nº4 | farándulas

Superar la institución «arte»

Conversación con Núria Güell

Durante las vanguardias artísticas (hace más de un siglo), el arte ha pivotado entre una sumisión más o menos voluntaria a los imperativos del mercado y el anhelo revolucionario. En cada época se ha pretendido superar los contornos pactados para el arte y actuar en la «realidad » para transformarla. Ahora, cuando los grandes proyectos de vanguardia se han desdibujado en el ocaso de las grandes ideologías emancipadoras, proyectos artísticos de diferente envergadura pretenden actuar desde la micropolítica. Conversamos para El Topo con Núria Güell, artista visual y promotora cultural interesada en el análisis de las instituciones de poder, y cuya práctica es un desafío constante a los límites establecidos por la institución «arte».

El Topo: ¿Cómo ves el panorama actual del arte contemporáneo?

Núria Güell: Entre que vivo en un pueblo, la cantidad de trabajo que me autoimpongo y las continuas urgencias activistas, mi aproximación a lo artístico es más desde la teoría, y esto no me permite hacer una valoración del panorama actual. Lanzándome a la piscina, diría que actualmente hay más artistas politizadas o preocupadas por cuestiones sociales y políticas que antes del 15M.

ET: En tu caso, frente a un arte basado en la representación de mundos apuestas por trabajar con la realidad, es quizás tu forma de manifestar esta sensibilidad política…

NG: Todos los proyectos nacen de una voluntad militante. Los veo como «historias de vida con posibilidades semánticas» o algo así, jeje. Me interesa trabajar con la realidad, con la vida, porque está más que claro que a través de ella se ejerce el dominio. Por este motivo también, la vida es el campo de batalla. Y la vida no es la representación de nada, la vida es la acción.

ET: Uno de los problemas que observo es el de los discursos que se trasladan a la sociedad. Desde mi punto de vista, se hace muy poco por cuestionar los modos de producción y exhibición actuales, incluso la mayoría de las exposiciones sobre «arte político» no hacen otra cosa que ofrecer productos con esa etiqueta para el mercado del arte…

NG: Es un tema que me preocupa. Muchas veces, con mi compañero Levi Orta, lo discutimos en el mismo sentido que indicas: hay mucho «arte político» que es súper condescendiente. Una cosa es usar referencias políticas y otra crear situaciones políticas. Este también es un tema que viene desde las vanguardias. ¡Retomemos a Benjamin! Y a Tania Bruguera, que ya en el 2008 en La Habana, cuando fui su alumna, insistía en la necesidad de repensar la institución. Creo que urge muchísimo, estamos siendo súper cómodas para la institución a la vez que menospreciamos el potencial que tiene y que podemos usar a nuestro favor. En una nota aclaratoria sobre el último proyecto que he realizado en el Macba, Negro sobre Blanco, aclaraba que mi interés reside en usar ciertos privilegios concedidos a las artistas para usar toda la maquinaria institucional en función de unos objetivos que trascienden sus muros.

ET: Trascender la institución «arte» para cuestionar al resto de instituciones que nos gobiernan. Por ejemplo, en Aplicación Legal Desplazada #3 F.I.E.S trabajaste con presos sometidos a aislamiento. ¿De qué forma se desarrolló el proyecto?

NG: Envié una convocatoria a presos sometidos al régimen FIES-1, invitándoles a redactar un «poema, dibujo o pequeña narración » a modo de «hoja de reclamación». Me empezaron a llegar cartas y muchas denuncias de maltratos de más de 80 presos de todo el Estado. Lo que más me impactaba de sus testimonios era la tortura institucional sistemática a la que se ven sometidos.

Una vez tuve todos los testimonios, cada día enviaba de forma anónima uno de estos poemas, cartas o dibujos a Francisco Caamaño, ministro de Justicia socialista que legalizó el FIES después de que el Tribunal Supremo lo declarará «nulo de pleno derecho». Obtuve la dirección de su casa de descanso contratando a un investigador.

Paralelamente, entregué paquetes personalizados con copia del material recibido de los FIES-1 a los periodistas responsables de la sección de justicia de los medios oficiales, invitándoles a una rueda de prensa junto a Amadeu Casellas (ex-FIES) y a un especialista en tortura institucional. Casi ningún medio oficialista vino.

Con todo el material recopilado hice la web http://www.acvic.org/fies/. El objetivo que se ha cumplido ha sido, sobre todo, que haya más gente consciente de cómo actúa el brazo represor del Estado.

ET: El tema de la inmigración es quizás uno de los más presentes en tus acciones. Antes mencionabas el proyecto Negro sobre Blanco. ¿Puedes comentarnos en qué ha consistido?

NG: En julio de 2013, la Generalitat de Catalunya desplegó un macrodispositivo policial para desalojar a las 300 personas migrantes de las naves de Poblenou, propiedad de la familia multimillonaria Iglesias Baciana que, paradójicamente, son los patrones de una fundación de ayuda a los pobres de los países africanos. Los exresidentes de las naves, antes del desalojo, pactaron con el Ayuntamiento una serie de acuerdos que no se han cumplido. Desde 2002, están intentando constituirse como cooperativa para poder trabajar dignamente y, si no se había logrado antes, fue sido por el racismo institucional. Entonces, cuando el Macba me contactó para realizar un proyecto, enseguida pensé en Negro sobre Blanco, que ha consistido en crear, con la complicidad de los migrantes desalojados, el marco legal que les permite trabajar y autoemplearse: la Cooperativa Ca l’Àfrica. Como parte del proyecto, pedí al Macba que fuera el primero de sus clientes: los ha contratado con contrato de trabajo (importante) para que realicen actividades relacionadas con la exposición La realidad invocable, como por ejemplo el catering, el guardarropa y las visitas guiadas al museo en varios idiomas.
De este proyecto me interesa el potencial como herramienta legal que permite legalizar a quienes la ley ilegaliza.

*Puedes conocer más sobre el trabajo de Núria Güell y descargar material de sus proyectos en: http://www.nuriaguell.net/

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Dibujo de uno de los presos FIES contactado por Nuria Guell durante – Aplicacion Legal Desplazada
nº3 | farándulas

Receta para una feria anarquista del libro

Del 27 al 30 de marzo tuvo lugar la V edición de la Feria Anarquista del Libro de Sevilla. Aprovechamos esta página de cultura para hablar sobre un espacio de debate ya consolidado, el origen de estos encuentros o ferias y su importancia dentro de lo que algunxs compas denominan «el paradigma libertario».

Desde los orígenes del movimiento obrero revolucionario —y del anarquismo en particular—, la lucha por la alfabetización y formación política entre compañerxs fue uno de los pilares fundamentales del proyecto de transformación social en marcha. La vuelta a la tortilla que entonces se percibía cercana, no era posible sin una preparación teórica de todxs y no solo de una vanguardia elitista, condición indispensable para una organización horizontal de la sociedad. Las herramientas fundamentales fueron las numerosísimas publicaciones —principalmente, órganos de expresión de sindicatos y ateneos—, así como las actividades que se organizaban en estos últimos, que iban de la alfabetización a los debates políticos; además, se incentivaba la literatura más realista, comprometida y humanista. También fue fundamental el trabajo individual de personas como Sánchez Rosas, educador racionalista, que con su autoeditada Gramática del obrero se pateaba las sierras y campiñas de la Baja Andalucía. Fruto de este ambiente de discusión y autoaprendizaje, el movimiento pudo evolucionar enriqueciéndose con ideas que iban más allá de la lucha de clases. La aparición en 1934 de la revista Mujeres Libres, que posteriormente dio pie a una organización específica, sin ruptura con el movimiento, sería un ejemplo.

Sin embargo, durante esta etapa no existían apenas editoriales ni ferias que se definieran como anarquistas: los libros eran un bien de consumo fuera del alcance de la mayoría. Los periódicos y revistas, así como los talleres de lectura, suplían esa carencia. En los primeros años de la dictadura sobreviven clandestinamente algunas publicaciones, incluso escritas desde la cárcel como fue Esfuerzo, voz desde dentro de presxs de las Juventudes Libertarias. Finalmente, a golpe de juicio sumarísimo, desaparecerían todas.

En el estado español, es inicialmente en los 70 y 80 —a través de fanzines y publicaciones más formales del ámbito, digamos que autónomo, como Bicicleta y más tarde Sabotaje, Ekintza Zuzena… o pequeñas editoriales como Queimada, así como un cierto resurgir de prensa confederal— cuando se empieza a reconstruir un espacio de debate colectivo donde luchas como la antimilitarista, feminista o ecologista tendrán una relevancia determinante. Ya en los 90, se consolidan varios proyectos editoriales como Virus o Traficantes de Sueños, por citar solo dos de las más conocidas. Desde entonces hasta ahora, ha ido aumentando tanto el número de ediciones como la cantidad de ejemplares dentro del espacio anarquista/autónomo, justo cuando aparentemente lo virtual debía hacer desaparecer el papel. Dentro de este largo proceso de construcción del pensamiento colectivo, las distribuidoras denominadas anticomerciales cumplirán un papel fundamental. Imposibles de cuantificar, las distris, normalmente vinculadas a la okupación, funcionaban a la vez como colectivos t como proyectos totalmente individuales, donde además la música tenía un papel importante. Son ellas las principales impulsoras de las ferias y, aún hoy en día, si bien hay menos, siguen siendo fundamentales para su organización.

En 1998 comienza su andadura la primera feria anarquista del estado, La Mostra del Llibre de Valencia —a la que luego seguirán Bilbao, Madrid, Barcelona, Salamanca…— inspirada inicialmente por la de Londres, la más antigua, que comenzó con 6 estantes a principios de los 80 y hoy alberga 100 puestos y recibe a más de 3000 visitantes al día. La nuestra, la de Sevilla, más modestita ya que hasta los maderos saben que «Londres no es Sevilla», surgió hace ahora 5 años. De una manera similar a las otras, pero con sus peculiaridades.

Las personas que forman la asamblea de la Feria Anarquista de Sevilla participan de manera individual al margen de los colectivos en los que funcionen habitualmente, no perteneciendo casi ninguna, curiosamente, a editoriales o distris. Esto determina que cada año se elijan los temas que conformarán la agenda de la Feria en función de la necesidad de discusión y formación colectiva, y no en función de las novedades editoriales; la llave para el debate son a veces documentales y no libros. Son así individuos, asumiendo como tales las responsabilidades, lxs que consensúan los contenidos. Anticarcelaria, contrahistoria, género, educación libre, violencia, arte/lucha, antidesarrollismo… son algunas de las temáticas abordadas. Por supuesto, luego se recurre a toda la red de compas, amigxs y centros sociales necesarios para llevarla a cabo.

Desde el principio se ha apostado por realizarla en dos espacios —a nuestro parecer cercanos, pero a veces distantes— como son el Centro Social Okupado Sinnombre, en el desaparecido barrio de San Bernardo, y el Centro Vecinal Pumarejo; puntualmente, también en la librería La Fuga. El famoso gueto es en realidad una percepción subjetiva de la comunidad de lucha en la que unx se desarrolla: cuanto más se fija unx en la identidad, más estrecha se puede volver, y eso vale tanto para anarcas, vecinxs o 15emes. Para nosotrxs, la identidad anarquista es una base común de afinidad, necesaria en Sevilla, pero desde la que partir al encuentro de otrxs compas con lxs que compartimos experiencias durante el resto del año.

Otro objetivo de la organización es contribuir a descentralizar la producción, edición y distribución de textos. Que en el sur, en general, se edite poco desde el ámbito anarquista, tiene que ver con las posibilidades de distribución, pero también con una mirada casi siempre al norte. Aunque, inevitablemente, la mayor parte de presentaciones vienen de Barcelona o Madrid, priorizamos lo cercano, sirviendo por ejemplo para estrechar lazos con lxs compas de Granada, donde existe una realidad más trabajada en ese sentido, como puede ser la labor de la Biblioteca Social Hermanos Quero. Además, a la hora de convocar a colectivos, distris y publicaciones, intentamos potenciar lazos en Andalucía, Extremadura, Murcia, así como el sur de Portugal, acorde con una visión internacionalista y descentralizadora.

Este año volvemos a convocar la Feria, ahora más que nunca, de jueves a viernes en el CSO Sinnombre, amenazado de desalojo por el ayuntamiento. Durante la semana anterior también organizaremos actividades en otros puntos de la ciudad para ir calentando.

Bueno, ya solo queda invitaros a que participéis en los debates planteados para este año y animaros a que montéis vuestra parada de libros, fanzines, documentales… para eso, os facilitamos nuestro contacto, así como el blog con la programación, que también encontraréis en la agenda de El Topo.

¡Salud!

nº1 | farándulas

Gratis Commons. El derecho a la cultura en internet

Para la mayoría de aficionados a la cultura, temas como el copyright, Creative Commons, SGAE, el canon digital, los derechos de autor o la piratería son temas actuales pero bastante opacos. Cuesta trabajo entenderlos, y la verdad es que son temas llenos de detalles legales y ramificaciones hasta aburrir. Lo que yo destacaría de todos ellos, detrás de todo el barullo, es que hay una batalla abierta por internet. De un lado, activistas y ciudadanos que luchan por una internet barata y accesible para todos, una internet que ayude a que la población se forme y adquiera cultura critica. Por el otro, un conglomerado enorme de empresas e instituciones que solo buscan más beneficio económico en la red, que la ven como un negocio más, negando el resto de posibilidades. Dinero frente a derechos. De eso se trata.  

Es algo parecido al problema con las hipotecas, por poner un ejemplo muy conocido y cotidiano; allí tenemos a los bancos y al sistema financiero cometiendo abusos y negando derechos, y aquí pasa más o menos lo mismo. En el mundo de internet y la cultura también hay empresas similares con la misma conducta abusiva.  

Nuevas leyes amenazan continuamente con convertir la red en un espacio lleno de censura y bloqueos, leyes como la famosa ley Sinde, o la ley SOPA, grandes paquetes de sanciones al usuario y prohibiciones. El objetivo es que si te bajas un disco o una peli, te cortamos internet. Hasta ese punto pretenden llegar estas leyes. En esta «guerra» contra la piratería, la víctima al final es la educación y la cultura de la gente. Por eso es tan importante conocer y defender estos asuntos. De esta forma, cada vez que se oye la palabra copyright, patente o propiedad intelectual, todo lo demás va detrás. Por no hablar de los problemas con las patentes en el mundo industrial, farmacéutico o agroalimentario (Monsanto y demás multinacionales), que son otro reflejo del concepto erróneo de propiedad intelectual que predomina.

Antiguamente, quienes tenían el copyright de todo eran las monarquías, la iglesia, etc. No se podía imprimir un libro sin su permiso y los piratas de esa época eran quienes se saltaban esas prohibiciones y editaban los libros prohibidos para venderlos en el mercado negro. Gracias a esos «piratas» llegó la Ilustración, la Revolución francesa, etc. Porque, con su mercado underground de libros censurados, dieron a conocer obras clave para que estas sociedades se desarrollaran. Hoy día pasa algo parecido con internet y los movimientos sociales de protesta y desobediencia civil que están apareciendo en los últimos años. Hoy día, los «monarcas» que poseen y censuran la cultura son las grandes empresas de Hollywood, la industria musical multinacional, los políticos de nuestras democracias zombis, las entidades de gestión de derechos de autor (hay muchas, no solo está la SGAE). Todos ellos conforman un conglomerado de empresas e instituciones que solo ven la cultura de una forma: dinero. Estas grandes empresas piensan que copiar es robar, y que compartir archivos es un crimen. Todo es piratería. Ese es el mensaje oficial. En el mundo de la cultura, las entidades de gestión de derechos de autor apoyan esta internet censurada: por ignorancia la mayoría de la veces y otras por inmovilismo ante un modelo de negocio que no entienden y que a priori no es su monopolio habitual. Y es que a los monopolios les cuesta soltar la presa, ha pasado siempre, por eso es necesario conocer y apoyar estos movimientos activistas que tenemos alrededor, que son quienes realmente están mejorando internet, movimientos como el de las licencias copyleft, cultura libre, etc.

Es importante también señalar que cultura libre no significa todo gratis, ni tampoco significa para un artista regalar el trabajo, es simplemente otra forma de comerciar con la cultura, más justa y transparente, eso es todo. Usar licencias copyleft no implica perder tus derechos de autor. Se puede ganar dinero de esta forma también, se puede hacer negocio; lo que no se puede es montar mafias, eso es más complicado, de ahí su utilidad. Es todo más participativo, más transparente y hay menos abusos, porque todo el mundo sabe perfectamente cómo te lo montas, hay menos escondites.

En el caso de la música, todos hemos visto en las noticias los abusos del lobby de los derechos de autor: gente que se cuela en bodas y pide dinero por la música que se pone, acosando a dueños de bares, acosando a internautas, blogueros, desarrolladores de software libre, DJs, artistas de remezcla, artistas plásticos, etc. Son abusos de la mentalidad de antes, con el apoyo de nuestros políticos de cartón pluma y con el apoyo de las grandes estrellas mediáticas de nuestra cultura: músicos de la vieja escuela, los de toda la vida, estrellas del cine, de la música, gente que ha ganado mucho dinero con el sistema de antes, a los que vemos en los medios hablar de la piratería como el enemigo número uno, sin hacer mención a estos otros asuntos que son más importantes todavía.

En el caso concreto de los grupos musicales de aquí, si tienes un grupo de música en España y no eres socio de SGAE no puedes cobrar tus derechos de autor. Ellos lo cobran por ti —por ley— y se lo quedan si no firmas con ellos. Así de sencillo. No tienes libertad para decidir que no quieres que ellos te gestionen tus derechos. Tienes libertad para elegir discográfica, elegir mánager o local de ensayo, pero con tus derechos de autor solo existe la SGAE. Así funciona. Suena a película mala o a teoría de la conspiración, pero es la realidad. Se han convertido en un intermediario forzoso que se lleva su corte, su parte, aunque tú no quieras. Están protegidos por leyes antiguas de la era preinternet, conformando una realidad: en España, por ley, un autor no es dueño «económico» de su obra si no forma parte de este tipo de empresas. Solo ellos pueden recaudar, tú no puedes, es absurdo pero así funciona. A muchos amigos y músicos se lo contamos y no se lo creen, pero es cierto. Los grupos copyleft  estamos luchando desde hace años, pero somos tan pocos que supongo que pasamos desapercibidos.

De todas formas, hay esperanza, en el mundo de la música poco a poco se va demostrando que otro modelo de negocio es posible, y en el mundo editorial vemos también pequeños avances. En el mundo del cine las soluciones son más complejas ya que el volumen de dinero que cuesta hacer una película es muy superior al dinero que cuesta hacer un disco o escribir una novela. Eso, ya de entrada, dificulta mucho que un modelo de negocio para el cine basado en internet y en compartir archivos pueda funcionar fácilmente, pero podríamos decir sin miedo a equivocarnos que, en general, este otro modelo de negocio está avanzando, está demostrando que es posible hacer las cosas de otra forma a todos los niveles, y que esta forma de mover la cultura tan hippy puede dar muchos beneficios para todos: artistas y público. Hace años era un tema desconocido, una utopía, pero hoy existen ejemplos por todo el mundo. Una nueva industria florece basada en internet y en un modelo de negocio más transparente y justo, aunque también es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer. No hay una solución sencilla, es un tema áspero que va a tardar en solucionarse (si se soluciona).

En este mundo de internet quedan muchos temas importantes por tratar que estoy dejando atrás en este artículo, temas importantes para entender todo esto, como el software libre. O la importancia de los programadores e informáticos, que siempre han sido grandes luchadores por internet desde sus inicios. O la importancia de los nuevos géneros artísticos de remezcla que estamos disfrutando gracias a internet: DJs, VJs, fotomontajistas, videocreaciones, mashups, etc. Géneros que solo van a sobrevivir si seguimos luchando para que lo hagan, porque usan material con copyright como fundamento de ese lenguaje. Las leyes actuales en estos temas son tan abusivas y absurdas que impiden y dificultan su desarrollo.

¿Soluciones? Una de las soluciones para todo esto es que los creadores de la propiedad intelectual — los autores, en el caso de la cultura — sean dueños de su copyright, que no lo vendan ni lo cedan a otra gente simplemente porque es lo que se suele hacer, que no se hagan socios de empresas opacas. Una vez dueños de su copyright, que lo transformen en copyright abierto, básicamente que usen licencias Creative Commons en vez del copyright de siempre. De esta forma tan sencilla se solucionaría una gran parte del problema. Mientras todos los músicos sigan apoyando el modelo antiguo, estos monopolios seguirán teniendo una fuerza aplastante y todas las leyes de su lado.

Internet no es la solución a todos los males, eso está claro, y también es verdad que una internet más social con un intercambio de archivos libre y legal no asegura que la población vaya a adquirir cultura crítica por arte de magia. Hacen falta muchas más cosas, pero mucho peor será el panorama si dejamos que estas nuevas leyes sobre piratería que asoman la cabeza tengan éxito. Todavía estamos a tiempo de cambiar las cosas, pero hace falta que los aficionados a la cultura demos ese salto mental y moral hacia el activismo, ya sea con la pancarta en la mano o desde tu propia casa, el tema es luchar por algo que amamos y con lo que hemos crecido: el cine, la música, la cultura, el libre acceso a todos los discos, docus, series y películas de la historia. El derecho a formarnos y educarnos como ciudadanos libres y críticos. YouTube. Emule. Pirate Bay. Todos los discos piratas que hemos devorado, copiado y pasado a nuestros amigos. Las tiendas de vinilos. Pequeñas librerías. Salas de conciertos. Artistas que controlan su obra y sus derechos sin intermediarios. Por esas cosas merece la pena luchar. Internet y la cultura no son solo de los dueños del copyright, también nos pertenecen a todos.

Para terminar, os recomiendo varios documentales muy interesantes sobre el tema, todos están en la red, en ellos explican mucho mejor que yo todos estos argumentos.


Documentales recomendados sobre copyright, copyleft, internet, etc.
– RiP!: A remix manifesto
– Copyright Criminals
– La verdad según Wikipedia
– Roba esta película (Steal this film – partes I y II)
– The Pirate Bay – Away from keyboard
– La revolución virtual – el precio de lo gratuito
– Good copy,  Bad copy
– Todo es un Remix de Kirby Ferguson
– This film is not yet rated
– Pápa Piquillo (esta para relajarse)