nº16 | política global

Berta vive… ¡la lucha sigue!

Berta Cáceres Flores, activista, feminista, antimilitarista, rebelde…

¡¡¡Berta Cáceres, compañera de sueños, hermana de esperanzas. Las flores de la resistencia nunca mueren!!!

En la tarde del día 3 de marzo recibíamos la triste noticia del asesinato de una amiga: «¡La han asesinado mientras dormía, mientras soñaba nuestros mismos sueños!». Berta Cáceres, lideresa indígena, representante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fue asesinada en la madrugada, mientras dormía en su casa en La Esperanza, Intibucá, a unos 188 km de Tegucigalpa, por mano de hombres armados «desconocidos».

En Entrepueblos no salimos de nuestra conmoción, ya que fue siempre una referente en la lucha que emprenden los pueblos contra las grandes corporaciones internacionales en la usurpación de los territorios y sus bienes naturales, entre ellos el más fundamental: el agua que nos proporciona la vida. En este caso, ejemplo de muchas mujeres que encabezan estas luchas, hasta dejar su vida en ello.

Berta era fundadora y coordinadora general del COPINH y desde ahí era una de las voces en la primera línea de la defensa de los derechos del pueblo lenca en defensa de su territorio frente a las multinacionales.

La enorme generosidad de Berta Cáceres en el compromiso rebelde, solidario, activista, feminista, la había llevado a ser una de las voces más claras y valientes en la defensa de los pueblos indígenas, del campesinado, de las mujeres, de todos los sectores sociales más desfavorecidos y de la naturaleza. Sin duda perdemos uno de los referentes éticos más queridos en nuestro caminar en la solidaridad internacional.

Empezó a tener fuerza en mi interior cuando escuché su discurso en la larga entrevista de agosto del 2010, en su asistencia al encuentro del Movimiento de Mujeres por la Paz y contra la Guerra delante de la base militar norteamericana de Palanquero en Colombia, registrada por María Jesús Pinto, antropóloga social y compañera de Entrepueblos. En ella nos advertía a mujeres y hombres del «norte global» del creciente aumento del consumismo, la deshumanización de la vida y la falta de respeto con la naturaleza, y nos instaba a organizarnos para hacer frente a los intereses del capital y las grandes corporaciones. Desde entonces, la hemos seguido con verdadero fervor y respeto en sus manifestaciones.

No podemos decir que haya sido una sorpresa. Especialmente desde el golpe de Estado de 2009 en Honduras, Berta estaba en el punto de mira del crimen organizado por quienes no tienen ningún escrúpulo en anteponer sus beneficios, la especulación y sus privilegios a los derechos de los pueblos y a la sostenibilidad de la vida; el crimen organizado desde las cloacas del poder económico y político; el crimen organizado desde un sistema de acumulación, despojo y depredación que amenaza la soberanía y los derechos de todos los pueblos, que amenaza la vida.

En abril de 2015, Berta Cáceres recibió el premio Goldman, uno de los más prestigiosos del mundo en temas ambientales, otorgado por su colaboración en la defensa del territorio lenca amenazado por las consecuencias nefastas y la violencia de la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca, de la transnacional china SINOHYDRO y la empresa hondureña Desarrollo Energético Sociedad Anónima (DESA). El pueblo lenca llevaba años denunciando la vulneración del derecho al agua como fuente de vida y de cultura frente al hostigamiento de empresas, paramilitares y Gobierno.

Berta Cáceres era madre de familia —tres hijas y un hijo—, lo que le hacía hablar del futuro de las generaciones con amor y ternura. Tenía medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por lo que debía gozar de protección especial por parte del Gobierno hondureño. Empero, Berta ha sido asesinada por un Estado que resguarda los intereses del capital local y de las empresas transnacionales que pretenden adueñarse de los territorios y de los bienes comunes. Su lucha por la justicia ecosocial y en favor de la vida fue motivo de que, en varias ocasiones, fuera llevada a juicio, perseguida y amenazada.

La lideresa hondureña denunció en repetidas ocasiones haber recibido amenazas de muerte en contexto de violencia. Honduras es el segundo país del mundo con mayor tasa de homicidios, con 58 asesinatos anuales por cada 100 000 habitantes en 2015. Estas cifras son debidas en gran medida a la violencia que la megaminería y las hidroeléctricas despliegan a la hora de hacer sus negocios a favor del capital privado y de la impunidad asegurada por los gobiernos cómplices. Según la ONG hondureña ACI-PARTICIPA (Asociación para la participación ciudadana en Honduras), más del 90% de los asesinatos y abusos sobre lxs defensorxs de los derechos humanos en Honduras siguen sin resolverse.

Otras mujeres de la región encabezan luchas similares y corren el mismo peligro de ser perseguidas, criminalizadas y asesinadas por alzar sus voces. En Ecuador, Rosa Ware, indígena shuar, se negaba a vender sus tierras y fue desalojada el 4 de febrero de 2016 por la empresa minera Ecuacorriente SA. En Guatemala, Diodora Hernández, mujer campesina maya-mam del pueblo de San José Nueva Esperanza, el 7 de julio de 2010 fue víctima de un ataque por parte de dos hombres de su aldea, quienes le dispararon dos veces en la cabeza y, aunque la dieron por muerta, sobrevivió con la pérdida del ojo derecho y otras lesiones. En juicios posteriores se ha demostrado que esos hombres fueron contratados por la empresa Goldcorp, que opera la mina de oro Marlin. En Perú, Máxima Acuña se resiste a salir de su propiedad, donde con su familia cultivan la tierra y la ganadería y está siendo acosada por los sicarios del proyecto minero Conga, en el norte del país. En El Salvador, Bolivia, Uruguay… y podemos seguir con el caso de otras mujeres de Asia y África… Muchos de estos casos son defendidos por la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales.

En Entrepueblos, desde el primer momento nos convocamos para seguir el proceso de justicia y reparación por el crimen de Berta Cáceres, formando parte de la Misión Internacional que se trasladó al país del 17 al 21 de marzo pasados, junto con representantes de nueve países de América Latina y Europa. Pretendemos apoyar firmemente no solo el proceso de esclarecimiento del caso de Berta Cáceres, también al COPINH, al pueblo lenca y a todo el pueblo hondureño en sus luchas.

Invitamos a todas las personas interesadas en este artículo a seguir el Encuentro Internacional de los Pueblos «Berta Cáceres vive», celebrado del 13 al 15 de abril en Honduras y a la posterior gira por Europa y el Estado español de la que formará parte la hija de Berta Cáceres, Berta Zuñiga. Toda la información se puede consultar en: http://www.entrepueblos.org/

 

Gracias a la entrevista del mes: http://laentrevistadelmes.blogspot.com.es/

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