Escribir es una acción tan natural y compleja, tan sencilla, diaria y cotidiana, como excepcional, poderosa, catártica y cargada de decisiones. A mano, lápiz, bolígrafo, rotulador o pluma; con máquina de escribir, con ordenador; en tu lengua o en otra; para ser leído solo por ti o por otrxs; para desahogarte, para informar, para despedirte, para nada, para todo. Escribir con el calentón todavía en el cuerpo por lo ocurrido o con la digestión hecha y el proceso respirado. Escribir para este mismísimo instante o para que perdure. Escribir decidiendo si nos implicamos en una primera persona o marcamos distancia; si somos narradoras de situaciones externas o protagonistas. Esto último nos gusta mucho, como ya sabrás a estas alturas.
Escribir para El Topo, obviamente, también es decidir entre todas estas variables y muchas más. Y, en lo que en este editorial nos ocupa, queremos contarte sobre quién firma este periódico, quiénes estamos detrás de cada texto. De si nos mostramos o decidimos movernos en el anonimato. Y es que en los 56 números publicados hay de todo: seudónimos, autorías colectivas, motes, nombres con sus dos apellidos. Hoy queremos hacer un repaso por las autorías de El Topo, un catálogo de firmas, máscaras, poca vergüenza, creatividad, protección del derecho a la libertad de expresión y mamarrachería. Porque nuestro posicionamiento y razón de ser se alimenta de todas estas identidades, de todo este personajismo, de todas las que escribimos las páginas de El Topo. Aquí, una muestra de nuestra condición múltiple y diversa:
La Topa Tabernaria, Tramallolistas de rancio abolengo, arquitectes de pro, supervitaminantes y mineralizantes del patrimonio, la hidra tabernaria, delegado sindical del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as (SAT) en Isla Mágica, Socioagroecopanófila y Tramallolera, Grupo de Mujeres del Barrio, ingeni(er)o cultural, tunante, sevillano residente en Venezuela desde hace 8 años, Asamblea del CSOA Andanza, Nautas: género e intervención social, asociación vecinal La Revuelta, cómico, doctoranda en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, profesora e intérprete de viola, Colectivo Ciclista de Mujeres «Alegría Entre tus Piernas», terapeuta holística, Activistas de Sodepaz Andalucía. Entre lxs tres han viajado a Cuba en 37 ocasiones, la primera de ellas en 1991, aprendiz de ecofeminista, una persona, libertaria y feminista, que dedica parte de su tiempo a la producción artesana, periodistas precarias y acro(en)batas caleteras, Filóloga árabe y aspirante a profesora, Hormiga perpleja. Madre de un potrillo. Directora de algunas pelis. Comediante frustrada, ante todo, antiimperialista, Coñoescritora y pedagoga especializada en ciclo menstrual, una cordobesa que viaja por esta nave llamada Tierra con unas saudades y algunas esperanzas, antropóloga y amiga de los manteros, trabajadora del sexo en Madrid, forma parte de AFEMTRAS y de Hetaira, un simple testigo, mamífero parlante y acoñador de palabros, aspirante a señora, profesora y responsable de Organización de USTEA, miembro del movimiento opositor al TAV de Euskal Herria, arquitecta y vecina turismosqueada, papafrita con cuerpo y cabeza, doctora por la Universidad de Zaragoza y catedrática de secundaria, estudiante de antropología y etnomusicología desde el cuerpo, anarquista, crítico cultural independiente, científico titular en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC… Y acabamos con otra firma, cómo no, la del artículo «(Anti) economía libertaria, un bosquejo» (2017): Este artículo es anónimo, como anónimo es el flujo general de las ideas. La autoría (como la autoridad) no es más que una ficción interesada.