nº55 | desmontando mitos

Lobos disfrazados de obreros

Radiografía de Frente Obrero

Difícilmente podríamos señalar qué tienen en común Santiago Armesilla, Ana Iris Simón o Frente Obrero, aunque podemos encontrar un hilo conector. En los últimos años se ha gestado una corriente de pensamiento que viene a defender valores reaccionarios enmarcados en discursos anticapitalistas. En este artículo pretendemos analizar la posición política de uno de los más destacados: Frente Obrero.

INTRODUCCIÓN

14 de octubre de 2018. El Ateneo de Madrid acoge el acto de presentación del Comité pro-Frente Obrero de España. El programa político de esta nueva organización lleva la firma de Roberto Vaquero. En él se exige la salida de la UE y la OTAN; el establecimiento de una república federal, popular y, en un futuro, socialista; la expropiación a los grandes terratenientes; el fin del imperialismo español y la resolución del conflicto en el Sáhara; así como la amnistía para todxs lxs presxs políticxs.

Más tarde, FO se dará a conocer fuera de su ámbito con una serie de escraches contra miembros de Podemos, así como proyectos de bancos obreros y movilizaciones contra los desahucios. En paralelo, han venido realizado toda una serie de campañas e intervenciones en redes sociales defendiendo ideas políticas conservadoras vinculadas al patriotismo español, al antifeminismo o la LGTBIfobia. En este artículo analizaremos dicho discurso.

ANTIFEMINISMO Y LGTBIFOBIA

En esta cuestión FO nunca se ha escondido, aunque su pensamiento parece haber evolucionado. Si bien en 2019 solo criticaban el «feminismo posmoderno», a lo largo de estos años han realizado una política de acoso y derribo contra el feminismo (especialmente aquel más afín al movimiento LGTBI, lo que denominan «teoría queer»), tildándolo de reaccionario, interclasista y discriminatorio. «Somos contrarios al feminismo en todas sus formas y variantes». Por supuesto, también critican que la «ideología de género» se esté «imponiendo por la fuerza» en la educación pública.

Esto se expresa en la defensa de la «mujer obrera», del antifeminismo y de políticas de natalidad en su programa político (en el cual no encontramos ninguna referencia al aborto). Asimismo, han realizado campañas contra la ley trans.

PATRIOTISMO Y FILOIMPERIALISMO ESPAÑOL

En 2019, FO se presentaba como una organización que defendía el derecho de las naciones que componen el Estado español a la autodeterminación, la necesidad de acabar con la herencia colonial española y con el imperialismo español. No obstante, la evolución de su proyecto político hace que haya degenerado en un patriotismo español sin tapujos, como demuestra el documento político: centralismo, negación del derecho de autodeterminación y ninguna referencia al imperialismo y colonialismo español. Explícitamente se afirma que «se está implantando en España una cultura decadente que busca destruir todo lo que somos: la Hispanidad, la patria o los idiomas».

Este patriotismo se convierte en las redes sociales en una oda constante a la patria española, asumiendo orgullosamente el legado imperial español y la teoría de la Leyenda Negra, relativizando los crímenes cometidos por el imperialismo español… solo porque otros Imperios mataran más y peor.

CONTROL DE FRONTERAS Y POLÍTICA ANTIINMIGRACIÓN

Este nacionalismo español, aderezado con dosis de racismo y xenofobia, se manifiesta claramente en su política migratoria. Con el argumento de evitar la marginalidad y la no integración de lxs migrantes, así como ante un supuesto límite en la capacidad del país a la hora de recibirles, proponen una batería de medidas entre las que cabe señalar: el cierre fronterizo con Marruecos, la expulsión de lxs migrantes que delinquen o de quienes hayan llegado de manera irregular siempre y cuando no demuestren que han vivido de forma estable en el Estado español.

Estas medidas no solo vinculan la migración irregular con la violencia, delincuencia, islamismo, etc., sino que viene a criminalizar y a castigar más a lxs mismxs migrantes pobres y de clase trabajadora. Ni que decir tiene que el cierre de la frontera pirenaica para que no entren migrantes europexs que crean sus guetos en residencias de lujo, fomentan discursos racistas contra los pueblos mediterráneos y generan altercados con sus borracheras, no tiene cabida para FO (nótese la ironía).

NI IZQUIERDA NI DERECHA…

FO afirma que la dicotomía izquierda y derecha ya no es válida, argumentando que, hoy en día, las etiquetas izquierda y derecha representan a partidos en el poder que legitiman y reproducen el sistema. Frente a ambas, ellos se reivindican como alternativa. No obstante, lo hace asumiendo los marcos discursivos de esa derecha que dicen invalidar: el concepto de «dictadura de lo progre», o los de «lobbys gay y queer», etc. Esto no es más que la adaptación de este discurso neoconservador que se está erigiendo en los últimos años.

Para el caso de FO, mientras se afianzan estos discursos reaccionarios, desaparecen de su programa político los planteamientos más transformadores: socialismo, fin de la monarquía, o la lucha contra el imperialismo español. Solo defensa de la clase trabajadora, una premisa que queda desnuda, envuelta en una bandera roja…y gualda.

Este giro se enmarca en el surgimiento de un posicionamiento político que podríamos calificar de rojipardismo, y que viene a asumir la crítica anticapitalista del sistema actual (e incluso alternativas socialistas) desde posiciones conservadoras o reaccionarias en lo social. Erigiendo el conflicto capital-trabajo como único relevante para la lucha política y desvinculándolo de otras explotaciones, violencias o conflictos, este movimiento supone una defensa de valores tradicionalistas como reacción al aumento de la conciencia y los avances en derechos de naturaleza sexo-reproductivo, diversidad de género, ecologismo, identidades nacionales o movimientos antirracistas.

En un contexto de desmovilización y hartazgo político, de aumento de la pobreza y precariedad y de falta de referentes revolucionarios en los barrios obreros, no debemos dejar de ver como una amenaza este tipo de discursos y movimientos que vienen a contraponer, de manera perversa y falsa, la necesaria construcción de un orden social que supere al capitalismo y acabe con la explotación de clase, con el necesario avance de derechos colectivos en claves de tipo territorial, sexual, racial o de género.

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