nº49 | farándulas

Artistas esotéricas, mediums y visionarias, un camino de sanación

Soy médium porque

miro muy dentro de mí.

Julia Aguilar

La palabra inspiración, en latín inspirare, está compuesta por in- (dentro) y spirare (soplar), significa etimológicamente soplar hacia dentro. Esoterismo viene de -teros y hace referencia al interior, a lo íntimo. Podríamos decir que las personas esotéricas son las que soplan en su interior, tomándose un respiro de la vida cotidiana para conectar con su espíritu. La relación entre locura y espiritualidad es tan frecuente como la conexión entre arte y locura. La artista inglesa Leonora Carrington (1917-2011) ha sido una de las más estudiadas. Su encierro en el sanatorio de Santander en 1940 es un hito en la historia del arte. Son numerosos los artículos donde se explica la crisis mental que sufrió Leonora tras el internamiento de su compañero sentimental, Max Ernst, en un campo de concentración. Lo que la historia canónica no cuenta es que en el viaje desde Saint-Martin-d’Ardéche (Francia) a Andorra vio numerosos camiones donde colgaban brazos y piernas, cuerpos asesinados por los alemanes que se amontonaban en las carreteras. Tras llegar a Madrid, una noche, un grupo de oficiales la metieron en un coche, la llevaron a un hotel y la violaron uno detrás de otro1. No es difícil pensar que la guerra y la violencia sexual agravó su crisis, generando una escisión de su conciencia más racional, despertando alucinaciones y creando una escisión entre su cuerpo y su mente. Al llegar al manicomio, la ingesta de Luminal y las descargas eléctricas aumentaron su sensación de cuerpo metafísico: ella era el sol, tenía la misión de regenerar la energía del universo.

Otra de las artistas consideradas esotéricas, su amiga Remedios Varo (1908-1963), relata la angustia que sufrió durante el exilio: primero la persecución y el encierro en una prisión de París, y más tarde su asfixiante viaje a México en un barco «que llevaba unas cuatro veces más viajeros de los que entraban»2. La pintora catalana llegó a México con el poeta Benjamín Péret en 1941. Trabajó para la casa Bayer haciendo ilustraciones y en sus escritos cuenta lo desagradable que era saber que sus imágenes servirían para la medicalización de otras personas. La historia del arte dice que fue su separación de Péret y su matrimonio con Walter Gruen —compañero que le proporcionó estabilidad económica y un «estudio propio»— lo que permitió a Remedios retomar su carrera y volver a pintar. Sin embargo, investigadoras como Tere Arcq cuentan que, durante los años previos a su producción artística, Remedios Varo se adentra en las ideas de los místicos rusos George Gurdjieff y Ouspensky, desarrollando una investigación profunda sobre la cuarta dimensión y otros saberes esotéricos y ocultos3. Quizá no fue Walter Gruen quién «la salvó», sino que fue ella misma quien, adentrándose en su espiritualidad, superó su crisis y retomó su obra, dejando en ella una clara influencia de los conocimientos alquímicos y esotéricos adquiridos durante esta época.

Así podríamos citar a muchas mujeres, como Aloïse Corbaz, Käthe Fischer, Madge Gill, Nina Karasek y Emma Kunz, entre otras, que durante la Primera o Segunda Guerra Mundial o la guerra civil española sufrieron una crisis personal fuerte, entrando en periodos de gran vulnerabilidad emocional y psicológica. Algunas confiaban en que podían acceder a estados alterados de conciencia a través de la meditación, el sonambulismo, la hipnosis o la escritura automática. Desde la intimidad de sus hogares, desde la celda de un sanatorio mental o desde el exilio sintieron la necesidad de bordar, pintar o escribir para aproximarse a otras dimensiones vitales y recuperar la fe. Artistas españolas como Josefa Toldrá o Julia Aguilar trasladaban mensajes de «otros mundos» y fenómenos paranormales a sus obras4.

En la actualidad muchas mujeres sufrimos o hemos vivido periodos de depresión o ansiedad. La propuesta de la medicina tradicional continúa siendo la medicación o el precario acceso a tratamientos psicológicos conductistas, que adormecen nuestras crisis, alargan el sufrimiento y eliminan nuestra capacidad de autosanación, nuestra creatividad y la posibilidad de encontrar una recuperación afectiva a través de los vínculos con otras personas.

Para muchas escritoras y creadoras el arte vinculado a la magia o a la mística ha sido un faro. Nuestro trabajo se ha convertido en una línea de vida a pesar de las contradicciones de autoexplotación que esto genera. La meditación o la espiritualidad puede ser un intento de sanación, un refugio frente a la violencia patriarcal o una elección de aproximación a nuestro espíritu y nuestra creación.

El tarot, el I-ching, la astrología, la mediumnidad, el zen, el chamanismo o la mística son prácticas que tanto en siglo XIX y XX como en la actualidad forman parte de la vida de muchas personas y la obra de muchas artistas. Algunas creadoras —como Marina Abramović, Begoña Grande, Danys Blacker, Sara Molina, Eva Guillamon, Sonia Megías y Marta Pazos— reconocen la fuente de la que beben, otras la ocultan por miedo al escepticismo que despiertan estas prácticas. Sin embargo, psicólogas y antropólogos insisten en la necesidad de un cambio de paradigma, en el que la espiritualidad tiene un papel protagónico para afrontar la vida. Prácticas como la meditación, el yoga o la arteterapia están evitando la institucionalización y la farmacologización de muchas personas. Esta búsqueda de sanación es hoy una alternativa casi subversiva al sometimiento y la gestión neoliberal de los cuerpos. El arte tiene una función importante en este sentido: reflexionar sobre los deseos y placeres que no se pliegan a la normalidad, denunciar la violencia generada sobre colectivos disidentes, y visibilizar nuevas formas de vida que pueden servir de inspiración y sanación para muchas personas.

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1. Carrington, Leonora: Memorias de abajo, 1917, Barcelona, Alpha Decay.

2. Remedios Varo: «A veces escribo como si trazase un boceto», Los escritos de Remedios Varo, Ed. de Edith Mendoza Bolio, Madrid/Frankfurt, Iberoamericana, 2010.

3. Tere Arq: «Hacia la creación de un modelo del universo. La influencia de los místicos rusos Gurdjieff y Ouspensky en la obra de Remedios Varo», en Remedios Varo. Caminos del conocimiento, la creación y el exilio, Coord, María José González Madrid y Rosa Rius Gatell, Madrid, Eutelequia, 2013.

4. Para más información ver catálogo de la exposición ALMA: Mediums y visionarias comisariada por Pilar Bonet en el Es Baluard, Museo de Palma de Mallorca.

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