nº48 | ¿hay gente que piensa?

¿LO HABLAMOS?

¿Para cuándo meterles tijera, aguja e hilo a nuestras relaciones sentimentales? La tela es la que hay, pero sacar nuevos patrones, unir piezas, probar a hacerlo de formas diferentes, haría que empezáramos a construir alternativas en este tema.

Dentro de nuestra disidencia, hay muchos aspectos que tratamos así, que nos cuestionamos, que sin tener una idea clara de cómo hacer las cosas, lo que sí que sabemos es que no queremos hacerlas como se han hecho siempre. Y, desde ese punto, construimos alternativas de diferentes formas, cada una con nuestro camino, compartiendo y discutiendo pareceres y opiniones, imitando a alguien cercano o aprendiendo de su tropiezo.

Entonces, ¿por qué cuando el tema es la relación sentimental todo cambia?

Se convierte en un tabú o, por lo menos, no es de buen gusto hablar de las relaciones; es complicado discutir, meternos un poquito y sacarle punta, cuestionarnos, cambiar lo establecido, lo normal.

Al principio de la relación, puede ser momento de jugar, experimentar, romper límites, pero, en el momento que llevamos un tiempo, cuando la relación se afianza y se vuelve más seria, los indicativos de que así está siendo son cumplir con cada vez más item de lo que sería una pareja convencional: cerramos nuestra relación —si alguna vez estuvo abierta—, nos vamos a vivir juntas —porque ya toca— o nos metemos en una hipoteca en pareja —porque yo no quería, pero aquí me veo—. Aunque me encantaría que fuesen decisiones reales, fundadas y elegidas, siento que es una elección cómoda y pasiva siguiendo las pautas de nuestra educación.

Y, por el contrario, si no nos amoldamos a lo que se espera que tiene que cumplir una pareja, se duda de que haya compromiso y sinceridad, de que se quieran o de que vaya a durar. Nos escandalizamos si alguien con pareja desde hace tiempo está liada con otra persona, si una pareja deja de serlo y sigue conviviendo —teniendo o no peques—, si por el contrario una pareja no desea vivir junta o tienen proyectos de vida que no incluyen a la otra como pilar fundamental.

Me hace pensar en varias cosas: ¿es real el posicionamiento que tomamos al principio de la relación, que cuando se afianza ya no nos vale? O, por el contrario, ¿es este posicionamiento lo que nos gustaría para siempre, pero nuestros temores hacen que nos dejemos llevar por lo que nos contaron que son las relaciones? ¿No es compatible tener una relación larga, en la que romper con lo establecido, a la vez que priman los cuidados, el respeto y la complicidad? ¿Por qué no damos valor a las personas que a nuestro alrededor están intentando construir de maneras alternativas?

Creo que es hora de que este tema tome un lugar prioritario dentro de nuestros grupos, de esos momentos de discusión política; es importante que creemos referencias, otros caminos válidos o, hasta llegar a ellos, otras puertas por las que pasar y experimentar.               

¡Al lío!

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