nº13 | farándulas

Concédeme la mayoría absoluta de tus besos

¿Puede el libro participar al mismo tiempo que una campaña electoral? ¿Y puede la poesía ocupar el espacio político bajo una ideología marcadamente feminista? A estas cuestiones respondemos desde el colectivo poético Numen 69. En nuestro primer proyecto hablamos de feminismo, política y poesía a través de micropoemas y aforismos, reunidos en una obra que podrá degustar quien guste hacerlo, a partir del próximo 20 de noviembre, donde presentaremos eRecciones GEnerales. La editorial Arma Poética será quien publique este compendio de propuestas eRectorales, presentado en la VI #expoesía dentro del II Ciclo de Poesía Expandida, ciclo que pretende trascender el formato poético y expandir la poesía hacia otros discursos y disciplinas. En este caso se llevará la poesía a la calle, como práctica innovadora dentro de la poesía, convirtiéndola en instrumento político y sexual, donde la poesía prima y late dentro de los eventos, donde presentaremos un libro artesanal e intervenido por todas las personas que componemos este colectivo. Numen 69 somos María Limón, Alejandra Martínez, Eva Maguillo, Laura Frost, Raúl Febrer y Jaime Romero.

Hartas de tantos eventos electorales, queremos responder a este hartazgo con crítica, humor y erotismo. eRecciones GEnerales es hablar de política en las camas, renombrar las calles tras los orgasmos, comer pipas en la plaza del Clítoris Erecto, tejer banderas con nuestras bragas, mirar a la cara y al cuerpo encarnecido al otro, cambiar las urnas por una mirada, por un viento de curvas deseadas; no estar, ser; no probar sino morder, no rozar sino arrancar de cuajo los prejuicios y las cartas marcadas. Hacer política desde dentro, de sexo a sexo, sin restricciones encorsetadas de palabras medidas, frías o aprendidas; en vez de eso, las que utilizaremos serán prendidas de palpitaciones acompasadas y humedad en su verbo.

El material sobre el que hemos trabajado ha sido actualizado a la par que la actualidad política y económica, tomando titulares e interviniendo el contenido de forma poética y bajo una mirada feminista. Situamos la poesía en manos del discurso político y erótico, de ahí que nuestros principios se formen desde el proceso y no en el resultado. El erotismo y las nuevas formas políticas y sociales son procesos; la pornografía y la vieja política es el fin, solo les vale el resultado.

Fuimos unas analfabetas en educación sexual y literaria, pero ahora somos adultas experimentadas que admiramos a Safo, a Alfonsina Storni, a Juana de Ibarbourou, a Alejandra Pizarnick, a Jorge Guillén, a Jaime Gil de Biedma y a otras muchas que la moral pretende seguir silenciando.

Históricamente, durante años, se han acallado voces principalmente femeninas, o se les ha ninguneado con excusas de no ser púdicas. Una excusa puramente moralista y no aceptable en un tiempo nuevo.

Ni siquiera podemos hablar en muchos casos de literatura puramente erótica, y aun así, ha sido un espacio reservado a los hombres. En nuestro país, a esto se le suma la tradición del catolicismo ultraconservador proveniente en muchas ocasiones de la visión burguesa más que de la propia Iglesia.

Títulos como Las Décimas del diablo de Fray Nabo Lutero, y otros que aluden a la prostitución como una fuente de erotismo, son un ejemplo.

Además, la literatura erótica era denostada si provenía de la pluma de una mujer.

Parecía que con la evolución de los tiempos esto podía cambiar. Pero si la sociedad no cambia, si el lenguaje no cambia, si los conceptos no cambian, ¿por qué va a cambiar la literatura?

En los últimos tiempos se ha puesto de moda una literatura que, lejos de ser erótica, sigue siendo machista, y parece ser aceptada como un cambio, cuando ni de lejos lo es.

Por esto pensamos que solo desde un lenguaje puramente feminista podemos transformar y encarnar.

Demandamos que el espacio sea pactado por los cuerpos y no por los nombres, que los tiempos no sean «pasado» ni «futuro» sino presente. Que no pensemos, hagamos.

Hacer del sexo nuestra política para llevar y llegar al orgasmo cada segundo de vida.

Dejar de marcar con discriminación al sexo femenino en el lenguaje y en la acción sexual.

Cambiar la verticalidad orgánica por las posiciones del Kamasutra. Votar con el Verbo, con las bocas, con los dedos. Sustituir el bipartidismo por orgiásticos incontables instrumentos de carne y sexo.

¿Y si dejáramos de pensar en votos y pensáramos en orgasmos? ¿Y si en vez de frente a un atril, discutiéramos en una cama, sustituyendo leyes por sábanas que iremos apartando a cada húmedo encuentro?

Y si hablamos de política, cada día los problemas que asociamos a ella queman y nos dormimos de aburrimiento, con el riesgo de convertirnos en seres asexuados y anorgásmicos. Entonces, ¿por qué no vivir de dentro afuera, encontrando en otros nombres y cuerpos la diversión?

Como decía Javier Krahe «no todo va a ser follar». Claro, también hay que besar, acariciar, encontrar esquinas nuevas en la piel y en el tiempo.

Mucha gente ha decidido pasar de la política por falta de confianza, por hastío. Démosle a esa gente un lugar caliente y no el frío que le ofrecen desde las instituciones, donde cada palabra sea encontrada y compartida por otra persona o personas.

Hacemos esto por tener, no una posición, sino todas las imaginables y las inimaginables.

Queremos invitar a la gente a desnudar vergüenzas. ¿Cuánto tiempo dedicamos al gozo y cuánto al tedio?, ¿cuánto al no pensar o rechazar ese gozo y cuánto al no sentir ni el roce de un cuerpo, de nuestros cuerpos?

Las cosas no se cambian hablando y sí actuando. Esta es nuestra propuesta: actuar desde LA PIEL, pulsando poemas, gritando ORGASMOS mientras las palabras nos follan o nos follamos a las palabras con estas eRecciones Generales, que pronto pasarán por vuestras manos si las queréis tocar.

Nos apoya

Ecologistas en Acción es una confederación de más de 300 grupos ecologistas distribuidos por pueblos y ciudades. Forma parte del llamado ecologismo social, que entiende que los problemas medioambientales tienen su origen en un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado, del que derivan también otros problemas sociales, y que hay que transformar si se quiere evitar la crisis ecológica.

Para ello realiza campañas de sensibilización, denuncias públicas o legales contra aquellas actuaciones que dañan el medio ambiente, a la vez que elabora alternativas concretas y viables en cada uno de los ámbitos en los que desarrolla su actividad.