
También hay que añadir que en el Plan Maestro que presentó Diputación llamaban Pulmón Verde a un espacio que solo correspondería a la ribera del Guadaíra, exigencia de la ley de costas, los edificios propios del Cortijo y la zona de la romería de la virgen de Valme. Este «pulmón verde», además, estaría roto por varias vías de comunicación con tráfico rodado que la harían completamente inviable para la fauna presente.
El presidente de Diputación, cada vez que hace mención a su proyecto, habla de tener el apoyo de los vecinos de Bellavista. Sin embargo, Sevilla Activa, que tuvo algunas reuniones con la asociación EVCC —cuyo manifiesto han firmado ya más de cincuenta entidades y centenares de particulares— donde se prometió que se tendría en cuenta la opinión y valoración de los vecinos para la generación del Plan Maestro, promesa que, obviamente, ha sido incumplida. Sin embargo, sí hemos visto cómo se ha reunido con otras instituciones para hacer promesas, como la Hermandad de la Virgen de Valme, para la protección de la romería y los espacios de la Ermita, o con la ministra de Vivienda, a quien les ha prometido que, además, el proyecto integrará dos residencias universitarias —ampliando otra burbuja que no compete en este artículo—.
Desde la asociación se plantea que el único destino posible para la zona es la creación de un gran parque forestal que ocupe íntegras las 135 hectáreas del terreno y que suponga, por tanto, la protección, mejora, mantenimiento y uso de esos espacios por parte de la ciudadanía de Sevilla. Para hacerlo más comprensible, hablamos, con muchos matices, de la creación de un «parque del Alamillo» al sur de la ciudad, una infraestructura necesaria, que además está defendida por todos los nuevos modelos de sostenibilidad, tanto del Ministerio de Transición Ecológica como por la Unión Europea.