nº38 | política estatal

Algunas claves del 25N de 2019

El 25N es el Día Internacional por la Eliminación de las Violencias hacia las Mujeres. La fecha se eligió en el primer encuentro feminista latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia, en 1981, en honor a las hermanas Mirabal, torturadas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura del general Trujillo en República Dominicana por oponerse al régimen dictatorial.

Las movilizaciones a raíz del 25N han crecido drásticamente en los últimos años, como ha ocurrido con las acciones feministas convocadas, sobre todo, a partir del 8M de 2018. No nos creíamos entonces que la lucha contra la violencia machista suscitara unanimidad en la sociedad, como no nos lo creemos ahora. Las cifras de mujeres asesinadas cada año a manos de hombres no admite duda: más de un millar desde que se iniciaron los recuentos, en 2003. La unidad institucional al respecto parecía incuestionable a estas alturas, al menos en lo simbólico. Sin embargo, una de las consecuencias del avance del movimiento feminista ha sido la reacción del machismo más retrógrado representado en las instituciones por VOX. El partido de extrema derecha tiene al feminismo en su punto de mira y acabar con la ley de violencia de género como objetivo prioritario. Este año han estrenado su participación en autonomías y ayuntamientos boicoteando los actos institucionales contra la violencia hacia las mujeres y haciendo declaraciones incendiarias.

Según los datos oficiales, 55 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en 2019. La cifra asciende a 99 según la web feminicidio.net, que incluye casos no resueltos. La violencia contra las mujeres sigue siendo una realidad que hay que visibilizar y contra la que hay que luchar.

Como decíamos al inicio, el 8M de 2018 marcó un antes y un después en las movilizaciones feministas en cuanto a repercusión y seguimiento, con todo lo que eso implica. El feminismo está en el centro del debate público. La violencia contra las mujeres es un hecho contrastado en todo el planeta y cada vez somos más las que salimos a la calle a gritarlo. Si este año ha habido una acción que ha marcado el 25N a nivel planetario ha sido la performance ideada por un colectivo chileno, Las Tesis. Su canción, Un violador en tu camino, ha traspasado fronteras y se ha gritado en medio mundo convirtiéndose en un auténtico himno feminista. Aunque la letra responde a la realidad chilena y surge a raíz de la crisis en la que está inmersa el país, miles de mujeres de todo el planeta la han hecho suya. Las responsables, este colectivo multidisciplinar de Valparaíso, afirman que para elaborar la letra se han basado en las obras de Silvia Federici y Rita Segato, y sus análisis sobre los factores que estructuran la violencia sexual ejercida contra las mujeres. No deja de ser ilustrativo que sea una performance contra la violencia la que haya sido capaz de unir en una sola voz a mujeres de diferentes países, culturas y clase social. Una de las réplicas más sonadas fue la llevada a cabo en Turquía, donde la policía reprimió de forma violenta la intervención en Estambul: siete mujeres fueron detenidas. Como protesta por esta acción policial, sin embargo, 20 diputadas de la oposición corearon en el Parlamento turco el himno, mostrando las fotos de 20 mujeres asesinadas por sus parejas. Un fenómeno mundial viralizado por las redes sociales que quizá ha marcado las movilizaciones del 25N de este año por encima de cualquier otro.

Dentro de nuestras fronteras también se ha reproducido la performance de Las Tesis. En Sevilla, se hicieron dos intervenciones, una en el Monumento a la Tolerancia junto al río y otra en la plaza del Pumarejo.

Pero más allá de la performance, la lucha contra la violencia hacia las mujeres ha sacado este 25N a miles de personas a las calles de todo el Estado. Lejos quedan aquellas convocatorias en las que eran poco más de una decena de mujeres las que se manifestaban en cada ciudad para conmemorar este día. Hoy pocos, más allá de los neofascistas de VOX, pueden negar la violencia que se ejerce cotidianamente contra las mujeres por el hecho de serlo. Este año entre el viernes 22 y el lunes 25 hemos podido contar más de 300 convocatorias en todo el país para mostrar de una u otra manera su rechazo a las violencias machistas.

En Sevilla, además de la manifestación a la que asistieron miles de personas, la Asamblea Feminista Unitaria Sevillana convocó, la noche del domingo 24 al lunes 25, la marcha nocturna y aquelarre contra las violencias machistas «reivindicando en lo simbólico un espacio que nos ha sido históricamente negado, la calle y la noche, que también son nuestras…».

El 25N es uno de los símbolos que más consenso genera dentro de un movimiento feminista que, al menos en nuestro país, pasa por un momento en el que hay algunos temas que generan más confrontación que debate.

Precisamente a raíz del 25N se ha estrenado el documental ¿Qué coño está pasando?. Una obra sobre el feminismo dentro de nuestras fronteras de Rosa Márquez y Marta Jaenes. Las autoras, a raíz de las movilizaciones de 2018, hacen un barrido de entrevistas a mujeres de distintos ámbitos (políticas, filósofas, sociólogas, periodistas, artistas, directoras de cine porno, etc.) y lo dividen en bloques temáticos. Hay dos elementos clave con este documental. El primero es que el feminismo vende, con todo lo que eso supone: se estrenó en los cines Renoir Princesa de Madrid, pero solo puede verse en Netflix y parece que el éxito está garantizado. El segundo, ya entrando en el contenido, es que hay posturas irreconciliables dentro del feminismo respecto a algunos temas como la prostitución o la identidad de género de las personas trans. De hecho, una de las mujeres cuyo discurso tiene más peso en ¿Qué coño está pasando? es Lidia Falcón, líder del Partido Feminista de España, que ha protagonizado en las últimas semanas un conflicto con el colectivo trans. La formación liderada por la histórica abogada reclamó a principios de diciembre a Unidas Podemos que no volviera a registrar en el Congreso la ley Trans que, en la línea de la que ya hay en Andalucía, busca despatologizar la transexualidad y permite transicionar a menores sin informes médicos. Falcón afirmó que «esta legislación está auspiciada por el lobby gay para imponer el discurso queer (sic)». Unas declaraciones que han propiciado la reacción de la federación trans que ha llevado el caso a la justicia.

No se puede entender la lucha de clases sin saber que la clase obrera está dividida en dos subclases: los hombres, privilegiada, las mujeres, dominada
Ey, tú, propiedad privada, mi cuerpo no será más el sostén capitalista
No se puede entender el capitalismo sin saber que se basa en la esclavitud femenina, laboral, sexual y reproductiva
Patriarcado y capital, alianza criminal

Colectivo Las Tesis, El internado de Valparaíso, febrero 2019

Nos apoya