nº36 | ¿hay gente que piensa?

Negación

El calentamiento global es debido al exceso de almas pecadoras quemándose en el infierno, ya que al ser la tierra plana y el infierno estar debajo de la misma, se produce un efecto sartén. Pastora Soraya. @SoldadaDeCristo

Negación, ese concepto… Yo misma y mi miedo al conflicto la hemos practicado con más asiduidad de la que deberíamos, «eso no puede ser…», «no es para tanto…», «ya se arreglará…» La capacidad del ser humano para esconder la cabeza es tan fascinante como habitual. Parece ser que se trata de un fenómeno ampliamente estudiado por la psicología que no tiene claro si considerar esta debilidad humana como defensa o error cognitivo. Si, además, la información de la que huyes tiene que ver con la destrucción del planeta, pues buscas un agujero bien hondo para dejar de oír. Cuando a eso le añades un discurso mediático absolutamente contradictorio al respecto, la negación pasiva se convierte en la opción más elegida, a no ser que tengas menos de 20 años y este escenario sea una realidad demasiado cercana. Pero hablamos de una reacción fruto del miedo y cierta desinformación. La cuestión es que yo quería aprovechar este espacio para hacer una incursión en los argumentos negacionistas del cambio climático en los medios, aquellos que consideran una patraña las interpretaciones consensuadas por la mayoría de la comunidad científica y aportan datos más o menos contrastables. Lo reconozco, me da morbo indagar en las posiciones opuestas.

Ni el tiempo ni el espacio de esta sección me daban para mucho, así que me limité a un barrido superficial en el que mis ganas de carnaza no se vieron debidamente recompensadas. A excepción de un documental, un libro de hace más de una década y algunos artículos de Libertad Digital (o medios similares), poco más sustancioso encontré. El negacionismo lo abanderan los sectores más ultraliberales de la más extrema derecha, sectores tan poderosos y peligrosos como ridiculizables. ¿Es ese el discurso hegemónico sobre la crisis climática? No, no lo es. El negacionismo explícito más difundido tiene que ver con tuits sarcásticos como el del inicio de este texto. El capitalismo, verdadero culpable de la situación, ha vuelto a hacerlo; como si la emergencia climática en la que nos encontramos no tuviera que ver con el modelo productivo, asume la crisis como propia y devuelve almibaradas las historias de lucha. Los medios están repletos de actrices y actores compungidos exigiendo salvar el Amazonas, celebrities pidiendo que se tome conciencia de la gravedad del asunto y Greta Thunberg —queremos tanto a Greta— viajando en velero a Nueva York y encontrándose con Alexandra Ocasio-Cortés, una de las principales impulsoras del Green New Deal e icono del activismo limpito y canalizado por la Institución. El hombre hecho a sí mismo, superando barreras y cuestionando al poder, ahora es mujer ecologista. Poco más ha cambiado en el discurso. Así que no, el problema no es la negación, el problema es cómo pretenden darle un meneo a esto sin cuestionar el problema de fondo. Cuidado con los iconos que nos pueden cegar. Salgamos a la calle. Sigue siendo la mejor opción.

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