Tarifa, 28 de mayo de 2025. Dos directoras jóvenes, la marroquí Lamia Chraibi y la caboverdiana Denise Fernandes, se sentaron a charlar sobre su cine frente al público del Festival de Cine Africano de Tarifa~Tánger (FCAT) en la sesión «Aperitivos de Cine». Lo hicieron bajo el viento del Estrecho y en conversación con el crítico y programador Pablo de María, con el objetivo de ahondar en sus obras en competición de esta edición: el cortometraje Como una espiral, de Chraibi y el largometraje Hanami, de Fernandes.
La poética película caboverdiana gira en torno a las personas que se van y se quedan en alguna de las diez islas de este país lusófono, aunque también es una historia de relación madre-hija. En palabras de la directora, «no me gusta decir cuál es el mensaje de la peli. Cada persona la guarda a su manera y se apropia de ella. Me gusta la lectura de que la isla (Fogo) es también madre en la película».
Fernandes alude al «mundo onírico» de su largometraje y la relación que este tiene con el cuento y la literatura. «He querido mostrar la cualidad mágica de la isla, un lugar donde todo podía pasar. Igual que existe El Principito, la magia es infinita también en las historias africanas». En cuanto al título de su filme, la directora reveló que lleva hasta Japón, donde la palabra hanami invita a contemplar la acción de los cerezos en flor «cayendo como gotas de lluvia». Denise Fernandes, conocida en el festival, ganó el premio al Mejor Cortometraje en el FCAT 2023 con Nha Mila.
La directora marroquí Lamia Chraibi dio a conocer lo que es el sistema Kafala. Se trata de una práctica muy criticada por organizaciones de derechos humanos, que vincula al trabajador extranjero con un patrocinador local (kafeel). Este patrocinador es responsable legal y financiero del trabajador mientras esté en el país, por lo que el trabajador no puede cambiar de trabajo o salir del país sin el permiso del patrocinador.
Su cortometraje Como una espiral es un diálogo entre la ciudad de Beirut y cinco mujeres, trabajadoras domésticas inmigrantes, sometidas a dicho sistema. «Se trata de racismo estructural y de patriarcado —en boca de Chraibi—, el de un sistema que existe desde la colonización. Las libanesas hacían antes ese trabajo y ahora lo realizan mujeres de otros muchos países». Al testimonio de estas mujeres lo acompaña una experimentación formal en el metraje por el uso de la imagen y el sonido. Rodada en analógico, en 16 mm que dan «materialidad» a las imágenes, la ciudad de Beirut es un personaje más de la historia. La espiral de su título alude a «algo que nunca termina», tal y como le ocurre a la historia reciente del Líbano con las constantes tensiones en Oriente Próximo.
La directora y periodista franco-magrebí Hind Meddeb volvió al FCAT, donde fue jurado internacional en la edición de 2020, con su película Sudán, acuérdate de nosotros, que compite en la sección «Hipermetropía», documental que se estrenó en España en el FCAT. Una generación que despliega compromiso político y artístico y que lucha por la libertad con sus palabras y su creatividad, enfrentados a un ejército corrupto y a una milicia paramilitar responsables de crímenes de guerra y de mantener al pueblo oprimido. Atravesando sus itinerarios, Hind Meddeb articula los fragmentos de una revolución imposible, desde sus prometedores comienzos hasta que la guerra lo destruyó todo, enviando a los sudaneses al exilio.
La sección retrospectiva de lo que fue la 22º edición del FCAT, «Ecos del Cuerno», se detiene en las cinematografías de los países del cuerno de África, donde se producen pocas películas y, sin embargo, ha sido la cuna de uno de los pioneros del cine del continente africano, el etíope Haile Gerima, del que se proyectó durante el Festival su película Teza (2008), con la participación en un debate posterior de la productora y fotógrafa etíope Meseret Argaw.
En Teza, Gerima muestra la impotencia de los intelectuales ante la desaparición de los valores humanos y sociales en los regímenes totalitarios, desde los años setenta hasta el final de los años 2000, a través de la historia de Anberber, un médico joven e idealista.
El Festival de Cine Africano, que apoya desde sus primeras ediciones el desarrollo del cine en Guinea Ecuatorial, cuya producción sigue siendo muy reducida, presenta en otra edición una película ecuatoguineana. Se trata de Requital, de Mariano Oyono, Andá Mangue & Raúl Chardí Garcés.
Requital, que tuvo su pase en la Casa de la Cultura tarifeña, gira sobre un escritor en busca de inspiración que se ve arrastrado a una realidad donde la ficción y el horror se entrelazan. «Hemos estado trabajando constantemente para que la imagen de Guinea Ecuatorial a nivel cinematográfico sea distinta a la que se vende. Hemos intentado adecuar nuestro trabajo a los estándares internacionales para que no solo sea hacer cine en el país, sino hacer cine que sirva en todas partes del mundo», explica Oyono, quien además de codirector es actor en el filme.
Un año más, Casa África, los Centros Culturales Españoles de Malabo y Bata, la Federación Ecuatoguineana de Cine y Medios Audiovisuales (FEGUICINEMA) y el FCAT lanzaron un concurso para elegir la película que participa en el FCAT y cuyos/as directores/as pudiesen acudir al festival, gracias a la financiación de Casa África, y con el objetivo de apoyar e incentivar el desarrollo de cine en Guinea Ecuatorial.
Una nueva sesión especial en la calle Gravina volvió a llenar la noche de música, esta vez de cante flamenco gracias a Senegal, un sueño de ida y vuelta, dentro de la sección «Miradas Españolas». El director Marcos Gualda y el músico Birane Wane, protagonizaron un coloquio con el público moderado por la periodista Valeria Reyes. La película sigue el viaje de la cantaora Rocío Márquez a Senegal, de la mano del músico Birane a su festival Back to the Roots.