nº63 | política global

Las raíces de la solidaridad musulmana con Palestina

Hace unos días, mi amiga Luzma me comentó que le había llamado la atención que unas mujeres musulmanas que trabajaban en Bellavista (Sevilla) fueran hasta el centro de la ciudad para apoyar una marcha a favor de Palestina mientras parecían mostrar poco interés por otro tipo de movilizaciones. Por ello me formuló una pregunta que consideré que podría ser muy interesante de responder aquí. La pregunta era: «¿Por qué es tan relevante la lucha palestina para las musulmanas y musulmanes? ¿Y por qué viven la lucha palestina de una manera tan intensa?»
El conflicto israelí-palestino tiene una larga historia y engloba varios acontecimientos. Sin embargo, aquí centro la atención en aquello que, personalmente, considero relevante para contestar a las preguntas formuladas en el anterior párrafo. Resumiré la respuesta en dos puntos clave: la importancia religiosa del territorio de Palestina, en concreto de Jerusalén, y la evidente injusticia que sufre un pueblo.
Por un lado, sobre la importancia religiosa del territorio de Jerusalén, cabe resaltar que dicho territorio no solo es apreciado por la comunidad musulmana. De hecho, se considera una ciudad sagrada en todas las religiones monoteístas: cristianismo, judaísmo e islam. En el caso del islam, aparte de considerarse una ciudad sagrada, es el lugar hacía donde rezaban las primeras personas musulmanas y desde donde ascendió el profeta Mahoma al cielo. Por estas razones, la comunidad musulmana percibe la lucha del pueblo palestino por recuperar su país como una batalla que libran por toda la Ummah, término que hace referencia a la comunidad musulmana. Se ve a estas personas, que permanecen habitando en sus casas y barrios a pesar de la brutal represión que sufren por parte de Israel, como una referencia de fe y persistencia.
Por otro lado, sobre el segundo punto, el que hace referencia a la injusticia que sufre el pueblo palestino, no es un hecho exclusivo de la comunidad musulmana. De hecho, la mayoría de las personas, independientemente de su posicionamiento ideológico, sienten empatía hacia el pueblo palestino y reconocen la injusticia que enfrenta. Este sentimiento se ha manifestado a través de numerosas muestras de solidaridad y apoyo en todo el mundo, especialmente en respuesta a los recientes acontecimientos. Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Israel se propuso el objetivo de eliminar a este grupo a cualquier precio. Sin embargo, bajo la premisa de acabar con Hamás, Israel está realizando ataques sin importar a qué ni a quién. Según la UNRWA, en la Franja de Gaza, la población civil sufre una desoladora cifra de 25 000 muertes y 62 681 personas heridas debido a los bombardeos indiscriminados de Israel. Asimismo, la mayoría de estas muertes son de mujeres, niños y niñas. Según la ONU, solo entre octubre de 2023 y febrero de 2024, la cifra de muerte infantil en Gaza supera la suma de todas las mismas muertes ocurridas en demás conflictos en todo el mundo entre 2019, 2020, 2021 y 2022. Un dato que pasará a la historia y que, si no lo es ahora, en un futuro será una vergüenza para la humanidad por haberlo permitido. Por si las anteriores cifras no fuesen suficientemente impactantes, la situación de las personas supervivientes en Palestina se resume en: escasez de alimentos (uno de cada tres menores de dos años sufre malnutrición en el norte de Gaza), cortes en las comunicaciones y, por último, malvivir en una guerra muy desigual en la que no sabes cuándo terminarás viendo a tu vecindario, amistades y familiares morir ante tus ojos.
Para muchas personas, es suficiente con el segundo punto para entender que lo que está sufriendo el pueblo palestino es una injusticia, pero no necesariamente eso implica un apoyo activo. Sin embargo, en el caso de las personas musulmanas, este apoyo se acentúa más por la unión de los dos puntos comentados anteriormente, que se retroalimentan para lograr que el apoyo sea más visible. Desde sus inicios, Israel tuvo problemas para que los países islámicos le reconocieran como país, labrándose una mala imagen en la mayoría de la población musulmana por su manera de operar y conseguir sus objetivos. Un ejemplo de ello puede ser el acontecimiento que marcó su creación como país, el atentado al hotel Rey David, en el año 1946, por parte de un grupo sionista y terrorista denominado Irgún, donde murieron 91 personas (28 británicas, 41 árabes, 17 judías, 3 soviéticas, 1 griega y 1 egipcia). Este triste acontecimiento logró expulsar a los colonos británicos de la zona, cuando aún se estaba negociando la parte del territorio que le pertenecería a Israel y a Palestina. Así fue que este evento cambió drásticamente el rumbo de la historia, dejando a medias un proyecto y propiciando un conflicto que persiste hasta la actualidad.
En conclusión: las mujeres de Bellavista se sienten parte de la lucha palestina y afrontan el conflicto con Israel como algo propio y con mucha intensidad, porque existe una conexión religiosa profunda con Jerusalén tanto en la historia como en la espiritualidad islámica, un rechazo moral a las injusticias y violencia histórica del pueblo israelí y, por último, una percepción de que este conflicto es una urgencia humanitaria e implica una responsabilidad internacional para conseguir una solución justa para el pueblo palestino.

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