nº10 | construyendo posibles

CSOA Andanza, un espacio okupado por la vida

Andanza es un centro social okupado y autogestionado situado en la calle San Luis de Sevilla. Este espacio llevaba 7 años abandonado hasta que, hace algo más de un año, un grupo de activistas sociales decidió okuparlo. Así nació un nuevo espacio en el casco histórico de Sevilla donde resistir y generar alternativas frente a un sistema que nos asfixia y oprime. La finca que lo alberga tiene más de 3000 metros cuadrados y es propiedad del SAREB, entidad financiera creada con dinero público, más conocida como «Banco Malo».

¿De qué nos okupamos?

El CSOA da cabida a multitud de actividades e iniciativas surgidas desde la autogestión y la horizontalidad, poniéndose a disposición del barrio y de quienes lo habitan, así como a movimientos sociales y a todas aquellas personas que buscan y crean otras formas de vivir y relacionarse.

De esta manera, Andanza se convierte en un importante punto de encuentro para los colectivos e individualidades, generándose en él sinergias entre las diferentes luchas sociales que se llevan a cabo en el contexto actual, favoreciendo el diálogo y la cooperación entre la diversidad de movimientos sociales. Como en otros Centros Sociales Okupados y Autogestionados, en Andanza se hace activismo político y social de muchas formas distintas, fomentando un acceso libre a todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales y siendo un espacio de divulgación y creación de pensamiento crítico.

Además, este espacio es un símbolo de la resistencia social ante los procesos especulativos y de gentrificación en la ciudad de Sevilla. El barrio de San Luis-Pumarejo ha sido históricamente un barrio lleno de vida, de iniciativas culturales y con una importante conciencia política. Las luchas vecinales han estado presentes desde hace décadas generando multitud de espacios autogestionados que han resultado ser un éxito. Así, a día de hoy se cuenta en el barrio con espacios como el Centro Vecinal Pumarejo, el Huerto del Rey Moro, el Ateneo Libertario La Ballesta, el Jardín Liberado, etc. A pesar de todo esto, los espacios no dan abasto ante la ingente propuesta de actividades que generan las personas que habitan la zona y Andanza resulta clave para dar cabida a todo aquello que sigue surgiendo desde abajo.

En Andanza se reúnen colectivos, se hacen talleres, hay presentaciones de libros, charlas, ciclos de cine, hay espectáculos de música, circo, danza y teatro. En Andanza también se come, se ríe, se habla, se hace política… Y todo esto de forma libre, fuera de las lógicas capitalistas, creando redes de apoyo y solidaridad, promoviendo el empoderamiento popular, compartiendo saberes y experiencias.

Andanza es arte, acción política, filosofía; es ocio y creación colectiva. Se trata de un espacio de libertad en el que experimentar formas de vida y existencia al margen de las estructuras de poder político, económico y cultural impuestas.

Andanza resiste

Lo que es y lo que se hace en Andanza parece resultar una amenaza para los poderes establecidos y se han puesto manos a la obra para intentar acabar con este proyecto. Así, hace un par de meses se inició el procedimiento judicial, llamando a declarar a dos personas que habían sido identificadas el día en que se hizo pública la okupación del espacio.

En esta situación, con riesgo de desalojo inminente y cumpliendo su primer año de vida, la Asamblea del centro social decidió luchar por el espacio en todos los frentes posibles. La estrategia principal es la de continuar llenando de vida y actividades el centro, demostrando la necesidad de lugares como este y su voluntad de permanencia. Por otro lado, iniciamos una campaña de información en el barrio y a todas las personas y colectivos que han formado y forman parte de este espacio con el fin de que conozcan cuál es la situación y muestren su apoyo y solidaridad. Una de las acciones promovidas para solidarizarse con el centro social ha sido la de presentar autoinculpaciones como usuarixs de este. Esta acción tiene un valor simbólico importante ya que, aunque no supone ningún tipo de responsabilidad penal para lxs autoinculpadxs, se han entregado al juzgado de instrucción del caso 400 escritos de este tipo, tanto individual como colectivo.

Además, la Asamblea peleará también en el frente judicial, autoinculpándose una de sus integrantes con el fin de ser llamada a declarar y defender el proyecto, sus valores y principios ante la jueza instructora del caso. En esta lucha vamos más allá y se realizó un informe técnico que ha sido presentado a la Junta de Andalucía denunciando a la SAREB, solicitando que esta inicie de un expediente informativo y sancionador contra «el enemigo». El Banco Malo está incumpliendo sus deberes de propietario, vulnerando la Ley 4/2013, de 1 de octubre, de medidas para asegurar el cumplimiento de la función social de la vivienda.

Es el enemigo por muchas cosas, no por vulnerar una ley del parlamento andaluz. Es malo porque coacciona a vecinxs (de renta antigua) con el fin de echarles de sus casas o matarles de un disgusto; porque se crea para salvar a la banca, mientras roba y asfixia al resto; porque ni sabe lo que posee; porque queremos parques, plazas, lugares para vivir, y los tiene bajo llave.

Por todas estas razones, la Asamblea del CSOA Andanza no está dispuesta a ceder ante las presiones de unas autoridades que no reconoce. Aun así, el riesgo de desalojo es inminente. Por esto, desde la Asamblea de Andanza se pide apoyo y solidaridad a todos los grupos y personas que han construido y llenado de vida el espacio durante más de un año, con el fin de resistir y luchar colectivamente por el mantenimiento de este espacio que es nuestro.

Andanza es un útero

La Asamblea de Andanza, desde su creación, se autodefine como feminista ya que las personas que la componen entienden el feminismo como una lucha transversal que ha de estar presente permanentemente. El colectivo es consciente en todo momento de que la heteronormatividad nos atraviesa, a nosotrxs y a nuestros espacios. Por ello, se da una falta de correlación entre la teoría y la praxis política en los movimientos sociales, que se suelen definir generalmente como feministas pero que en sus prácticas cotidianas dejan mucho que desear.

Así, en Andanza se hace un trabajo constante por reconocer y visibilizar comportamientos, discursos y actitudes heteropatriarcales con el fin de erradicarlas. Esto supone un trabajo y un aprendizaje constante y compartido. Para llevar a cabo este proceso de deconstrucción resulta fundamental crear un clima de confianza en el grupo, en el que trabajar los vínculos y los cuidados de manera colectiva. En este clima de autocrítica y revisión constante, los compañeros toman conciencia de la necesidad de ahondar en lo personal para poder transformar lo colectivo y, así, surge la iniciativa de crear una asamblea feminista de hombres en la que cuestionarse sus prácticas cotidianas y formarse en feminismo de manera colectiva, en un grupo de confianza, acompañados, cuando ha sido necesario, por sus compañeras.

En esta misma línea, las II Jornadas Anakofeministas, que se celebraron en Andanza el pasado mes de enero, fueron clave para la puesta en común de los desequilibrios en cuanto al género en el seno de nuestros espacios y nuestras luchas. No hay que pasar por alto lo conflictivo de esta autocrítica en el interior de los movimientos sociales, ya que algunos «compañeros» se resisten a identificar sus privilegios y contradicciones. Aun así, tras estas jornadas se constituye otra asamblea feminista de hombres, lo cual es valorado de forma muy positiva ya que pone de manifiesto tanto la necesidad como la voluntad de los compañeros de trabajar el feminismo y sus masculinidades.

Además, hay que destacar el peso y la presencia de mujeres en la okupación y la construcción del espacio y del proyecto de Andanza, mujeres que en su mayoría militan también en colectivos feministas, algo que queda patente en la energía del espacio.

El año 2014 fue clave en la lucha autónoma feminista: los grupos e individualidades trabajaron conjuntamente para hacer frente al proyecto de reforma de la Ley del Aborto. Este frente común revitalizó la lucha feminista y favoreció la apertura de cauces de comunicación y espacios de encuentro entre los diferentes colectivos, siendo Andanza un lugar de referencia al ser un punto de encuentro y confluencia entre distintos colectivos feministas de la ciudad.

De este proceso y de las sinergias en él generadas comienza a gestarse un proyecto que a día de hoy ya se ha materializado. El movimiento feminista autónomo de Sevilla toma conciencia de la necesidad de un espacio propio y comienza a construir el proyecto de la Casa Revolucioná de Mujeres. Esta iniciativa se crea a través de un proceso asambleario, casi mágico, que dura más de tres meses, en el cual se hace un importante trabajo de autoconocimiento y reflexión, sentando los principios y las bases de este hito histórico que es la creación de un CSOA no mixto en la ciudad.

Oda a la sensibilidad (el arte en Andanza)

El arte se expande como un mensaje del común, del todo, en contraposición al vacío. Es la semilla. La necesidad humana de hacer arte como un arma viva de resistencia en un oasis dentro de la nada de las metrópolis y el capital. En este espacio liberado se generan las condiciones adecuadas para un acceso libre y consciente a la cultura, posibilitando que se den diferentes manifestaciones artísticas como dispositivos de comunicación y movimiento más allá del mercantilismo, recuperando así una herramienta importante mediante la investigación de la reciprocidad entre la decisión de aprender y la transmisión de lo aprendido.

Cuando nos hacemos sensibles ante el mundo, aparece el deseo, y a partir de este comienza el despliegue de su paisaje. En lo común, lo interno se materializa hacia lo externo y se fortalece cuando en la exposición de la idea asumimos los riesgos para traspasar los miedos. El arte y el espacio liberado, una buena mezcla para el autorreconocimiento puesto en común. Que mi imaginario sea cuestionado por las demás, sea valorado como libre expresión y complementado, se mueva, vibre. Nos echamos el cable para generar la energía. Entonces cambiamos. Rompemos con el arte de la mera contemplación dando paso al arte como hacer, como acción, como reflexión, como comprensión de las sensaciones, emociones, como un mar de soluciones creativas a problemáticas comunes en este desierto compuesto de un solo plano.

Así, cada persona en ese punto de reconocimiento está en la posibilidad de crear arte, ya no tiene solo carácter contemplativo sino que quién quiera es creadora de arte como ente con capacidad expresiva ya fuera del aislamiento del monopolio artístico de la élite.

Al tomar consciencia política, entendiendo pues la política como una expansión de lo privado a lo público, de lo individual a lo colectivo, de lo interno a lo externo, no nos queda otra que destruir las formas organizativas impuestas, la estructura que nos empuja hacia ese aislamiento, esos miedos, esa incapacidad para la transformación, el cambio, la creación.

El neoliberalismo impone a sangre y fuego su economía, su modelo político y cultural, su forma de vida, articulándolo todo a través del Estado. Liberar espacios para construir y crear colectivamente desde fuera de su lógica se convierte entonces en un movimiento primordial. Danzar para ARTEcularlo todo desde nosotras mismas. Okupamos para que no especulen con nuestras mentes. Nos okupamos de darle al arte la vida que el Estado le ha ido arrebatando, y por eso tiene miedo, y autoritariamente instrumentaliza el arte para su beneficio, siempre económico en última instancia. Y es que el arte se convierte en un fenómeno de una potencia transformadora tal que llega a ser realmente peligroso para este sistema asesino, putrefacto e inerte, que se presenta como inmutable, como el único posible.

Nosotras deseamos y elegimos cantar, gritar, saltar, dar un giro y hacer malabares con su sistema muerto. Nosotras queremos esculpir, amasar, dibujar, grafitear y escribir nuestras vidas con nuestros propios instrumentos.

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14-15 Const posible - foto cedida ANDANZA WEB

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