¿Te imaginas despertarte cada mañana con las luces de las farolas encendidas y con los semáforos parpadeando sus tonos anaranjados proyectando fijos los rojos los verdes y con el tráfico como banda sonora o quién sabe en primer plano o como sonido ambiental que acompaña al ruido del tortazo que le pegas al despertador para que se calle pero el despertador no emite su bello tono predeterminado de alarma pipipipi ni hay movimiento de tu brazo que pare el desastre que es madrugar si no se quiere si no que de repente una musiquilla elegida por ti que suena en un aparato un tanto frío un tanto rígido un tanto impersonal que alberga toda tu intimidad y la comparte con aplicaciones con jueguecitos y otras monadas como filtros de foto y mapas y contadores de pasos o de kilocalorías o de suspiros o yo qué sé y ese aparato es el que tienes que conseguir silenciar con una suave caricia y ya habiendo despertado seguir haciendo como que no te escucha y llevártelo al baño y leer mensajes que fueron enviados a cualquier hora y leerlos mientras cagas y poner los audios mientras te duchas y contestarlos mientras desayunas con la boca llena de pan y caen las migas y las migas recogidas por algún pajarillo si estás en la calle o abandonadas en el hule de la mesa de la cocina que tiene tacitas de café o flores da igual comprado en el chino de abajo y mientras pegas un sorbo al café y se hace tarde y lo dices en el audio que llegas tarde o lo contestas mientras haces otras cosas como leer o mientras vas en el coche y te sientes de alguna forma dependiente porque nunca te dejarías el aparato en casa nunca nunca y si te lo dejaras tendrías que volverte y buscarlo por todos los sitios en los que has estado porque ha estado contigo en todos los sitos de tu casa y de tu vida porque no lo sueltas y lo llevas en la mano y te guía te habla te informa te enseña te sugiere te sirve para todo y claro cómo dejarlo si es que te sirve y te mueve los ojos por sus píxeles y te mantiene los pulgares accionados el cuello doblado como una alcayata y el corazón algo coaccionado algo atento porque sabe que en cualquier momento piiii o chhhsss o crrrr depende de tu sonido favorito y entonces lo que haces con él a cada momento importa porque estás accionando el mecanismo humano que genera la respuesta de quien te lee o mira la foto o está de acuerdo o le importa una mierda o de quien se ríe o de quien le da igual y tú ahí enviando y recibiendo desde cualquier sitio incluso amor incluso besos y comprensión enredados que activan tu respiración y ah me quiere sin pétalos mientras estás delante del ordenador, detrás de la barra o en la cola del inem y todo es más bonito y es posible aguantar un poco más pegada la vida a esa luz azul que se agota y solo sobrevive gracias a ti y es como un perro al que hay que alimentar para que te dure para que te quiera te busque y satisfaga tu soledad cuando tú quieras y es tan importante y tan poca cosa ese mensaje que te deja como si nada pero te ha llegado lo importante de todo esto es que te llegue que te llegue significa que vives que te llegue lo que sea aunque sea un mensaje del Carrefour significa que vives para alguien para una máquina como en el trabajo o como enfrente de la máquina tragaperras vives delante de los estímulos y la pérdida de monedas que ganas haciendo otras cosas mientras a cada rato tienes un rato para mirar esa pantalla que suena y suena y suena y suena y acumula y acumula palabras mensajes palabras y es imposible pararlas incluso de noche porque te esperan y mañana llegarán y las recibirás cuando te despierte temprano el sonido de la alarma que has elegido? ¿Te lo imaginas?
nº47 | editorial