nº46 | entrevista

«La mayor dificultad de una cooperativa es la horizontalidad de quiénes la componen»

Ismael Rojas, asesor y Socio de Autonomía Sur

Nos vamos de excursión al Prado, a la sede de Autonomía Sur, a charlar con Ismael Rojas. Acaba de abrirse el periodo de presentación del IVA del primer trimestre del año, y, aun así, tarda cerocoma en quedar con nosotras. Es raro el proyecto colectivo que no se haya sentado alguna vez a charlar con él. Gestor de nuestras vidas y militancias varias, hoy le pedimos que nos siga respondiendo dudas, pero ninguna sobre papeleo

¿Quién es Ismael Rojas?

Técnicamente soy un socio trabajador de la cooperativa Autonomía Sur, que acaba de cumplir diez años. Estudié empresariales después de trabajar en la hostelería y ver que era bueno con los números, y luego me metí con la economía social. Soy una persona muy trabajadora, demasiado, excesivamente responsable y padre de dos criaturas: Lola y Alba.

¿Cómo puede ser que la gente hable tan bien de ti, que generes tanta confianza, cuando trabajas en un área tan poco agradable como la asesoría?

Eso es porque mi padre y mi madre me transmitieron muy bien esa forma de ser. Me alegra mucho y a la vez me genera mucha responsabilidad. No me gusta llamar a las entidades clientes, es un término muy mercantil, son amigxs o entidades. Además, trabajando en un entorno tan cerrado como es el nuestro, me da pánico meter la pata en un proyecto. Por eso si hay una equivocación es nuestra responsabilidad y nos duele más por lo profesional que por la multa.

Hace unos meses entrevistábamos a Ferrán Aguiló, activista y cooperativista libertario en Barcelona en proyectos como La Dinamo, La Borda. Nos decía que «si algo se puede hacer, es colectivamente». Ismael, ¿por qué cooperativismo y cómo se lucha desde las cooperativas?

Por eso mismo, por hacerlo con más personas. Nuestra lucha es fomentar la unión, la horizontalidad y el cooperativismo. Nuestro objetivo fundamental es el fomento de la economía social y solidaria y la horizontalidad de los proyectos. Que no haya una que mande o malmande sobre las demás. Y lo hacemos porque creemos que todo va mejor si estamos más unidas. Y cuesta muchísimo con las dificultades y la poca experiencia de cooperativismo y asociacionismo que tenemos en Andalucía. Pensamos que es la manera de salir de las situaciones de crisis. De hecho, vienen más entidades en épocas de crisis. Cuando las cosas van bien, no tanto. En este sentido, creo que la reflexión sobre economía social andaluza es necesaria.

¿Como está en Sevilla el mundo del cooperativismo?

Está débil. La nueva reforma de cooperativas fomentaba la creación de cooperativas pequeñas, de dos personas. Si miramos las cooperativas, las asociaciones, con las que trabajamos son de muy pocas personas, son muy débiles, de muy poco compromiso. Es verdad que la economía es débil y no hay más gente porque no se puede facturar más y este círculo capitalista en el que vivimos no permite generar más economía horizontal, pero es débil. Si nos comparamos con Barcelona u otros puntos de Europa, este tipo de economía societaria se lleva de mejor manera. Cuando empecé hace diez años esperaba ver unos resultados mayores.

Parece que existen ciertos mitos en relación al cooperativismo. Como que crear una cooperativa es algo muy complicado.

Yo siempre digo que una cooperativa es una forma jurídica como otra cualquiera. Los mismos impuestos que una sociedad limitada, las mismas obligaciones con la Seguridad Social, con los ayuntamientos y con la Junta. La dificultad que tiene una cooperativa seguramente sea la propia horizontalidad de quienes la componen. No hay una herramienta de gestión para eso. En una sociedad limitada es muy fácil: gestiona quien tiene el dinero. En una cooperativa, en una asociación, mandan todas. Y al tener la poca costumbre y la poca tradición de que eso sea así, se generan muchísimas tensiones. Pasa en todas y, lamentablemente, nosotros ahí no podemos entrar. Aconsejamos a veces, aunque últimamente pensamos que es mejor quedarse callados.

¿Y es más fácil cuando vienen de movimientos asamblearios?

En el mundo asambleario, sindical o político saben gestionarlo mejor. Pero económicamente es una cosa nueva. Quienes vienen no suelen tener experiencia empresarial, no vienen de familias de empresarios, sino de trabajadores, normalmente. Y esa falta de experiencia también la notamos. Es difícil convertirse de repente en empresarios. Y esa es la segunda parte. Hablar de dinero es una cosa sucia, necesaria pero sucia, y en una horizontalidad de entidades más: ¿por qué ganas tú más que yo?, o ¿por qué no cobramos…?

¿Es cierto ese rumor que dice que dentro de los proyectos militantes o cooperativos es donde hay peores condiciones laborales y más precariedad? ¿Y cómo es la relación de dependencia con las subvenciones?

Todas las asociaciones nos autoexplotamos y, es más, por lógica y por entrar en el sistema empezamos a defraudar, cotizamos menos de lo que estamos trabajando internamente. Y lo hacemos de esa manera porque no podemos cobrar más dinero porque no ingresamos más. Nos adaptamos y nos precarizamos. Todo el mundo en una cooperativa, en una asociación, quiere ser contratado en el régimen general, pero muy poca gente puede llegar a desarrollarlo. La pregunta es siempre «¿cuánto dinero tienes?», y, sobre lo que tengas, te damos de alta. Si tienes 500 euros, un tanto por ciento es para la Seguridad Social y te vas a quedar con 300. Queremos estar bien con la ley, pero con las limitaciones de recursos que hay. Todo el mundo quiere un salario digno, pero no llegamos al salario mínimo interprofesional, que cuesta 400 euros además de los 1000 euros.

Sobre las subvenciones, nuestro compañero Óscar García Jurado siempre decía que una subvención es ir dopada a la cooperativa; te quitan el dopaje y te vas fuera, ya no acabas la carrera. Tenemos entidades que son dependientes, no de la subvención o licitación como tal, sino por la actividad que desarrollan, dependen de prestarle un servicio a un ayuntamiento, a una consejería o ministerio, y son frágiles. Duran en función de lo que dure el proyecto.

Con el mundo tal y como está, hay sociedades mercantiles, sociedades anónimas de grandes empresas que ya entran en nuestros sectores porque tienen solvencia técnica y económica, y algunas que son tan dependientes que después de 15 años con licitaciones se ven fuera porque ha llegado un Florentino Pérez con una empresa social. Nosotras tenemos otras herramientas (Coop57, CAIS, etc.) y vamos a hacernos fuertes frente a todo eso: motor financiero, energético, solvencia técnica… que nos sirva para competir con ellas.

¿Cómo se gesta el proyecto de Autonomía Sur? ¿De dónde viene y hacia dónde está caminando?

La cooperativa viene de una sociedad limitada laboral. La fundaron Luis (abogado) y Óscar (economista) con dos personas más, aunque no fueran socixs trabajadorxs, porque creían en constituir una cooperativa como forma jurídica.

En 2011 se constituye como tal aprovechando la reforma de la ley de cooperativas andaluza. Entra un equipo en la parte jurídica, conozco a Ana y me propone para entrar y crear un área de asesoría. La primera cooperativa que se constituyó con Autonomía fue el grupo Narco y, a día de hoy, tenemos unas 80 y más de 300 entidades entre asociaciones, cooperativas, algunas SL (que es un debate, pero si las gestionan bajo determinados principios, las cogemos) y muchas autónomas con principios asociativos.

Tras estos 10 años, ¿qué tiene planteado Autonomía Sur, hacia dónde va?

Nos dejamos llevar. Suena feo decirlo, pero no hacemos ni campaña de captación; nos van llamando entidades, sindicatos, algunos ayuntamientos… Sin tener que buscarlos. Ahora somos menos románticas a la hora de entrar en los proyectos, antes éramos unas adolescentes, decíamos que sí a todo. La energía la poníamos nosotras. Una pasión… Ahora nos centramos más en los proyectos que nos gustan. Tenemos la suerte de poder elegir. Pocas veces llega una empresa convencional que busque nuestros servicios, pero si lo que hacen no nos gusta o nos parece sucio, no lo aceptamos.

Y os vais reliando con Som Energía, Coop 57…

Yo soy socio de Coop57 y miembro de la comisión técnica, que consiste en analizar la situación cuando una entidad viene a pedir dinero. Y es una comisión técnica de entidades que están tiesas y a veces las valoraciones son con el corazón y no con la calculadora. Pero la mayoría sale.

Otro relío que tenéis es el Blog El Jornal Andaluz en El Salto.

Es cierto. Eso es culpa de Luis Ocaña. Yo soy más de calculadora y Luis a todo el mundo le dice que sí, al blog, a los boletines… Es una responsabilidad. Lo mueven Luis y Dani. Luis mueve a mucha gente que participa, pero es verdad que eso es parte también de nuestra esencia. Es como un asesoramiento gratuito, se tiene que hacer y se hace.

Bueno, pero parece que eres capaz de hacer sexi informar sobre la declaración de la renta.

Bueno, sí. Sexi y fácil, para que lo entienda mi hija. Yo tengo que transmitir esa información para colectivos que no tienen ni idea y tienen que entenderlo. No puedo ponerme técnico.
Me ha gustado lo de hacerlo sexi. Es cierto que hay que hacerlo fácil de entender, eso es muy importante para nuestro colectivo.

Defender derechos laborales y sociales en este contexto (y siempre): ¿cómo lo estáis viviendo?

Aquí pasa que, como se defienden desde el punto de vista jurídico tantos derechos laborales, se ve como que algo se está consiguiendo, pero la realidad es que hay mucha explotación laboral y mucha mierda empresarial. Se vive con ganas de seguir dándole leña a los empresarios que están fuera y siguen haciendo esto. Con la crisis, empleando las herramientas que tenemos como siempre lo hemos hecho. Es verdad que estamos viendo muchos más despidos, muchas más irregularidades, saltándose a la torera las condiciones de los ERTE. Es complicadillo.

Los sindicatos que nosotras llevamos están fuertes, están atendiendo bien, se está haciendo bastante al respecto, pero, como en todas las crisis, vemos lo que entra y por la parte jurídica es siempre la misma mierda. Hemos pasado de tantos días por despido a que sean menos días por año trabajado… Pero nosotras como siempre, echando todos los recursos y todos los medios.

¿Qué salida le ves a la economía andaluza? ¿Cómo ves el panorama?

Nuestros principios siempre han sido el fomento de la economía social y solidaria: es nuestra premisa de la que no nos podemos desviar. Con largo trabajo, que no es como al principio que decíamos en uno, dos, tres años, esto esta todo ya montado, hemos llenado un edificio entero de entidades de economía social, que va. Con calma, poco a poco, aprender, transmitir las experiencias, nuestras y de todas las entidades.

Nos hemos enterado de que fuiste tesorero eclesiástico: ¿puedes explicarnos eso?

Esto viene de mi tío Pepe que era el párroco de Punta Umbría y mi familia veraneaba allí. Las misas eran al aire libre, con mucha gente, y la colecta era muy interesante. O se llevaba al banco todo lo recogido o se contaba antes para llevarlo al banco ya contado y esas cuentas eran las que hacía yo. De ahí «tesorero eclesiástico». Separaba las monedas y las contaba. Podíamos ser seis personas contando monedas durante cuatro horas; imaginaos la cantidad de metal que podía haber ahí.

¿Has visto las cuentas de El Topo?

Jajajaja, no, pero es sostenible. El Topo aguanta fuerte.

Nos apoya

Derechos Al Sur (DelSur - Estudio Jurídico) es una cooperativa andaluza de abogadas y abogados que nacemos de la experiencia acumulada de varios despachos colectivos y en el que el planteamiento ético de las relaciones jurídicas y económicas se configura como la principal característica de la empresa, siendo éste tanto la base deontológica del ejercicio de la profesión como el marco del compromiso personal con el cliente.

Derechos Al Sur se llama así porque estamos comprometidos con los derechos de nuestra tierra, Andalucía, en la que por desgracia muchas veces sus personas están carentes de los mismos. Así, nos configuramos como una empresa en lo que lo importante y lo primero es la defensa los derechos individuales y colectivos de la ciudadanía. Nuestra principal razón de ser es ofrecer un servicio jurídico de calidad a cualquier persona u organización que vea recortados, tanto por particulares como por instituciones, sus derechos y libertades.