“Si el Ejército israelí sigue asesinando periodistas a este ritmo, pronto no quedará ningune en Gaza para informarte”
#ProtectJournalistsInGaza #LetReportersIntoGaza

nº18 | ¿hay gente que piensa?

Diario de una opositora novata

Andalucía, 2016. Oposiciones a Secundaria. Leo en la página web de la Consejería de Educación: «Se convocan pruebas selectivas para cubrir 1987 plazas de los cuerpos de Profesores de Enseñanza Secundaria, Profesores Técnicos de Formación Profesional y Profesores de Escuelas Oficiales de Idiomas». Como italiana residente en Sevilla desde 2010 y licenciada en filología árabe, decido presentarme para profesora de inglés de Secundaria. Una ciudadana de la Comunidad Europea puede acceder a un proceso de oposiciones, en este caso de enseñanza secundaria, si dispone de: 1) NIE (un número impreso en un papel verde para identificar a lxs europexs residentes en el Estado español, que si no es acompañado del pasaporte o DNI del país de origen deja de cumplir su función; 2) un título homologado (cuyo tiempo estimado para su obtención es de 3-4 años, si eres afortunada); 3) el llamado —dentro del gremio— MasterCap, el máster de un año que ha sustituido el antiguo Certificado de Aptitud Pedagógica; 4) un título de nivel avanzado de español.

¡Bien! Poseo todos los papeles, cumplo el perfil para participar en el proceso de selección, para ser una posible candidata, que encima cree firmemente en la enseñanza pública. Recopilo la documentación, durante unos días desarrollo la labor una mijita extenuante de rellenar la instancia online, y pago la tasa: mi solicitud y mi suerte están echadas. Tras la publicación del listado de admitidxs doy oficialmente comienzo a mi primera aventura de opositora, con mi dosis de ilusión, desenfreno y osadía. Desde marzo hasta el 19 de junio, fecha de la primera prueba, emprendo una nueva rutina, 7 horas de estudio al día y un poco de deporte. Finalmente, los esfuerzos de 4 meses, meticulosamente disciplinados, se convierten en resultados reales: en mi primer intento logro aprobar y entrar en bolsa. Hecho que me enorgullece y emociona a la vez. ¿Qué me llevo de esta experiencia? Aparte de otra connotación del término encerrona, el apoyo de mi gente: mi única academia en todo el proceso. Ya al menos puedo cambiar en el WhatsApp mi estado: de precaria a futura interina.

Nos apoya

Las comadres somos la comadre Vanesa y la comadre Begoña, dos amigas que nos conocemos desde hace ya varios años y que hemos tenido la suerte y oportunidad de emprender este camino juntas. Contando con que las dos tenemos una capacidad innata para relacionarnos con todo aquello que se mueve, sabíamos que teníamos que trabajar de cara al público y si estábamos sintiendo el proyecto como algo nuestro, mejor que mejor. Un proyecto que fuera una forma de vida y una apuesta por un futuro saludable y responsable. Para llevarlo a cabo y sentirlo aún más nuestro decidimos quedarnos en el barrio y así ha sido. Gracias al apoyo de familiares y amigos hemos podido “poner en pie” nuestra frutería – verdulería, un espacio que nos gustaría que lo sintierais como vuestro y que lo disfrutarais cada vez que os acerquéis. En Las Comadres no sólo queremos ofreceros productos de gran calidad, a buen precio; sino que nos gustaría aprender, intercambiar saberes y convertir nuestro local en un espacio de encuentro en el barrio.