Hablamos con Eva González e Ignacio Cruz, secretaria y tesorero de la asociación de vecinxs Estrella Andaluza de La Bachillera. Estamos en plena ola de calor, ya es la cuarta del mes de agosto, con el barrio sufriendo cortes de luz a diario. Las vecinas ya no pueden más y desde julio, movilizadas junto a Barrios Hartos, luchan por conseguir un servicio que pagan MUY caro: no olvidemos las líneas de media y alta tensión que atraviesan el barrio y la subestación de electricidad ubicada al lado
Todo el mundo habla de La Bachillera, pero ¿sabemos cuál es su historia? Contadnos cuál es el origen del barrio para quienes no lo conozcan.
La Asociación Sevillana de la Caridad (antes Fundación Sevillana de la Caridad), recibe los terrenos de la huerta de La Bachillera en 1948 a través de la donación que hace el torero Francisco El Artillero con el fin de que se distribuyera entre la gente necesitada. La Asociación alquila estos terrenos a pequeños ganaderos y, posteriormente, a migrantes, principalmente de pueblos de la sierra norte de Sevilla, que autoconstruyen sus viviendas. Las casas pasaban así a ser de su propiedad, aunque el terreno era alquilado. Este es el punto de partida de los problemas y de las demandas de sus vecinas.
75 años después, que se dice rápido, ¿cuál es la situación actual con las casas? Sabemos que se aprobó un plan especial de reforma interior (PERI), que pretendía la erradicación de la infravivienda del barrio. ¿En qué punto está?
La titularidad de los suelos es el principal problema, pues la mayoría de los terrenos siguen siendo de la Asociación Sevillana de la Caridad y, aunque las viviendas son propiedad particular, no se pueden escriturar, aunque pagamos IBI. Solo 132 vecinxs, de 370, son propietarios de los suelos donde se levantan sus viviendas.
Después de muchos años de lucha por la cesión de los terrenos, el 25 de mayo de 2018 se aprueba un PERI donde consta la cesión y el 29 de julio de 2021 la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo aprueba que las vecinas puedan acceder al registro de la propiedad, pero todo lleva una serie de protocolos que van muy lentos, y en ello estamos.
Actualmente, el primer paso que es una licencia AFO ya está conseguida. El segundo paso es saber cómo se va a hacer la cesión, que se cree que será por donación. Estaba prevista una reunión del presidente de la fundación sevillana de caridad, José Luis David Guevara, exdelegado de transición ecológica, pero ahora con el nuevo gobierno local, no sabemos. El PERI tiene tres objetivos: social, administrativo y urbanístico; y aún no se ha ejecutado nada, solo se está trabajando en el administrativo, que consideramos más importante, pero de forma muy lenta.
Y eso que estáis al pie del cañón. ¿En qué contexto se crea Estrella Andaluza?
Todo empieza cuando la juventud del barrio, organizada entorno a las Juventudes Comunistas, se plantearon solicitar un centro juvenil para el barrio. Lo consiguieron después de varias reuniones con Manuel Sánchez, presidente de la Asociación Sevillana de la Caridad y concejal del Ayuntamiento de Sevilla, en los años 70. El nombre sale del equipo de fútbol del barrio.
La Asociación cedió el terreno, pero tenían ellos que buscarse la vida para su construcción. Para los jóvenes era misión imposible. Pasado unos años, sobre 1975-1977, la mayoría de esos jóvenes ya estaban casados y con niños, y fue cuando se retoma el tema del terreno, pero ya desde el punto de vista de tener un local social para la barriada, y así es como se funda la asociación de vecinxs Estrella Andaluza.
Se consigue un solar de más de 100 m2 que pasa a usufructo de la Asociación de la barriada. De los primeros que se pusieron manos a la obra fueron, entro otros, el Poli (Hipólito García) porque él era encofrador. Los demás jóvenes hacían las zanjas, excavaban lo huecos, etc. También participaron en esta tarea el Lejía, Manuel el Tirante, encargado de obra; Alfaico el Mazorco; su hermano Joaquín, el del quiosco, el Pipa, Rafael del manchón, Juani el cano, julio el taxista, Antonio el cocinero, Fernando Muro y muchos más. También colaboraron Juan Guijo el Pecho Lata, Alfredo, Joaquín del Manchón Tenorio, el lotero, Manuel y Luis de la calle Naranjo. Imposible poner todos los nombres, casi todos los vecinos colaboraron y pusieron su granito de arena. Los materiales venían, la mayor parte, gratis. El Poli, además de su trabajo, también consiguió los hierros del encofrado gratis, los bloques de ladrillo, el cemento, etc. El guarda de la obra de las naves de la Citroën nos daba permiso para recoger materiales, era nuestro polvero. Los cables eléctricos también los trajo un vecino electricista e hizo la instalación, así con todo.
Las y los vecinos se volcaron en la construcción de su local, y todos los sábados, domingos y festivos, ahí estaban. La primera construcción duró unos tres años. Después se fueron terminando los detalles. En la sede de nuestra asociación se consiguió tener médico de cabecera. Antes de los 80 tenían que ir al médico a San Jerónimo, con los problemas para los vecinos mayores y el peligro de pasar junto a la vía del tren a menos de un metro.
La nave de Renfe, el edificio CREA o la Agencia Espacial. ¿Cómo vivís estos proyectos?
Las naves de Renfe nos dieron trabajo y ambiente al barrio, después, cuando dejaron de ser talleres, se convirtió en una escombrera del Ayuntamiento lleno de ratas que cruzaban para el barrio. Las naves las hemos disfrutado y sufrido; siempre se habla de las nave de San Jerónimo y nosotros decimos «las naves de La Bachillera».
El Ayuntamiento nos ha presentado proyectos y plazos que no se han cumplido, no se han ejecutado; ahora parece que, con el proyecto de la Agencia Espacial, algo se va a ejecutar, aunque dicen que en enero 2024 debe estar en funcionamiento, y eso no lo creemos. El CREA nunca ha tenido impacto en el barrio, ni en Sevilla tampoco. La Agencia es una oportunidad para el barrio en su desarrollo porque le darán un arreglo al entorno.
En el barrio aterriza hace unos años La Digitalizadora y gente que, sin ser del barrio, ocupa un lugar importante. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Surge un poco de casualidad. Tuvimos una reunión en el distrito a la que asistió Factoría Cultural y también otras asociaciones que trabajaban en el barrio, y nosotros que intentábamos acercar la cultura, la música, el flamenco o el rap. Y ahí fue la primera toma de contacto. En junio de 2021 le hicimos un homenaje a Antonia y Cristina, que habían formado parte de la asociación NIJA y de muchos movimientos vecinales y se habían jubilado, e invitamos a Antonio Moreno de Factoría Cultural. En esa fecha hicimos una exposición un poco rudimentaria de fotos antiguas del barrio. Cuál fue nuestra sorpresa que al término de la visita me dijo Antonio, «te prometo que esto te lo vamos a digitalizar». Pensábamos que iban a ser promesas incumplidas como nos hacen tantas y luego quedan en olvido; pero no, en septiembre se pone en contacto y nos dice que nos van a llamar desde La Digitalizadora Óscar y Miguel, que van a sacar el proyecto adelante.
A través de las fotos y vídeos de los vecinos, se ha dado a conocer al barrio por su historia, su gente, sus costumbres, eventos… sin mostrar nada malo del barrio —que es por lo que la asociación lucha— para que no nos encasillen. Hemos estado currando codo con codo durante dos años. Con unos proyectos chulísimos que han marcado un antes y un después en cuanto a la unidad vecinal. El personal de Factoría y de la Digitalizadora son parte de la familia de La Bachillera.
Hace unos años, también PASÓ el colectivo Arquitectura y Compromiso Social con Ventura Galera, Nacho Canela, Lucía… ¿Qué saca el barrio de todas estas experiencias?
Arquitectura y Compromiso Social aterriza en el barrio alrededor del 2000, y fue un impulso muy grande, era el primer estudio que le hacían al barrio en cuestión de arquitectura y, además, estudiaron la influencia en la salud de los postes de Sevillana. Después, cerca de 2009, formamos la comisión de barrio. Se visitaron todas las casas del barrio, sus medidas, quiénes eran sus propietarios, si eran alquilados, etc. Ventura era quien nos coordinaba. Participaron Ignacio Canela, Lucía Olmedo, Ramón, Nuria, etc. Tenemos muy buen recuerdo de las reuniones con gran parte de los vecinos del barrio y desde ACS formaron parte de nuestra familia. Tanto es así, que algunos se han quedado a vivir aquí.
Estos días estamos viendo cómo lxs vecinxs pasan las olas de calor con cortes de luz diarios, con el agravante de que el barrio está atravesado por los postes de alta y media tensión, con sus consecuencias para la salud… ¿cómo se vive esto? ¿Hacía falta el impulso del colectivo Barrios Hartos para comenzar las movilizaciones?
Debido a que el barrio está junto a la subestación de Endesa, cruzan cables de media y alta tensión. Según el proyecto incluido en el PERI, esta subestación se traslada al norte del Tamarguillo, con lo también se trasladan estas líneas, pero como ya hemos dicho, va todo muy lento.
Los cortes de luz se están produciendo diariamente. Solo hay que darse un paseo por el barrio para ver que las instalaciones están obsoletas. Los vecinos se ven impotentes, el Ayuntamiento dice que no es de su competencia, la Junta de Andalucía no contesta, Consumo nos dice que sigamos reclamando y, Endesa, que la culpa no es suya… entonces las vecinas han ido a manifestaciones donde hemos conocido a la plataforma Barrios Hartos con las que continuamos de movilizaciones.
Tanto en el encierro de 2004 reclamando la propiedad de los suelos, como ahora, las vecinas, las mujeres, fueron las que llevaron la voz cantante, al igual que ahora con el movimiento por los cortes de luz. Y eso para mí es un orgullo, que saquen esa fuerza.
¿Qué es lo mejor del barrio? ¿Cuáles son sus fortalezas y sus debilidades?
Ignacio: Lo mejor del barrio es la convivencia entre el vecindario, y la asociación de vecinxs.
Su fortaleza es el apego que tenemos las y los vecinos al barrio, porque lo hemos construido nosotras. Debilidad no le veo, quizás una renta medio-baja de sus habitantes, un nivel cultural medio-bajo y, al ser autoconstruido, no tiene norma urbanística, pero esto a la vez le da un encanto especial.
¿Cómo os imagináis el barrio dentro de unos años?
Ignacio: Me imagino un barrio más desarrollado urbanísticamente, pero diferente a otros barrios y con una convivencia sana y envidiable.
Eva: en 2009, sacaron entre la Junta y el Ayuntamiento unas ayudas para rehabilitación de las viviendas. Salieron muchas aprobadas, pero ¿qué pasó? Que vino la crisis, y una parte de estas ayudas tenía que ser aportada por los vecinos y fue imposible. Me gustaría que existieran ayudas para que todos los vecinos pudieran realizar arreglos a sus viviendas. Además, que el suelo de las viviendas fuera de una vez por todas escriturado. Que después de 30 o 40 años de lucha ya está bien. Que de un Gobierno a otro se van pasando la pelota y nunca se arregla. Aunque creo que vamos avanzado.