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Cuchillas en la valla para contener e ignorar

Promulgar medidas con nombres inocuos es un deporte gubernamental. Razón por la cual la última decisión relacionada con las vallas de Ceuta y Melilla asimila los alambres dentados en espiral que las culminan con un gran acordeón: concertina. Sin embargo, basta mirar las webs de las empresas encargadas de su fabricación para palpar la realidad: «alambres de cuchillas tipo concertina® para la seguridad perimetral». Se refleja así el enfoque en la gestión de la inmigración por parte de Europa. A falta de políticas conjuntas que respeten unos derechos mínimos fundamentales, los gobiernos nacionales pueden tomar medidas sin respetarlos. Ceuta y Melilla son las fronteras de Europa. Y el estado español debe ejercer de gendarme de la Unión.

Fronteras

La Europa Fortaleza: contención y control como política prioritaria para las migraciones

En consecuencia, la política más extendida es la contención y el control de la inmigración no comunitaria. Las cuchillas son un hito más en la gestión a lo «militar» de un hecho natural e histórico como son las migraciones, por ello se instalaron en 1999 en un sistema ya de por sí violento. Aunque la presión popular obligó a su retirada en 2007, permanecieron en la valla de Ceuta y se mantuvo en gran parte en la valla de Melilla en lugares no visibles. Que en 2013 se vuelva a esta medida no es casualidad, pues si la respuesta a las desigualdades regionales pasa por lo policial, nunca habrá suficientes refuerzos para defender la Europa Fortaleza. Los resultados contabilizan 20 000 muertes en una década en el Mediterráneo; las cuchillas llevan 2 muertes en su haber anterior a 2013. No importan las muertes, importa que no lleguen. ¿Qué medida en Europa quedaría sin revisar si provocara tan solo una hospitalización?

Tampoco importa la austeridad. Este tipo de  «control» necesita de ingentes inversiones. En los presupuestos para 2013 se estimaron 50 millones de euros para el control de la frontera exterior, el mantenimiento de Centros de Internamiento, las repatriaciones forzosas —la mitad del total— y el reforzamiento de la valla de Ceuta y Melilla1. Sin embargo, desde 2009 se instauró una reducción paulatina en las políticas de integración y refuerzo educativo que finalmente fue eliminada en 20122.

Reducción de entradas, reducción de asilos

La última tragedia de Lampedusa no es un error, es el sistema. Un sistema de alejamiento de una realidad que se sustenta sobre helicópteros, aviones, barcos, sensores y leyes que permiten las cuchillas o la regulación racista italiana3. Soluciones edificadas sobre una estructura militar como Frontex4 para alejar el resultado de un movimiento poblacional provocado por intereses estratégicos y situaciones históricas.

A la vez, permite a la Unión externalizar —trasladar— el control fronterizo más allá de sus líneas, allí donde los derechos fundamentales tienen menos control5. Los acuerdos con Argelia, Marruecos, Mauritania, etc., permiten, no ya taponar previamente el flujo de personas migrantes, sino reducir las entradas y, por tanto, la petición de asilo. ¿Cuántas personas interceptadas en las fronteras o embarcaciones podrían haber sido solicitantes de asilo? La reducción de personas que solicitan asilo o el estatuto de refugiados es otra prioridad europea. Las guerras, los regímenes sangrientos, el hambre o los desastres medioambientales —relacionados con el cambio climático— son razones por las que las personas comienzan a emigrar. Sin embargo, la contención policial en países terceros, apoyadas por Frontex, se soluciona con expulsiones al desierto de Argelia (200 en el último año6) o con el abandono a la miseria, las mafias, los golpes y la vida en la exclusión que representa el monte Gurugú7. Esta marginalidad e invisibilidad es además una fuente de violencia contra las mujeres migrantes.

Mercado laboral y fronteras interiores

Comentaba Hannah Arendt que la ciudadanía se posee cuando se tiene derecho a tener derechos. La Ley de Extranjería y las modificaciones legales paralelas imponen limitaciones a la propia cotidianidad de las personas migrantes. En cierto modo, otorga una ciudadanía prestada (dependiente del empleo y los ingresos) que reduce las posibilidades para el desarrollo personal y familiar por su potencial revocación, generando más vulnerabilidad y precariedad.

La razón principal es que la política migratoria española se supedita al mercado laboral. Al asimilarse migración a empleo, se niega la complejidad del hecho migratorio. Así, en un momento que los trabajadores y las trabajadoras migrantes pierden puestos de trabajo (900 0008 en los últimos años), se puede ignorar el movimiento migratorio y encaminar los esfuerzos institucionales a dificultar la adopción de ciudadanía; en consecuencia, las vías legales de estancia, que permiten una ciudadanía sin contratiempos, se estrechan aún más. Como ejemplo, las restricciones al reagrupamiento familiar, el arraigo o el derecho de asilo. También se activan actuaciones de control y expulsión como las redadas selectivas, la aprobación de la directiva europea de retorno que permite detener durante 18 meses a personas «sin papeles» que no han cometido ningún delito, los CIE o los vuelos de repatriación forzosa.

Una lucha sin cuartel para expulsar el fenómeno migratorio que solo incrementa la existencia de personas sin documentación, sin permiso para trabajar o permanecer en el estado, ya sea por la dificultad del arraigo, o porque el mercado laboral los vuelve a expulsar a la tierra de nadie de los «irregulares». A esto hay que añadir los discursos institucionales de fragmentación y segregación que extranjerizan a la población migrante. Valga como ejemplo el caso de la limitación de la sanidad primaria a las personas sin documentación, olvidando rápidamente la contribución de los y las trabajadoras migrantes a la economía española9.

Las políticas migratorias son una parte más del sistema a cambiar

La política de migraciones no debe dejarse en el patio de atrás. Debemos tener transparencia y control. De lo contrario, al pertenecer a los márgenes de nuestra sociedad, la violación de derechos se hace más continuada y flagrante, se repite asiduamente, generando situaciones de indefensión y abuso. Se debe tener un control exhaustivo sobre estas políticas —que no pasa por la contención y el control— exigiendo un respeto absoluto sobre los derechos fundamentales y las vidas de las personas que comienzan la experiencia migratoria.

Existen alrededor de 5 millones de personas extranjeras en el estado español, además de otro millón de personas en situación administrativa no regular. ¿Son justificables estas políticas si no es por una intención de precarizar y doblegar más aún a la clase trabajadora a la que pertenece la población migrante?

Según el Informe Fronteras Sur, se frenan alrededor de 14 000 personas anualmente; 7 000 consiguen entrar: 21 000 personas con una carga de dolor y sufrimiento que no les impide jugarse la vida ante los sistemas de contención de la Europa Fortaleza. ¿Son estas medidas las más idóneas para ordenar un movimiento natural de las personas que es a la vez consecuencia de la globalización y de la libertad de movimiento de mercancías y capitales? Hay que abogar por la libre circulación de las personas10.

La ODS es un colectivo asambleario para la organización en defensa de los derechos sociales. Junto con las asesorías jurídicas gratuitas sobre extranjería, luchamos contra la política de frontera y  por el cierre de los Centros de Internamientos de Extranjeros, promoviendo la libre circulación de las personas y la organización de las personas migrantes.

1 Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Derechos Humanos en la Frontera Sur. 2013.

2 Europa Press. El Gobierno elimina el Fondo para la Integración, Acogida y Refuerzo Educativo de los Inmigrantes (30/03/2012).

3 Web Migreurop: Observatorio de fronteras. Frontex ¿Vigilar o salvar vidas?, 2013.

4 Agencia europea para la gestión de la cooperación en las fronteras exteriores.

5 Claire Roider. Frontex y sus silencios. Rebelión (01/10/2011).

6 Informe Derechos Humanos en la Frontera Sur. Op. cit.

7 Más información sobre los abusos de la policía marroquí en el monte Gurugú en Basta de violencia en las Fronteras: http://www.youtube.com/watch?v=SfeWqY017Ns. También es recomendable el reportaje sobre el monte Gurugú y las redadas producidas en el último año publicado en eldiario.es, en el especial dedicado a las concertinas y la valla de Melilla.

8 Javier de Lucas. Modelo Blade Runner. Le monde Diplomatique, junio 2003.

9 Al respecto: Carlos Gómez Gil. El acelerado cambio en la política migratoria de España. Rebelión (11/10/2009).

10 Este debate iniciado hace una década es defendido por personalidades como Sami Naïr: Una catástrofe anunciada, El País, 30/10/11; Morir en Lampedusa, El País, 04/10/13; La inmigración a debate, El País, 29/11/13. También resulta ilustrativo el artículo de Gonzalo Fanjul La política de inmigración del PP va en la dirección equivocada publicado el 28/11/11 en el blog «3500 Millones».

 

 

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