nº40 | editorial

Viaje al centro de la madriguera

A quien además de estar cerquita de El Topo viene del mundo del periodismo le vamos a contar poco nuevo, pero para las demás que se pregunten cómo funciona este medio informativo capaz de descubrir los secretos más secretos y contarlos a susurros y a voces, cuánto tienen que fermentar las letras hasta que tengan vida propia, quién las pare y las cultiva, cómo se organiza el contenido y cómo es posible que llegue hasta tu casa, tu bar o tu librería, queremos mostrar cuál es el proceso de este periódico, a la par que estas dos nuevas coordinadoras van conociéndolo y haciéndolo un poquito suyo.

Todo empieza en el Consejo de Redacción (CdR), una reunión arreglá pero informal en la que además de las coordis, nos multiplicamos y somos muchas. Aquí se deciden los temas a tratar en cada sección, quién va a escribir y quién del CdR se hace persona responsable de cada uno de los artículos. Esto significa buscar a una persona experta que aborde el tema y nos presente una visión alternativa y profunda, pedirle que colabore con nosotras y estar pendiente de que su texto llegue a tiempo.

A partir de ahí hay un plazo de un mes para escribir y que lleguen los artículos a la madriguera. Conforme se recepcionan pasan por un proceso exhaustivo de revisión y corrección, donde un equipo de varias personas hace dos revisiones de los artículos, atentas a la gramática, las concordancias, que no sobre un punto y seguido ni falte una s que nos incluya a todas; y en un plazo de dos semanas llega a maquetación.

En paralelo a todo esto, los artículos que llegan se pasan también a la ilustradora de esta sección. Hay un equipo de ilustración que va creciendo y que se van redistribuyendo por diferentes secciones en cada El Topo, también hay colaboraciones puntuales. Y aunque las letras son importantes, las ilustraciones de los artículos son imprescindibles.

Nuestro maqueta, se encarga de la última parte, aunar artículos e ilustraciones y encajarlos en nuestro El Topo. ¡Ah! Al maqueta también se le revisa el currazo que hace en cada número y ¡listo para imprimir!

Se imprime con la presión y el cariño de las rotativas de la imprenta DITASA, en Dos Hermanas, y allí alguna de nosotras se acerca para recoger los números calentitos y pasar a su distribución a nivel local, nacional y, ¡ojo!, internacional.

En la distribución hay dos partes: por un lado se le hace llegar el periódico a nuestras suscriptoras por correo postal (se convoca el ensobrado, se mete topo por topo en un sobre y se lleva a correos) y, por otro, se da un paseo por Sevilla y se visitan a las entidades asociadas que nos brindan su apoyo y espacio donde poder estar. Gracias a esos lugares, esas familias, conseguimos tejer una red que ya conforma un mapa por toda la ciudad, haciendo más grande esta madriguera calentita donde guarecernos y sentir que no estamos solas.

Y tras todo este viaje, se hace posible que vayas pasando cada una de estas páginas.

Coordinación es también quien lee y contesta los mensajes que nos hacéis llegar, y escucha vuestras peticiones, críticas y aportaciones, cosa que nos encanta: saber que somos un medio de comunicación de verdad y que la información viaja también de la receptora a la emisora.

Además, nos encargamos de la gestión de vuestras suscripciones a través de bases de datos, movimientos bancarios, extracciones de segmentos cifrados alfanuméricos y nomenclaturados, y, esta es otra parte sin la que El Topo no tendría ningún sentido ni funcionaría, vuestro cálido apoyo que nos recuerda que la información desde cerquita, libre y de acceso para todas es necesaria en épocas de posverdad y de comunicación interesada basada en valores monetarios.

El Topo no podría tirar palante sin el colectivo. Nos necesitamos unas a las otras y por ello trabajamos juntas y tomamos las decisiones gracias a las experiencias y saberes que cada una aporta.

Nos apoya

Galería Taberna ANIMA, propiedad del austriaco Peter Mair, que en 1985 recaló por el Barrio de San Lorenzo y abrió este negocio.