nº47 | política local

EL VECINDARIO INVISIBLE AL HABLA

EL COLECTIVO DE PERSONAS SIN HOGAR DEL BARRIO MACARENA ALZA LA VOZ A TRAVÉS DE LAS ONDAS

Vivir en la calle es una amenaza real para la vida. Son múltiples y variados los motivos de este hecho tan grave: marginación, la exposición, las enfermedades, dificultades para una nutrición saludable, la vulnerabilidad ante los elementos y las violencias por parte de la sociedad e instituciones, entre otros motivos. Al fin y al cabo, la situación de calle implica una serie de consecuencias que atentan directamente contra la vida humana. Tanto es así, que la esperanza de vida de las personas sin hogar se reduce en unos 20 años. Dato muy alarmante. A esto debemos sumar factores de mayor riesgo aún como: ser migrante; tener la movilidad reducida; requerir de algún tipo de tratamiento; un color de piel diferente, o ser mujer —considerado de alto riesgo en este caso al estar expuestas a todo tipo de violencias machistas—. Los asesinatos, robos, humillaciones, palizas o violaciones forman parte de la cruda realidad de estas vecinas y vecinos de nuestros barrios que apenas cuentan con apoyo y visibilidad.

Esto debería ser suficiente para que exista una respuesta ciudadana solidaria como se da en otras luchas y cuestiones igualmente legítimas, pero el sinhogarismo, a diferencia de otras causas, sigue hoy día siendo un problema estigmatizado e ignorado. Los prejuicios hacia este sector son aprendidos y conocidos, pero igualmente falsos y urge derribarlos.  Estas personas no están en esta situación porque quieren, sino como consecuencia de la desprotección social. Se les asocia a la delincuencia, las adicciones, la agresividad y la mendicidad; hechos también falsos y desmontados como para que se generalicen.

Sufren mucho rechazo y pasan a solas la mayor parte de su tiempo, pues solo gozan de un trato de igual a igual con otras personas en su situación en términos generales. Casi la totalidad de recursos públicos ofrecen un servicio asistencialista y acaban institucionalizando a estas personas, lejos de conseguir su integración y autonomía plena y digna. Por otra parte, la cantidad y condiciones de los albergues no ofrecen una solución, ya que, en primer lugar, no existen plazas para todas las personas que la necesitan y están masificados — algo que desde el inicio de la pandemia está suponiendo un horror—, tampoco pueden acceder con sus parejas o animales de compañía y se les impone una serie de horarios y disciplina bastante estrictos, muy lejos, a veces, de ser compatible con la realidad y las necesidades reales de estas personas. Parece que los recursos están más enfocados a atender urgencias y paliar síntomas que a solucionar y facilitar una reintegración favorable, justa y digna. Apenas existe la prevención en esta materia y a la mayoría de personas ajenas a este conflicto nos sorprende la facilidad con la que se puede acabar en una situación de calle.

Es inminente cambiar la perspectiva y la mirada. Este colectivo forma parte de nuestra comunidad y, como tal, merece la misma atención que el resto de partes que requieren atención y cuidados. Son nuestras vecinas y vecinos que duermen en la calle, quienes nos piden, con permiso, que les miremos a los ojos.

En Sevilla hay más de medio millar de personas en esta situación, según recogen los informes de los diferentes colectivos e instituciones que trabajan en esta causa. El contexto está lejos de ser favorable ante el aumento de los delitos de odio relacionados con la aporofobia en los últimos años y los continuos recortes en los presupuestos públicos destinados a combatir la pobreza callejera. Aun así, existen colectivos, organizaciones e instituciones que sí están trabajando para cambiar drásticamente estas realidades. Una de ellas es Solidarios para el Desarrollo, ong española cuya sede en Sevilla está en el mismo barrio de la Macarena, distrito donde se evidencian estas realidades y se concentran los centros de acogidas municipales y albergues. El equipo de trabajo y voluntariado realiza multitud de labores, como las rutas nocturnas, actividades artísticas, creación de redes de apoyo y visibilización del conflicto, entre otras. Una acción humanitaria de empatía, afecto y solidaridad sin paternalismos ni prejuicios, goza generalmente de una gran respuesta por parte de quienes reciben estas atenciones tan importantes. En el mes de junio comienza la Campaña de Calor, que dura todo el verano y consiste en la realización de actividades culturales y artísticas a las primeras horas de la tarde, con la intención de que las usuarias y usuarios puedan estar al refugio de las altas temperaturas mientras realizan collage, escritura creativa, circada o cine entre otras.

El verano del pasado año 2020, surgió la idea de iniciar una actividad radiofónica a través de un grupo de contacto donde uno de los usuarios más activos, Eloy, emulaba a través de audios la información cotidiana en clave informativa. Tras unas primeras sesiones de introducción, pronto este proyecto radiofónico se empieza a materializar en el programa Soñando Hogar. En este programa, el contenido se decide en asamblea horizontal, donde usuaries y voluntariado proponen y debaten sobre los temas a tratar. A través de debates, tertulias, lecturas de textos propios y entrevistas a diferentes personajes, como Alfonso Fajardo (director de Solidarios), Rocío Vicente (periodista) o María del Monte (artista y presentadora), se busca visibilizar al colectivo y a sus sensibilidades, necesidades y valores. No hay búsqueda de compasión ni lástima, solo la de dejar de ser una parte invisible del barrio; la de un cambio de actitud real en la sociedad. Los prejuicios que se mantienen carecen de verdad y razón, pero sus consecuencias son crudas y reales. Soñando Hogar responde a la necesidad de derribar lo aprendido, escuchar, comprender y crear un verdadero tejido de apoyo mutuo vecinal. Desde el primer programa, el proyecto ha sido acogido en Radiópolis a pesar de que se sigue grabando en la sede de Solidarios de manera autogestionada, y puede escucharse en la 92.3 FM de Sevilla, los jueves a las 23:00 h, o en el canal de ivoox de Soñando Hogar, donde se alojan entre algunos cortes de las sesiones de introducción, los seis primeros programas de manera permanente. Un contenido directo, práctico y sin edulcorantes para comprender esta realidad, hecho con mucho cariño, esfuerzo y corazón por quienes protagonizan esta historia, y el apoyo de quienes tenemos la fortuna de estar a su lado.

Nos apoya

Entidad para la defensa, revitalización y rehabilitación de la Casa-Palacio del Pumarejo.

En su seno esta el centro vecinal Pumarejo, espacio autogestionado por el vecindario en el que tienen acogida muchas asociaciones, colectivos y actividades varias.