nº24 | mi cuerpo es mío

Decálogo argumentativo para librarte de los defensores de los vientres de alquiler

Los contratos de gestación subrogada están prohibidos en el Estado español según la ley de Reproducción Asistida de 2006. Sin embargo, según algunas asociaciones, se estima que casi mil niñxs llegan cada año al país a través de esta práctica, que ha puesto sobre la mesa un complejo debate entre quienes defienden la necesidad de regular la situación y quienes se oponen frontalmente a ella. En El Topo, queremos profundizar en el debate dentro y fuera de nuestras páginas mostrando los argumentos de las diferentes posiciones. Aquí tenéis este decálogo del periodista Raúl Solís en el que establece sus razones en contra de los vientres de alquiler

Sirva este decálogo en forma de argumentario (y también como homosexual) para desmontar la retórica tramposa de quienes defienden la libertad (sin corazón) a costa de las mujeres más pobres entre las pobres, que serán las que alquilen sus úteros para gestar bebés que serán comprados por quienes puedan pagarlos:

  1. Las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo

Lxs defensores de la gestación subrogada o vientres de alquiler no defienden la libertad de las mujeres. La mujer gestante firma un contrato mercantil nada más quedarse embarazada y no cabe el arrepentimiento en el momento del parto. Lo llaman «seguridad jurídica» —la de lxs compradorxs del útero de la mujer, evidentemente—.

  1. Hay mujeres que lo quieren hacer por altruismo

La gestación subrogada por altruismo en España ya existe: se llama adopción. Una mujer puede quedarse embarazada en España y cuando nazca el bebé lo puede dar en acogida a un amigo o familiar, posteriormente renunciar a la custodia del menor, entonces se abre un proceso de acogimiento familiar que finalmente terminará en adopción.

  1. La adopción es muy lenta

Cierto, lo es porque la adopción es un derecho de los niños y niñas y no de los adultos. El proceso es lento porque es garantista (para proteger al menor). En cualquier caso, el proceso podría ser más dinámico; pero los defensores de vientres de alquiler no han organizado un grupo de presión para reclamar que sea más ágil el proceso de adopción, sino para que sea legal la compra y venta de los úteros de las mujeres pobres.

  1. Tenemos derecho a ser padres y madres

El derecho a ser padres no está consagrado en ninguna Constitución ni en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Existe el derecho a crear una familia, y el de las mujeres a su libertad y dignidad, pero no el derecho a ser padres.Ser padre o madre es un deseo y, cuando a los deseos se les pone precio, y solo los disfrutan quienes más dinero tienen a costa de las mujeres más empobrecidas, se llama privilegio. Nadie dice que una pareja sin hijos no sea una familia. Y por otra parte, la obligación de los sistemas democráticos es evitar que haya ciudadanos que puedan vivir con privilegios a costa de la explotación de las capas más humildes de la población.

  1. Si la gente vende su cuerpo para trabajar, ¿por qué una mujer no puede sacar dinero de su útero?

Quienes estamos en contra de la explotación, queremos ir sacando sectores de ella, y no introducir un nuevo nicho de mercado, en este caso, el útero de las mujeres. Dudo mucho que quienes argumentan este eslogan sean capaces de defender la creación de un grado universitario en el que las mujeres aprendan los códigos profesionales para ser unas óptimas madres gestantes por vientres de alquiler. Tampoco creo que nadie de quienes defienden la gestación subrogada o los vientres de alquiler esté pensando en mandar a su hija a estudiar dicho grado universitario de Madre de Alquiler que parece ser la profesión del futuro para salir de la crisis. O sí, vete tú a saber.

  1. Mi coño es mío y hago con él lo que me da la gana

Este argumento también es usado por algunas mujeres para defender la regulación de los vientres de alquiler, mujeres como Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid; Begoña Villacís, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid o Inés Arrimadas, líder del partido naranja en Cataluña. Igual que hay gente que estaría dispuesta a trabajar 15 horas al día por sueldos de 400 euros (y esta práctica está prohibida), es obligación de un Estado comprometido con los Derechos Humanos prohibir que una mujer esté dispuesta a vender su útero ¿Por qué? Porque no se le puede llamar libertad a la necesidad y porque si un trabajador acepta trabajar 15 horas al día por 400 euros de salario estará legitimando el empobrecimiento del resto de lxs trabajadorxs. Mañana el empresario te llamará al despacho, a ti que tienes un salario digno, y una jornada laboral de ocho horas, y te dirá: «Mire usted, que su compañera trabaja por menos. Le voy a despedir porque me sale muy caro, estoy en el ejercicio de mi libertad. Lo siento mucho majete». Fácil de entender, ¿verdad?

  1. Si dono sangre, por qué no puedo donar mi útero para gestar un bebé

La donación de sangre es altruista: el donante y el receptor no se conocen, no hay un contrato mercantil en medio, y el donante tiene oportunidad de arrepentirse en el último momento en el ejercicio de su libertad. En la gestación subrogada, la mujer no tiene ningún derecho sobre su cuerpo durante los nueves meses de embarazo. Reglados por un contrato mercantil con cláusulas bien definidas, ésta es propiedad de un padre y/o madre compradores hasta que dé a luz al bebé y le sea arrancado para nunca más verlo.

  1. El feminismo es que cada mujer haga lo que le dé la gana

El feminismo busca que ninguna mujer sea explotada, vejada, humillada, violada o ultrajada por su condición de mujer. Es cierto que el feminismo defiende la libertad pero no a costa de denigrar a otros seres humanos. En las sociedades democráticas la libertad confronta con otros derechos fundamentales, y preñar los cuerpos de las mujeres mediante empresas de gestación subrogada (que se hacen de oro a costa de ello) es explotación y no libertad.

  1. La gestación subrogada es una reivindicación de las personas homosexuales y transexuales

La reivindicación histórica del movimiento LGTB es la adopción, no la compra y venta de mujeres. Somos muchos los gais que nos posicionamos en contra de los vientres de alquiler, porque no creemos que nuestro deseo de ser padres tenga que ser a costa de pagar entre 90 000 y 150 000 euros a una empresa para tener un hijo rubio de ojos azules (de ese dinero, a la mujer gestante solo le llegarán 10 000 euros a lo sumo).

  1. Los partidos políticos que defienden la gestación subrogada son modernos y están a favor de los derechos de las personas homosexuales

Cabe recordar que la gestación subrogada en España solo la apoyan Ciudadanos y sectores del Partido Popular. Ambos partidos, por si alguien sufre de amnesia, se posicionaron en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo cuando éste se aprobó en nuestro país. No defienden la igualdad de las personas LGTB, sino a las empresas que hacen negocio mercadeando con los úteros de las mujeres.

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